Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Elefante Verde y sus primeros pasos: la familia que apuesta a sembrar consciencia

Sol, Patricio y el pequeño Gaspar comenzaron su viaje sin destinos prestablecidos a bordo de una furgoneta con un mensaje de amor, unidad y cuidado de la Tierra. La primera parada fue en Reta, donde construyen el Techo Vivo para una casa realizada con técnicas de bioconstrucción.

Patricio Pinto, Sol Montechiari y el pequeño Gaspar Pinto ya están en el camino.
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Audionota: Florencia Albanesi

Anahí González Pau
agonzalez@lanueva.com

   La experiencia de levantar su propia casa con técnicas de bioconstrucción, en el sector de la Carrindanga, en Bahía Blanca, fue abriendo puertas, los motivó a acercarse cada vez más a un sueño que venían acunando desde que se conocieron: viajar. Pero no como turistas, sino como capitanes de un proyecto que tuviera un mensaje de amor y consciencia.

   Sol Montechiari y su compañero Patricio Pinto, quienes trajeron al mundo al pequeño Gaspar, de dos años y medio, se lanzaron a explorar y a crear con apertura y entrega hasta el punto de reinventarse y dar un giro en sus vidas profesionales, enriqueciéndolas con otros saberes.

     El proyecto fue cobrando forma y el Elefante Verde ya dio los primeros pasos. La furgoneta con la que rodarán por los paisajes que les vaya regalando el camino, después de  meses de trabajo artesanal para equiparla, está a punto, solo faltan detalles.

   “Si vamos para el norte o para el sur, no lo sabemos. Se van abriendo caminos a medida que uno va avanzando. La idea es dejarnos fluir con las cosas que van apareciendo”, contó Sol.

   El viaje ya empezó y la primera parada fue en Reta, (Tres Arroyos) ya que Patricio trabaja en un proyecto de bioconstrucción para una joven pareja de artistas que conoció su obra en Bahía Blanca.  

   El músico, nacido en Santiago de Chile y becado en EE.UU, donde realizó un Posgrado, abraza muchas inquietudes. Todas vinculadas al acto de integrar, volver a lo sencillo, respetar los tiempos y procesos de la naturaleza, cuidar y compartir en comunidad.

    A lo largo de esta aventura vital piensan en compartir sus experiencias  de  construcción natural y alimentación consciente con instituciones educativas y comunidades, y desean seguir aprendiendo acerca de agroecología y educación alternativa.

   Sol es bahiense, Licenciada en Psicología y en los últimos años, se sumergió en el mundo de los saberes holísticos con el interés de acompañar desde un lugar integral, transmitiendo la idea de que sea lo que fuera que nos está sucediendo, siempre llega como un aprendizaje para nuestro crecimiento personal.

   “Un abrazo sentido, comprometerse con la persona, que el amor sea el puente; es eso lo que sana”, reflexionó.  


Así luce el interior de la cálida casa en Bahía Blanca.

   La casa, el amor y la bioconstrucción

   El proyecto de realizar una vivienda construida con materiales naturales empezó de la mano del sueño de la pareja por tener su propio espacio. Están juntos desde 2013. Se conocieron en Bahía Blanca un día antes de que Patricio se fuera por dos años a EE.UU. Se encontraron para compartir viajes y nació la relación que se fue afianzando.

   Gaspar nació cuando estaban construyendo la casa: para él el barro es un juguete más que encuentra en el patio.


Gaspar, más "peque", en uno de sus juegos al aire libre.

   “Parte del requisito autoimpuesto para este viaje largo sin tiempo y sin obligaciones era tener nuestra casa en Bahía, un espacio al cual poder regresar”, contó el músico.

   A Patricio le atrae el uso de madera por aspectos vinculados a las tradiciones de Chile y de su abuelo, que hacía trabajos de carpintería.

   En los últimos años, se dio una nueva valoración de la construcción natural: son eficientes, menos contaminantes (ya que se privilegia el uso de materiales locales, lo que reduce el uso de transporte y las contaminaciones de los procesos y fabricación de los mismos) y  menos residuales, porque no generan escombros. Es más amigable con el medioambiente desde muchos aspectos.

   La asignatura pendiente del artista era la arquitectura porque le encanta el diseño de casas.  


Frente y Techo Vivo de su casa en inmediaciones de la Carrindanga.

   “Encontré en el camino de la construcción natural otras formas de desarrollar mi concepto y sentido artístico. Nunca pienso o imagino construcciones cuadradas. Lo mío es ir por formas orgánicas que nos hagan recordar de dónde somos,  las mismas formas que encontramos en la naturaleza , ahí desde donde nace todo”, dijo.

   Mucha gente, al visitar su casa, le dice que parece una escultura y preguntan por los colores.  

   “Cuando les digo que los colores son de la arcilla natural no lo pueden creer”, comentó.

   “En una casa natural uno se siente muy acogido por las formas y texturas de las paredes, la calidez de la madera, los colores de la arcilla. Resulta muy  natural para el ser humano sentirla, respirar en ella, vivirla y habitarla”, contó.

   Hoy en día la bioconstrucción está lejos de crear viviendas rudimentarias o como la mayoría de la gente asocia cuando decís “casa de barro”: se están optimizando los recursos técnicos y es posible llevar las terminaciones hacia donde uno quiere. Inclusive, se pueden combinar con éxito  técnicas antiguas y complementarlas con conocimientos, materiales y  herramientas modernas.

   La obra en Reta y la propuesta de una "Minga"

   En Reta, había una estructura en madera que necesitaba ser puesta en valor porque había quedado a medio-camino y a la intemperie mucho tiempo. Es un diseño en forma de caracol que fue originalmente pensado para ser erigido con técnicas de bioconstrucción.


Primeras intervenciones en la estructura.

Patricio estuvo a cargo de recuperar esa estructura y re-diseñarla para hacer el Techo Vivo, donde florecerán pronto las plantas y sueños de sus futuros habitantes.


Pronto este amplio techo será de muchos colores.

   El paso final, que es la carga del sustrato (o  llenado del techo) y la siembra, será una tarea comunitaria: una "minga", entre amigos, familia y  vecinos de la localidad.

   ¿Por qué Elefante Verde?

   “Para nosotros el elefante es un animal hermoso y un símbolo  espiritual muy fuerte. Lo vemos como un portador de buenas cosas. Hay varias y diferentes culturas que le rinden culto pues lo consideran un animal sabio, leal, poderoso y fuerte, entre otras virtudes”, señaló Sol.

   En Instagram los podés encontrar como _elefanteverde_. Allí irán subiendo fotos de lo que vaya apareciendo en el camino. 

    El color verde tiene relación con ecología, naturaleza y vida sustentable. “Sentimos que la fuerza y cualidades del elefante sumado a nuestra idea verde-ecológica, es una linda fusión”, dijo.