Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Escenario político: el voto en Bahía tuvo un cambio de forma, pero no de fondo

La coalición oficialista le sacó la mayor ventaja al peronismo desde su aparición en 2015, pese a que no tuvo la misma performance que en ocasiones anteriores. Claves de lo que pasó y lo que vendrá en ambos extremos de la grieta.

Foto: Emmanuel Briane - La Nueva.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Las elecciones generales en Bahía Blanca confirmaron varias tendencias que venían de las PASO. Una de las más relevantes, la baja participación del electorado. De acuerdo con el escrutinio provisorio, el domingo solo votó el 72% del padrón, con lo cual puede convertirse en el segundo comicio de menor convocatoria en la ciudad desde 1983, únicamente superado por 2003 (70,22%), aquella vez con la particularidad de que fue la primera elección post debacle del 2001-2002, en pleno apogeo del "que se vayan todos".

   El dato es significativo porque, a su vez, tanto a nivel nacional como local se notó un crecimiento de las alternativas "antipolítica", como los libertarios, o "extra-política", con el protagonismo de figuras como Facundo Manes y Lorenzo Natali. Eso habla del clima social sobre la dirigencia tradicional.

   Tan es así que en el discurso de la fuerza dominante en nuestra región, Juntos por el Cambio, está cada vez más presente la idea de que la política debe cambiar, ser más austera y demostrar una capacidad de servicio que, a la luz de las recurrentes crisis argentinas, en buena medida se perdió. No es ingenuo ese discurso. Incluso cuando haya convicción sobre el concepto, también se nota algo de cálculo porque hoy ese mensaje prende.

   En cambio, el peronismo sigue reivindicando a la política, entendiendo con razonabilidad que peor es lo contrario, pero no muestra la autocrítica que la sociedad le reclama a todos los funcionarios de cualquier nivel. El summum de la desconexión fue el presidente Alberto Fernández hablando de triunfo el domingo por la noche, cuando estaba consumada la derrota.

   Hace muchos años que un sector amplísimo de la población no siente que los gobiernos generen un contexto de desarrollo sino, en el mejor de los casos, espasmos de bienestar que se diluyen cada vez más rápido. Y eso se expresa en las urnas. En las últimas 5 elecciones, desde 2013 para acá, los oficialismos nacionales sufrieron cachetazos en 4. Massa se lo propinó al kirchnerismo en 2013, Macri luego en 2015, el Frente de Todos al macrismo en 2019 y ahora en 2021 se lo dio Juntos al FdT. Solo Cambiemos salió airoso en 2017, aunque ante un peronismo atomizado como nunca.

   En cuanto a los datos importantes de esta elección en nuestra ciudad, los bahienses tuvieron un pequeño cambio de forma a la hora de votar pero no de fondo. Es la primera vez desde que existe Cambiemos que esa coalición casi no crece entre PASO y generales. En 2019 Héctor Gay logró 74.588 votos en agosto para subir a 94.760 en octubre (20 mil más), mientras que en las anteriores legislativas, de 2017, la boleta liderada por Nicolás Vitalini pasó de 76.790 sufragios a 89.740 (13 mil más). Y en 2015 habían subido de 60.214 a 76.641 (16 mil más).

   Este año el escrutinio definitivo de las primarias le dio a la lista de Adrián Jouglard 74.193 votos y, con el recuento provisorio del domingo, apenas avanzó a 77.751 (3.600 más). Esa cifra aumentará cuando se conozca el conteo final dentro de un par de semanas, pero la tendencia expone que no habrá una suba tan notoria como en años anteriores.

   El voto que no mantuvo Juntos claramente lo perdió por derecha y fue hacia Avanza Libertad, que de septiembre a noviembre movió de 13.493 adhesiones a 18.621. Pensando que José Luis Espert trepó de cuarto candidato más votado en la Provincia a tercero anteayer, todo indica que habrá negociaciones de cara a 2023 para que los libertarios se sumen a la alianza JxC. Eso, desde ya, tendría su onda expansiva en todos los distritos. El tiempo dirá.

   La conclusión actual es que el espectro de centroderecha y derecha que representan amarillos y ahora también libertarios se mantiene por encima del 50% en Bahía Blanca. Y las alternativas peronistas, si son de cariz kirchnerista, quedan relegadas. Eso no cambió.

   Al Frente de Todos le queda el consuelo de que por primera vez tuvo un ascenso mayor de PASO a generales que sus principales adversarios: fue de 33.393 sufragios en la boleta de concejales a 38.565, unos 5 mil más según el conteo provisorio. Sin embargo, no debe perder de vista que el oficialismo municipal lo duplicó en votos totales, una distancia muy superior a elecciones anteriores. Literalmente, lo trituró.

   Datos del retroceso: en 2019 la lista del FdT encabezada por Federico Susbielles sacó 77.272 votos, el doble que ahora. Incluso en los comicios de 2015, 2017 y 2019 los candidatos locales del peronismo consiguieron más votos que los nacionales. Esta vez la más elegida de la tira no fue Gisela Ghigliani sino el postulante a diputado provincial Alejandro Dichiara con 39.863 adhesiones y también tuvo mejores números el tramo nacional, con los 39.590 votos de Victoria Tolosa Paz.

   La gran pregunta es dónde están esos votos perdidos. Más de 10 mil pueden haber ido a otras opciones peronistas, como las encarnadas por Luciano Martos (el canillita tuvo la lista corta con mejor performance, al llegar a 6.254 sufragios) y por el randazzista Oscar Abraham (5.371). Pero sigue existiendo un cúmulo de electores que se le esfumó al Frente de Todos y es difícil de explicarlo por el voto hacia la izquierda o los vecinalistas, ya que no hubo grandes alteraciones ahí en la comparación con otros años.

   Puede que la razón esté en el electorado que no fue a las urnas, pero no es una definición rigurosa. Otra hipótesis es que se hayan filtrado a Juntos vía simpatía por Manes. Todavía más complicado de demostrar.

   El justicialismo deberá calmar los ánimos y hacer su análisis. Su planteo post elecciones es que siguen siendo una alternativa competitiva para 2023 y que una PASO entre Susbielles y Marcelo Feliú dotaría al espacio de un volumen que este año no demostró.

   Va a haber mucho ruido interno y discusión por los liderazgos en estos días, incluso se plantearán terceras opciones pensando en la primaria para dentro de dos años. Todo es posible, hoy es más difícil cerrar puertas a quienes se animen a competir.

   Una de las primeras discusiones será el tono que asumirán frente al electorado bahiense en los tiempos por venir. Cunde la idea en distintos sectores que seguir kirchnerizando el discurso es un ancla en una ciudad como esta.

   Anoche el abogado Sebastián Martínez, hombre muy cercano al gremialista municipal Miguel Agüero, lanzó un tuit sugerente: "Vuelve el peronismo, no?"

   La pulseada está en marcha.

   En cuanto a la comparación numérica dentro de la lista sábana de Juntos, se mantuvo la tendencia histórica de que el corte favorece a los candidatos provinciales y nacionales. Así como en concejales el provisorio da 77.751 votos, los diputados bonaerenses liderados por Lorenzo Natali llegaron a 81.284 en Bahía y el segmento de Diego Santilli escaló a 81.972.

   El resultado para el oficialismo local fue muy bueno, pero quienes hacen análisis microscópicos saben que no se trató de una excelente elección, aun cuando las 7 bancas conseguidas para el Concejo consoliden la mayoría llevando el bloque a 14 miembros, contra 8 del peronismo y los 2 libertarios. La expectativa era llegar al 50% de los votos en las generales y se quedaron en 46,4%, incluso retrocediendo respecto del 48% de septiembre. Igualmente, está clarísimo que recibieron un respaldo mayoritario en cada rincón de la ciudad y que conservan una espalda bien ancha para perfilar lo que viene.

   Por lo pronto, este jueves habrá un relanzamiento del gabinete municipal con miras a los últimos dos años de mandato de Gay. El intendente ratificó, por enésima vez, que aun si la ley volviera a permitirle una candidatura a jefe comunal no la tomaría. Dentro del Pro, los nombres clave pensando en el futuro son Adrián Jouglard, Pablo Romera y Tomás Marisco, probablemente el más favorecido con la reformulación que se anunciará del organigrama de gobierno, ya que tendrá más áreas a su cargo.

   Otros dirigentes que cobrarán protagonismo en esos cambios son Marcos Streitenberger (probable reemplazo de Jouglard como secretario de Gobierno), César Tommasi y, quizás, Federico Tucat. Los detalles finales se conocerán pasado mañana.

   "Es un buen momento para visibilizar los ejes de acá a 2023. Qué modelo de ciudad queremos y hacia dónde vamos en este tiempo que falta", explica una calificada fuente de Alsina 65, que pide reserva de los pormenores para no quemar el anuncio del intendente.

   Una pista ya trascendió semanas atrás. Crearán una Secretaría de Producción que, según pudo saber La Nueva, estará a cargo de un funcionario de alto perfil técnico. Favorecer la radicación de empresas que generen empleo es uno de los enormes desafíos de la pospandemia.