La crisis del 2001: para recordar y aprender

Redacción de La Nueva.

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   El 20 de diciembre se cumplieron 20 años de los sucesos ocurridos ese día de 2001, que derivaron en la renuncia del presidente de la República, Fernando de la Rúa, y el inicio (o la continuidad) de una de las mayores crisis sociales y económicas desde el regreso de la democracia.

   Los analistas señalan que la explosión de la ciudadanía se relacionó con la decisión del Gobierno de imponer el denominado "corralito" a los depósitos bancarios, con protestas y una brutal represión por parte de la policía que dejó un saldo de  de 39 personas muertas.

   El gobierno había sido asumido un par de años antes por una coalición conformada por la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (Frepaso). Al año de asumir, el vice presidente, Carlos "Chacho" Álvarez, renunció al cargo.

   Cómo es habitual en la historia argentina, el nuevo gobierno había heredado una profunda crisis económica, con una fuerte deuda con el infaltable Fondo Monetario Internacional (FMI), y aplicó un duro plan de ajuste que profundizó la recesión y el desempleo.

   Había además fuga de capitales, que dio lugar a la imposición de un devastador corralito, un cepo a los depósitos, un golpe a todos los ahorristas víctimas de políticas inadecuadas.

   La población salió a protestar bajo el lema "Que se vayan todos", y ni la renuncia de Cavallo como ministro de Economía, alcanzó para apaciguar la protesta. De la Rúa declaró el estado de sitio y horas después presentó su renuncia y abandonó la Casa Rosada en un helicóptero.

   Lo importante es preguntarse: ¿Se aprendió algo de los sucedido? ¿La experiencia sirvió para mejorar? ¿Valió la pena semejante caos para salir fortalecidos como país?.

   Muchas situaciones en la actualidad parecen acercarse a aquellas circunstancias. Será difícil (sino imposible) crecer como sociedad y como país si hechos como el 2001 apenas sirven para ser recordados.