Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Barbijo del Conicet: un tapabocas que inactiva al coronavirus en cinco minutos

Se trata de un diseño conformado por telas tratadas con activos antivirales, bactericidas y fungicidas, cuyas propiedades antimicrobianas fueron testeadas por el INTI y su acción antiviral por el Instituto Nacional de Virología.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   A un precio promedio de 500 pesos, los barbijos diseñados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) fueron ganando poco a poco un lugar en el mercado, con características distintivas y únicas.

   Los especialistas reconocen las ventajas del producto frente a los barbijos comunes, aunque señalan que lo más importante en el uso no radica tanto en el tratamiento de sus componentes sino en utilizarlos de manera adecuada.

   El producto en cuestión fue desarrollado por investigadores del CONICET junto con otros de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), con el apoyo de la PYME textil Kovi.

   Se trata de un barbijo formado por telas tratadas con activos antivirales, bactericidas y fungicidas, cuyas propiedades antimicrobianas fueron testeadas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y su acción antiviral por el Instituto de Virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

   Esos estudios mostraron que las telas de este producto tienen capacidad para inhibir al Coronavirus en menos de cinco minutos. Otra ventaja es que los insumos que requiere están disponibles en nuestro país y que su manufactura se puede hacer en cualquier fábrica.

   Otra ventaja, en comparación con los tapabocas comunes, es que por ser autosanitizante, disminuyen la probabilidad de infectarse con el patógeno que provoca el COVID-19 --al menos a través de la boca y de la nariz-- y la posibilidad de contagiar a otros. También por sus propiedades bactericidas y antihongos es más higiénico, evitando que quien lo usa respire sus propios gérmenes y los pueda usar muchas horas seguidas.

   Por esa razón reduce el riesgo de que una persona termine contrayendo una infección por tocarse el barbijo. A esto se suma que los activos antivirales, fungicidas y antibacterianos se mantienen en la tela, inamovibles, tras al menos quince lavados y la persona que lo usa no va a ‘tragarse’ estas partículas (iones de plata y cobre y otros compuestos).

   Las telas utilizadas para estos barbijos del Conicet son tejidos de algodón poliéster que adquieren la propiedad de inactivar virus y matar bacterias y hongos a partir de ser tratadas con diversos productos.

   La capa de tela interior –la que queda junto a la boca y la nariz- incorpora fungicidas y antibacterias que permiten la retención de estos activos. La tela externa es tratada con un producto que contiene iones de cobre, que son los que le brindan al tapabocas la acción antiviral. La acción antiviral y antibacteriana es casi inmediata, una vez que los patógenos entran en contacto ella.

Diego Maurizzi: “Cualquier barbijo es bueno si se lo usa de manera adecuada”

   “Si bien no he leído en detalle la composición de los barbijos del Conicet, sé que son muy buenos y que pueden ser lavados hasta 15 veces sin perder sus propiedades. Hay que reconocer además que el Conicet es una entidad por demás prestigiosa”, señaló el médico infectólogo Diego Maurizzi, profesional del hospital Municipal y coordinador del Comité de Control de Infecciones de la Asociación Médica local.

   Sin embargo, aseguró que “cualquier barbijo es bueno” siempre que se use de manera adecuada.

   “Si lo único que hace es tapar la pera, no sirve para nada. Tiene que estar desde el lomo de la nariz, teniendo ahí un metal como para que se adhiera bien en toda la cara, hasta por debajo de la pera”, explicó.

   Indicó, además, que debe tener cierto grado de adherencia, “tiene que generar cierta dificultad para respirar, ese es el barbijo que sirve”.

   Por último mencionó que es posible que el fabricado desde el Conicet sea mejor, “pero es claro que no todos disponen del dinero para comprarlo”.

Godoy: “Son adecuados para ciertas personas y ocasiones”

   Silvia Godoy es presidenta de la filia local del Colegio de Farmacéuticos y reconoció las ventajas del barbijo del Conicet, por las varias telas que lo componen y su capacidad antibacteriana que no se pierde hasta después de varios lavados.

   “Es un poco caro pero lo vale, está bien pensado. Pero hay que saber que su capacidad antibacterial se pierde después de 15 lavados, no es eterna”.

   Señaló que no todas las farmacias locales lo venden, ya que depende de las partidas que hayan comprado las droguerías locales, las cuales se han visto saturadas con la demanda.

   “Muchos buscan este barbijo que tiene un precio elevado en relación al resto. Por ahí se justifica para personas que tengan bajas sus defensas, cierta patología o concurran a un hospital”, indicó.

   “Si bien los barbijos comunes o caseros no tienen esa carga antibacterial, eso se puede compensar pulverizándolos con alcohol al 70% o con un lavado diario con agua oxigenada o algún producto antibacterial”, agregó.

   Por último reconoció que en su trabajo utiliza los barbijos del personal de salud avalados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

   “Prefiero cambiarlo a menudo y si tuviera uno del Conicet lo reservaría para ciertas situaciones”.