La pileta del club Argentino
La piscina se ubica en la ampliación del edificio original, sobre calle Vicente López.
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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com / @mrminervino1
Hace 91 años, en abril de 1930, el club Argentino –con sede en avenida Colón y Vicente López—inauguró su pileta de natación, construida sobre la ampliación del frente sobre Vicente López.
“Es una obra hecha todo costo y con toda la capacidad y los requisitos técnicos e higiénicos de las más modernas instituciones sociales”, señaló este diario al dar cuenta de los progresos de la entidad.
La piscina estaba alimentada con agua de un pozo surgente excavado a 266 metros, en el mismo subsuelo del club, que renueva de manera constante el volumen de agua a 28 ºC, cada 24 horas. Adoptando los preceptos de las técnicas sanitarias más escrupulosa se le han adosado aparatos clorinadores para la más completa desinfección del agua y un sistema de calentamiento para los meses de invierno.
Las dimensiones de la pileta eran de 14,45 x 6,15 metros, con una profundidad variable de 1,55 a 2,55 metros. Construida en hormigón armado, íntegramente revestida con azulejos blancos con juntas anchas azules y filas transversales de azulejos de color ocre en los puntos donde variaba la profundidad.
Dos amplias galerías par espectadores, con barandas de bronce, completaban el local, que contaba también de un amplio vestuario.
El proyecto y la dirección estuvo a cargo de los ingenieros F. Marseillán y Cía, y la construcción por cuenta de la empresa Pedro cabré e hijos.
La obra se sumó a la construcción de la cancha de paleta inaugurada unos meses antes, convertida en una de las dependencias más concurridas para disfrutar del deporte de los hijos de Euskaria.
Quedaba una próxima etapa que sería la construcción del gran salón de fiestas, un marco excepcional para los acontecimientos de sociabilidad.
Inaugurado en 1912, el club crecía y se consolidaba como el lugar más aristocrático de la sociedad bahiense.