Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Caso Facundo: entre interrogantes y certezas, a un año de su desaparición

Si bien la autopsia determinó que el joven murió ahogado y posiblemente sin la participación de terceros, la fiscalía mantiene abierta la causa y busca despejar dudas sobre su recorrido.

 

Fotos e infografía: archivo La Nueva. y Fiscales.gob.ar

   De las noticias más impactantes de 2020 en la Argentina, seguramente después de la pandemia y el fallecimiento de Maradona, fue la desaparición seguida de muerte de Facundo José Astudillo Castro.

   Un día como hoy, pero del año pasado, el joven de Pedro Luro partía a dedo hacia Bahía Blanca para visitar a su exnovia, aunque su rastro se perdió en el camino.

   Un aviso de paradero que llegó tarde, la controvertida intervención de policías que lo interceptaron en la ruta en medio del aislamiento obligatorio, testimonios que permitieron reconstruir parcialmente su recorrido, pericias varias y rastrillajes por agua, tierra y aire no alcanzaron para establecer su paradero.

   Recién el sábado 15 de agosto, un grupo de pescadores encontró sus restos en la zona de Cola de Ballena, un canal ubicado en un cangrejal de Villarino Viejo, cercano a General Cerri.

   Una automovilista que lo había trasladado el 30 de abril por la ruta 3, desde Teniente Origone, conocida como testigo H, declaró que el joven pidió bajar en un cruce ferroviario y caminar por las vías hacia Cerri, para evitar un nuevo control policial en el puesto fitosanitario.

Asfixia por sumersión

   La necropsia, que previamente había confirmado la identidad, concluyó el 1 de octubre que Facundo murió ahogado (asfixia por sumersión), muy posiblemente aquel día y en el lugar donde encontraron sus restos, aunque no pudo determinar, con rigor científico, si murió accidentalmente, por suicidio o lo mataron.

   El informe, a cargo del jerarquizado Equipo Argentino de Antropología Forense, también concluyó que "los restos óseos no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte)".

   El patrón de ausencia de algunas partes del cuerpo y destrucción de otras fue "el esperado" por la acción del zorro pampeano, cangrejos y aves.

   Del estudio forense, a su vez, no surgieron elementos para suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem.

   Para la jueza federal María Gabriela Marrón y el primer fiscal del caso, Santiago Ulpiano Martínez, no hay dudas de que se trató de una muerte accidental.

   La querella, representada por Cristina Castro, madre del chico, y los fiscales que luego sucedieron a Martínez en la investigación mantienen dudas y le apuntan a policías.

   El equipo actual está integrado por los doctores Horacio Azzolín, fiscal general subrogante ante la Cámara Federal de Bahía; Andrés Heim, fiscal a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional e Iara Silvestre, fiscala federal de Santa Rosa.

"Aspectos difusos"

   Los tres coinciden en que aún existen "aspectos difusos y pruebas contradictorias" relacionadas con el camino que hizo Facundo desde Pedro Luro y sobre "el rol que jugaron miembros de la Policía Bonaerense" en esa ruta, porque el chico pasó al menos por dos retenes en medio de la cuarentena estricta y también fue trasladado en un tramo por el auto particular de una mujer policía.

   "La investigación a cargo del Ministerio Público Fiscal se centra en precisar el derrotero del joven y en establecer si integrantes de la Policía bonaerense tuvieron intervención en la desaparición seguida de muerte", explicaron al publicar un informe especial.

   Algunos de los interrogantes que marcaron los fiscales son lo sucedido en Mayor Buratovich; la forma en que Facundo siguió viaje hacia Origone y lo que pasó en ese lugar; la relación íntima entre una testigo que dijo haberlo trasladado y los policías del primer retén y la desaparición de su DNI, con cuyos datos se obtuvieron líneas de teléfono.

   También el hallazgo dentro de su mochila (en el estuario, casi un mes después de localizar los restos óseos) de la ropa que tenía puesta cuando fue detenido por primera vez y algunos movimientos extraños de patrulleros en ese sector, en fechas y horarios relevantes.

   Por la lógica del paso del tiempo, el caso se corrió del escenario público aunque la investigación sigue abierta, a un año del conmocionante hecho.