Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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El fuerte impacto que sufrió la construcción en la ciudad

Por la pandemia, en 2020 se redujo en 53 mil m2 lo edificado en Bahía. Equivale a unos 900 departamentos de 2 dormitorios.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Las estadísticas que cada año lleva adelante la Central Territorial de Datos del Departamento de Catastro del municipio en relación al movimiento local de la construcción cerraron el 2020 con una baja que no sorprende en la cantidad de permisos gestionados. 

   En parte, considerando que a partir de marzo la pandemia por el coronavirus generó medidas sanitarias que incluyeron la cuarentena y el aislamiento social obligatorio, lo cual llevó a una virtual paralización de la construcción, con todo lo que esto significa para una industria considerada de las de mayor efecto multiplicador en el mercado.

   Basta señalar que a lo largo del año hubo dos meses –abril y mayo— que no hubo presentación de permisos, por lo que el registro de superficie presentada a ejecutar fue nulo. 

   Por otra parte, cuando en agosto-septiembre las medidas restrictivas en cuanto al trabajo en obras se fueron flexibilizando, las exigencias y protocolos sanitarios obligaron a mantener un ritmo de trabajo reducido en comparación con las épocas normales.

   Sin embargo, el balance final indica que en 2020 la reducción en la cantidad de permisos fue menos de los esperado, alcanzando una merma del 33,4 % respecto al año anterior (de 158.857 m2 bajó a 105.803,5 m2), es decir una disminución de 53.054 metros cuadrados (m2) presentados para su ejecución, equivalente, por tomar una referencia, a unos 900 departamentos de dos dormitorios.

   ¿Por qué la baja es menos significativa de lo esperado? De acuerdo a lo señalado desde los colegios de Ingenieros, Arquitectos y Técnicos, éstos estimaban terminar el año con una mayor afectación general a la superficie que finalmente se llegó.

   Similar fue la disminución de la cantidad de m2 declarados de obras realizadas de manera ilegal en épocas no precisadas, conocidas como obras sin permiso. La baja en este caso fue del 33,09%, pasando de 114.150,6 m2 de 2019 a 76.378,20 m2 este año. 

   Estos valores igual siguen siendo muy significativos y responden a la ordenanza 19.372 que otorga beneficios de pago a quienes hagan estas declaraciones de manera espontánea.

   Por último, la sumatoria de obras presentadas para construir y las declaradas ya realizadas sin permiso el 2020 cerró con un total de 182.181 m2, un 33,27% menos que los 273.008 del año anterior.

Algunos detalles

   Los permisos para construir viviendas unifamiliares fueron los más numerosas en 2020, con el 38%, sumando 48.278 m2. Se ubicó luego el rubro ampliaciones, con el 18,7% (19.846 m2) y en tercer lugar las viviendas multifamiliares con el 17,49% (18.510 m2).

   Finalmente siguió siendo importante la adhesión que ha logrado la Ord. 19.372 que apunta a alentar la declaración de obras construidas sin permiso y el pago de los correspondientes derechos de construcción.

   Desde agosto de 2018 al 31 de diciembre de 2020 se completaron 3.425 presentaciones, lo cual implica que fueron blanqueados 395.246 metros cuadros de obras de distinta envergadura que fueron realizadas sin que el municipio las detectara. 

   Esto permitió concretar una recaudación de 101,2 millones de pesos en derechos de construcción. De acuerdo a lo indicando en la mencionada normativa, ese dinero debe destinarse de manera exclusiva a obras de pavimentación.

El impacto en números

   Qué se hayan construido 50 mil m2 menos en 2020 tiene, claramente, un importante impacto en la economía local. Que no es simple de medir porque su análisis involucra varias variables del mercado, pero al menos se puede tener una idea del efecto que ha generado esa baja en la producción.

   El economista Oscar Liberman mencionó que existen al menos dos maneras de estimar ese efecto, el costo de factores o los precios de mercado. 

   “A precio de mercado sería medir el impacto económico de si esto llegara al mercado. En el caso de 50 mil m2 que se podrían haber vendido a un promedio de mil dólares el metro, significa que hubo un impacto de 50 millones de dólares menos en el mercado inmobiliario”.

   En este caso hay que considerar, sin embargo, que no se tiene una certeza de si esos 50 mil m2 se hubiesen vendido todos durante el año, cómo hubiese sido la demanda real. Por eso este análisis admite sus bemoles pero dan una idea del impacto que tuvo en la sociedad.

   La otra manera de ponderarlo es a costo de factores, que significa considerar como se distribuye ese dinero faltante en los distintos rubros que involucra la construcción, es decir como impactó en la mano de obra, los materiales, fletes, etc.

   Un análisis similar realizó el economista Francisco Rinaldi. 

   “Si faltaron 50 mil m2 es aceptable decir que el mercado inmobiliario resignó un movimiento de 50 millones de dólares, más allá que siempre ese valor del m2 es variable. Pero además, en el caso de la construcción, que tiene un enorme efecto multiplicador, es importante analizar a qué sectores afectó. La mano de obra en particular puede haber tenido un baja de 20 millones de dólares en salarios destinados a los sectores más vulnerables”.