Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Día del Martillero y Corredor Público: el sector que espera con ansías la reactivación

Este día fue fijado en el 11 de octubre como homenaje a la Asamblea Constitutiva de pioneros y forjadores de la profesión, llevada a cabo en la ciudad de Tandil en 1943.  La actualidad a nivel local.

Archivo La Nueva.

   El sector inmobiliario en la localidad de Bahía Blanca mostró una tendencia regular en el caso de compraventa y normal para alquileres durante el bimestre julio-agosto (según parámetros CREEBBA), mostrando igual situación en ambos rubros por quinto bimestre consecutivo.

   Según datos del Colegio de Escribanos de la provincia de Buenos Aires, durante julio en Bahía Blanca se ejecutaron un 10% menos de actos de compraventa en términos interanuales y un 21% menos respecto al mes previo.

    Analizando las respuestas de los encuestados, las expectativas generales de los agentes inmobiliarios revelaron que el 48% no aguarda cambios en la situación económica venidera. Un 38% afirma que la misma empeorará y un 4% que será aún más compleja. Por último el 10% restante espera una mejora.

   En comparación a mayo-junio, la mayoría de las categorías de compraventa presentaron una tendencia regular. Por otro lado locales, cocheras y depósitos exhibieron una tendencia desalentadora y lotes para casas y chalets revelaron un resultado normal.

   En términos interanuales, el nivel de ventas fue menor para todas las categorías estudiadas. Departamentos de 1 dormitorio y funcionales y lotes mostraron guarismos similares respecto a las ventas realizadas durante el bimestre julio-agosto.

   Teniendo en cuenta las expectativas para compraventa, las mismas expusieron que el 57% no espera cambios radicales en el mediano plazo y un 29% prevé un descenso en el nivel de actividad. El 10% de los consultados tienen como expectativa que la situación sea más favorable.

   A lo largo del cuarto bimestre de 2021, el rubro alquileres manifestó una situación normal en gran parte de sus categorías, excluyendo depósitos y cocheras con una tendencia regular.

   El precio en pesos de los alquileres, en comparación a igual período del año anterior, presentó valores superiores para la mayoría las categorías, siendo similares exclusivamente en el caso de depósitos.

   Las expectativas, respecto al segmento locativo, revelaron que el 62% de los consultados consideró que la situación seguirá dentro de los niveles vigentes. Un 29% aguarda que exista una mejora en la actividad del rubro y el 5% aportó que la coyuntura será peor en los próximos meses.

   En definitiva, durante el bimestre julio-agosto, la situación fue regular para compraventa y normal para alquiler al igual que los bimestres anteriores. Las expectativas para el mediano plazo sostienen que la actividad continuará como hasta el momento, a la expectativa de los resultados de las elecciones primarias y posible volatilidad del tipo de cambio. 

   Además, los consultados han mencionado que, en su opinión, la ley de Alquileres ha perjudicado el sector locativo pero esperan una recuperación del sector a partir del año que viene dada la vuelta a las clases presenciales en las universidades locales y el arribo de nuevos estudiantes. 

   Los encuestados también hicieron mención acera de consultas sobre alquileres de locales comerciales frente a la apertura de nuevos emprendimientos, situación que no ocurrió en los meses previos. 

   En el caso de compraventa, los consultados afirmaron que la última parte del año siempre resulta un momento de retracción para el sector y la falta de créditos hipotecarios profundiza la situación.

La ley de Alquileres

   La Ley de Alquileres que rige en nuestro país desde julio de 2020 sigue generando controversias a un poco más de un año de su implementación.

   Cabe recordar que la Ley 27.551 modificó el Código Civil y Comercial de la Nación y estableció nuevas reglas para los contratos de locación.

   Entre los nuevos cambios para los inquilinos, la normativa dispone el aumento a 3 años del plazo de duración de los contratos, una indexación anual sobre la base de un coeficiente entre el Indice de Precios Al Consumidor (IPC) y la  Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que deberá publicar periódicamente el Banco Central, y la posibilidad de proponer dos garantías a elegir por el propietario.

   Asimismo, establece que las expensas extraordinarias y los impuestos que gravan a la propiedad, correrán por cuenta del propietario.

   Otra condición es la obligación por parte de los propietarios de registrar los contratos en la AFIP, lo cual deberá ser reglamentado por el organismo oficial para detallar el modo y los plazos en que se realizará el trámite.

   Tantas son las dificultadas que se generó con este nuevo cambio, que el propio ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, admitió días atrás algunas deficiencias de la misma.

   “Los no registrados son un problema. Se habla de unos 2,5 millones de inquilinos. Con la ley se les pidió que se inscriban en la AFIP y apenas se superaron los 200.000. Hay algo que no funciona, no se puede regular ese mercado con leyes nacionales, se necesitan leyes locales. Es imposible definirlo desde la Nación”, señaló Ferraresi.

   Otro efecto no deseado fue la aparición de un exceso de oferta en el rubro vendedor: para no ajustarse a la nueva ley, muchos propietarios prefieren pasar sus propiedades del alquiler a la venta. Eso deja a los inquilinos con menos opciones y precios más caros. 

   “La sobreoferta de departamentos usados es consecuencia directa de la fallida Ley de Alquileres del año pasado, que resultó nociva tanto para los inquilinos, que sufrieron y sufren gigantescos aumentos, como para los propietarios quienes, sin un incentivo para alquilar la propiedad, deciden ponerlas en venta”, dijo Marta Liotto, vicepresidenta del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios porteño (Cucicba).