Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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De pupilaje a enseñanza mixta: los 125 años de la Escuela Reconocida Madre Mazzarello

La institución que comenzó bridando educación a nueve pupilas en situación muy vulnerable hoy es un emblema de Fortín Mercedes con una matrícula mixta de 180 alumnos entre inicial y primaria. De perfil intercultural, se define como inclusiva y respetuosa de la diversidad.

Anahí González Pau
agonzalez@lanueva.com

   La Escuela Reconocida Madre Mazzarelo, de Fortín Mercedes, acaba de cumplir 125 años y la comunidad educativa lo celebró a través de la realización de actividades en las aulas enfocadas en el repaso de su rica trayectoria imbuida de valores salesianos desde los inicios y hasta la actualidad.

    Esta escuela tiene la particularidad, no solo de haber sido una de las primeras instituciones educativas de Pedro Luro (distrito de Villarino), sino de contar con una singular historia que ha ido configurando un perfil intercultural, inclusivo y respetuoso de la diversidad.

   Fundada el 2 de abril de 1896 (con el nombre de María Auxiliadora) nació por el ímpetu de las hermanas Luisa Ferrero (directora) Rosa Conti y Petrona Lombardi, como una institución para pupilas mujeres exclusivamente. En sus inicios, comenzó brindando educación a solo 9 internas que se hallaban en una situación muy vulnerable. A ellas se las instruyó en los principios de la religión y la cultura, trabajando a tiempo completo.


Edificio de la Escuela Madre Mazzarello.

   Hoy, la institución ya no cuenta con pupilaje y su matrícula mixta asciende a 180 alumnos y alumnas distribuidos en los niveles inicial y primario. Más allá de su crecimiento, producto de los cambios sociales y culturales, y de las necesidades de la comunidad,  su espíritu se mantiene imperturbable.

    Su actual directora pedagógica, Lilia Giambroni, lo describió de esta manera: “Es una escuela que prioriza el carisma salesiano, el buen trato al prójimo, la amabilidad, la razón, la religión y que se sostiene en la noción de que cada uno de sus integrantes es único e irrepetible”.

     Giambroni forma parte de un equipo de Gestión y Acompañamiento (EAGA) que lleva adelante la escuela y que se completa con la hermana Cristina Crespo (directora general); Alina Andreoli (representante legal) y Fabricio Stefanelli  (administrador).


Primera foto de la Escuela Madre Mazzarello en 1904. Tres misioneras se encargaban de todo el trabajo: la cocina, el lavado y la enseñanza.

   “A lo largo de tantos años han pasado muchas gestiones y cada una ha marcado o ha hecho foco en distintas cuestiones. Hoy podemos decir que es una escuela de puertas abiertas, para todos”, expresó.

    Por su apertura comunitaria esta escuela cuenta con un grupo de padres animadores incondicionales que acompañan desde cerca en la organización de eventos y a través de inspiradoras propuestas.

   Más allá de que el actual contexto no alienta las reuniones multitudinarias, las autoridades educativas se encargaron de que los 125 años de la escuela no pasaran inadvertidos.

   “Se trabajó a través de la realización de videos que compartimos en grupos de Whatsapp para que cada grado lo trabajara en el aula. Luego se propuso una Misa de Acción de Gracias para fin de mes”, comentó.

    Además, se pintó la escuela con motivo de su cumpleaños y se colocaron carteles alusivos a la fecha histórica.

La historia

   Ni bien se fundó la escuela, en paralelo, se abrió un oratorio a cargo de las hermanas Luisa Ferrero y Rosa Conti. La casa se situó en la margen del Río Colorado teniendo como únicos vecinos la oficina de telégrafos y una casa de negocio.

   Fue Monseñor Juan Cagliero, Vicario Apóstol de la Patagonia, quién promovió la apertura de esta casa con el fin de facilitar la educación cristiana a las niñas de muchas familias, especialmente del Colorado. La obra fue respaldada económicamente por los señores Luro, quienes concedieron los terrenos para la construcción de ambos colegios y prometieron su apoyo.

   Al año siguiente de su fundación, ya contaban con la presencia de una nueva religiosa, Sor María Gragna. Ese mismo año recibieron por primera vez la visita de la Madre General desde Italia.

   En 1908 tuvieron que sortear la dura prueba de la epidemia de escarlatina, prodigando cuidados a los enfermos, huérfanos y familias.

    Años más tarde, el Padre Luis Pedemonte, Inspector de la Patagonia, resolvió asilar a algunas niñas de los alrededores de Fortín, poniéndolas bajo la tutela de una piadosa seglar, con la esperanza de ponerlas más tarde bajo la dirección de las hermanas. Prometió a Madre Mazzarello que, de conseguir esta gracia, le pondría a la escuela su nombre.

   En 1923, la Madre Inspectora Magdalena Promise y Sor Catalina Mititino pasaron por Fortín y, resolvieron enviar a dos hermanas más a la Escuela Madre Mazzarello: Sor Rosa Pons y Sor María Amailfi.  La primera falleció el 3 de mayo de 1923, y la Madre Inspectora envió a Sor Asunción Tolomei a sustituirla.  Desde ese año,  la escuela ha funcionado ininterrumpidamente.

   Actualmente el viejo edificio ya no existe (sólo queda el aljibe de aquella época), y lo sustituye una edificación simple y funcional para la actividad que en ella se realiza.

   Desde 1996 la escuela abre sus puertas a alumnos de ambos sexos. Ese mismo año se equipó la institución con un gabinete  de computación y se comenzó la remodelación de ambientes para dar inicio al funcionamiento del Nivel Inicial.

   El  lunes 10 de marzo de 1997, se inauguró el Jardín de Infantes, que funciona en el mismo edificio a partir del reciclado de los ambientes contiguos al comedor de las internas, lugar que en la actualidad es utilizado como S.U.M (Salón de Usos Múltiples).

   Desde el principio, la gran parte de la matrícula de la Escuela Primaria la conformaban niñas que pertenecían al Hogar Madre Mazzarello. En la actualidad ya no existe el pupilaje, siendo los alumnos y alumnas todos externos. Desde el año 2002 funciona el E.O.E (Equipo de Orientación Escolar), conformado por una Psicopedagoga y una Trabajadora Social.

   Está registrada como Escuela Pública de Gestión Privada (con amplia posibilidad de acceso a becas) en la Región XXII, jurisdicción del partido de Villarino.