El primer siglo de un edificio-cofre emblemático

Redacción de La Nueva.

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   La arquitectura es la historia escrita en piedra. La definición, dada por un catedrático español, permite generar una interpretación certera de la trascendencia que este arte tiene en la conformación de cualquier ciudad.

   Cada edificio es testimonio de una época. Es mucho más QUE un conjunto de ladrillos apareados, de revoques y molduras, de estilos y escala, de usos y espacios.

   Detrás de una obra hay una serie de circunstancias que permitieron que la misma ocupara determinado lugar, tuviese determinada estética, se desarrollara en ese tiempo y espacio.

   Un ejemplo de modelo de país, de un momento económico, de un pensamiento superador es, en el caso de nuestra ciudad, el maravilloso edificio que desde 1921 ocupa el banco de la Nación Argentina en la esquina de Estomba y Moreno.

   Circunstancialmente cerrado desde hace más de dos años como consecuencia de un incendio que afectó sus instalaciones, el pasado 17 de enero la construcción cumplió cien años, siendo la más importante construida por esa entidad en el interior del país.

   Su monumentalidad, los metros cuadrados asignados al edificio, su estratégica ubicación, su arquitectura, todo habla de la importancia que se asignaba a Bahía Blanca y la región. Un banco-cofre de escala monumental construido en cinco años.

   Por eso es una de las postales de la ciudad, uno de los edificios que demuestra de manera clara y contundente su importancia cuando apenas clareaba el siglo XX. Da cuenta de una confianza y de una presencia para sostener y ayudar a su desarrollo.

   Celebrar los cien años a puertas cerradas, con algunas obras de reparación concretadas y otras próximas a completarse no es un hecho menor. Reconoce una historia, avala una tradición y deja en claro que, tiempo más tiempo menos, las magníficas puertas de hierros volverán a abrirse, una vez más.