Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Alberto Castillo, sensación

   El Cantor de los cien barrios porteños, un ídolo de la época.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 45 años, en abril de 1956, se presentó en LU2 Radio Bahía Blanca el conocido como "el cantor de los cien barrios porteños", Alberto Castillo.

   Consagrado como uno de los intérpretes de mayor popularidad del cancionero popular, este hombre nacido Alberto Salvador De Lucca y de profesión médico ginecólogo, llegó a nuestra ciudad con 42 años de edad y con una enorme popularidad.

   Aquí actuó con su conjunto de candomberos en los estudios de LU2, en el Salón de los Deportes, Soler 444 (organización a cargo del club Tiro Federal), y en el Palacio del Cine, Chiclana 174, en un espectáculo titulado "Ritmo, amor y picardía", que incluía la proyección del filme homónimo, interpretado por Castillo y la rumbera Amelita Vargas.

   Castillo causó sensación con su singular manera de moverse en el escenario, su modo de inclinar el micrófono hacia uno y otro lado, su mano derecha junto a su boca como un voceador callejero, el cuello desabrochado, la corbata floja y su voz --"la que no se parece a ninguna otra voz", según sentenció Julián Centeya. Una suerte de Elvis Presley en el género de la música ciudadana.

   Además de la actuación de Alberto Castillo, aquella semana la ciudad ofrecía una amplia variedad de espectáculos. Se podía ver en el Gran Cine Ocean –Chiclana 250-- "La morocha" --"la producción más humana del cine argentino"--, con Tita Merello, Luis Arata y Alfredo Alcón; y en el teatro Rossini, al inolvidable Javier Rizzo, con su obra "Carina, la fea de la casa".

   Castillo --que en 1993 volvió a recibir la calidez del público al cantar Siga el baile, con Los Auténticos Decadentes--, la Merello y Javier Rizzo. Cartelera de lujo para los bahienses de hace casi medio siglo, cuando no existía la TV, ni el cable ni internet.