Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Cebolla con valor agregado: un desafío regional para la zona franca BB-CR

Datos recabados por uno de los equipos del Programa de Pasantías "Somos Equipo" del EZFBBC en la edición 2020.

   Argentina destina al cultivo de cebolla entre 18.000 y 20.000 hectáreas, que rinden una producción estimada de 600.000 a 750.000 toneladas. De la producción total nacional de cebolla fresca se exporta aproximadamente un 20% y se comercializa en el mercado interno un 80%. 

   La Provincia de Buenos Aires (Zona Sur) y el Valle del Río Colorado representan el 56% de la producción nacional, seguidas por Mendoza, San Juan y Santiago del Estero. 

   A su vez, la Provincia de Buenos Aires contribuye con un 85% de lo exportado, consolidándose como zona de referencia reconocida internacionalmente como productora de cebolla tardía.

   En la zona del sudoeste bonaerense se cultivan principalmente cebollas amarillas, seguida de rojas y por último blancas. Las principales variedades son grano de oro y Valcatorce INTA (conocida como Valenciana o Sintética 14). También se cultivan híbridos de amarilla y roja.

   El calibre principal es el número 3, que corresponde a un diámetro transversal entre 50 y 70 mm que es la medida de preferencia del principal mercado de destino que es el de Brasil. Podríamos decir en normas generales que una carga está compuesta por un 70% de clase 3, un 15% de clase 2 (diámetro de 35 a 50 mm) y un 15% de clase 4 (diámetro de 70 a 90 mm).

   En muy bajas cantidades se exporta la clase 5 cuyo diámetro es superior a 90 mm. En exportaciones a EEUU se han hecho envíos de este tamaño.

   A Europa hace varios años no se hacen envíos de importancia, pero las preferencias eran variables: Alemania, Inglaterra y España preferían tamaños grandes, mientras que Bélgica compraba tamaños pequeños. Sí, hay que destacar que Europa era un destino que tenía nichos para la cebolla orgánica.

   Estados Unidos importa cebolla de diversos países, entre ellos; Perú, Chile y Argentina. En este sentido, Reino Unido con la salida del Brexit estaría importando cebolla fresca proveniente de otros países fuera de la Unión Europea. Junto con Alemania, son los países que mayor valor promedio pagan por esta mercancía (FOB 572 $/ Tn).

   El principal destino histórico de exportaciones de cebolla es Brasil, ya que la cercanía es un factor a favor. A Paraguay se exportó, según datos oficiales, en los últimos 10 años un promedio de 12.000 tn anuales, mientras que a Uruguay 1.560 tn. 

   Otro destino de la cebolla argentina fue la Unión Europea, que llegó a importar 53.337 Tn. en 2007.Los envíos cayeron notablemente a partir de la campaña 2011, hasta valores ínfimos que no han superado las 150 t en los últimos 4 años. Sin embargo, en 2019 se exportaron más de 2.100 Tn, aunque no del VBRC.

   Estos datos fueron recabados por uno de los equipos del Programa de Pasantías #SomosEquipo del EZFBBC en la edición 2020, y que abordaron y compararon las distintas factibilidades de exportación de cebolla producida en el Sudoeste Bonaerense, utilizando la Zona Franca como almacenaje y, por el otro lado exportando directamente. 

   La prefactibilidad se desarrolló por vía marítima y terrestre, con intermediación de Zona Franca y por vía terrestre sin intermediación de esta última, que es cómo se desarrolla este comercio. 

   Si bien los resultados cuantitativos identifican un mayor costo (+15%) al agregar el eslabón Zona Franca en la cadena de valor actual vigente, claramente se identifican una serie de beneficios cualitativos que hacen a la potencialidad del sistema proyectado contando con la zona franca como eslabón de valor agregado en la cadena de producción, como son: almacenaje en Zona Franca brinda al productor mayor independencia meteorológica en postcosecha; mayor previsibilidad en el flete; mejor posición negociadora por el hecho de tener la mercadería en stock al resguardo; y mayor gobernanza del sistema en beneficio de los productores regionales. 

   Otro ángulo de análisis a profundizar, radica en el acortamiento de la cadena de valor y logística, en la cual la cebolla iría del campo en bins directo a Zona Franca, donde se incorporaría el proceso de los galpones de empaque, considerando el desarrollo de subprocesos a partir del descarte comercial de consumo fresco como el deshidratado, minimizando aún más el riesgo meteorológico y de postcosecha y disminuyendo actores en procesos intermedios, tomando así mayor gobernanza sobre el proceso general.

   Este proceso podría tornarse aún más competitivo con el desarrollo de hubs productivos con instancias administrativas y aduaneras como podría ser una Subzona Franca en área de cercanía a la producción para exportar a países donde se identifica un valor superior a la cebolla y sus subproductos. A partir de lo expuesto habría que avanzar en un análisis de mayor profundidad con los potenciales actores interesados -productores, inversores, exportadores, estado provincial y municipal-, para identificar la capacidad de reducir costos operativos por escala, e independizarse gradualmente del sistema de comercialización dominante que es funcional a nuestro mayor comprador internacional.