Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Un campus en Milán para incentivar el estudio y la investigación

   Inspirado en un diseño renacentista, el campus de la Universidad de Milán, en Italia, utiliza el ladrillo y suma grandes espacios abiertos y públicos para alentar el encuentro. Se espera esté disponible en 2025

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com / @mrminervino1

   Siempre resulta atractivo conocer los diseños de los campus universitarios. Una pequeña ciudad-barrio donde se convive, se estudia, se enseña, se investiga, se genera una fuerte interrelación académica.

   Carlo Ratti Associati ha presentado su proyecto para el nuevo Campus de Ciencias de la Universidad de Milán, a través de un concurso internacional de arquitectura, propuesta que se extenderá sobre 190.000 m2.

   El proyecto fue diseñado para una comunidad de 23.000 estudiantes e investigadores de ciencias naturales, "explorando cómo una institución histórica puede adaptarse a la era digital". Situado en medio de una serie de jardines y zonas verdes de uso público, el campus contará con una gran plaza central y un lago artificial.

De renacimiento a la era digital

   Buscando homenajear a la vecina sede de la Universidad de Milán, un edificio de ladrillos del siglo XV diseñado por el arquitecto renacentista Filarete, las nuevas estructuras tendrán fachadas de ladrillo resueltas con una innovadora técnica de construcción.

   "Con cada ladrillo posicionado por un brazo robótico y tratado como un píxel dentro de un bajorrelieve a gran escala", la composición generará un tapiz tridimensional. El Campus buscará reinterpretar los principios de diseño de Filarete con las tecnologías digitales del siglo XXI y los nuevos enfoques de enseñanza y aprendizaje.

   Filarete pensó que la arquitectura debía centrarse en la durabilidad, la simplicidad y la sofisticación técnica, que sus edificios se convirtieran en el telón de fondo de un nuevo humanismo, desdibujando los límites entre los espacios privados y públicos.

   Recientes análisis sobre la interacción humana en recintos académicos demuestran que existe una correlación directa entre la proximidad física de los investigadores y la calidad de producción científica. La pandemia reforzó la importancia de los espacios físicos de encuentro.

   Con 100.000 m2 de vegetación, incluyendo terrazas y jardines, el campus dispone de un gran espacio público, un entorno integrado y continuo de caminos y senderos que conectan todos los edificios. A través de los cuales, los estudiantes y visitantes pueden caminar protegidos por galerías y espacios sombreados.