Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Cien días sin coronavirus: cómo lo lograron los municipios “invictos”

Siete comunas de la zona siguen sin registrar casos positivos de COVID-19. Sus intendentes confiaron a La Nueva. cuáles creen que fueron las acciones que les permitieron llegar a ese objetivo: controles a rajatabla, responsabilidad vecinal y pulso firme a la hora de tomar decisiones.

Los controles de temperatura corporal en los accesos, una constante en los municipios que lograron evitar el ingreso del coronavirus. Fotos: Rodrigo García-La Nueva., Archivo y Agencia Monte Hermoso.
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Juan Ignacio Schwerdt y Agencias de La Nueva.
jschwerdt@lanueva.com / laregion@lanueva.com
Audionota: Florencia Albanesi (LU2)

   Los insultaron, los criticaron, los amenazaron con acciones judiciales y hasta recibieron algún llamado de atención por parte de funcionarios cercanos al gobernador Axel Kicillof por tomar decisiones que están fuera de su competencia. Sin embargo, contra viento y marea siguieron adelante y así lograron un objetivo que pocos creían posible a fines de marzo: 100 días de cuarentena sin un solo caso positivo de coronavirus.

   Este grupo de “invictos” es selecto: son algo más de 30 intendentes de la provincia que, de una forma u otra, lograron en los últimos tres meses blindar su territorio frente a la amenaza del Covid-19.

   En el Sudoeste fueron ocho los que conquistaron este objetivo, aunque el pringlense Lisandro Matzkin casi no tuvo oportunidad de celebrarlo: el último martes, en el día 102 de la cuarentena, se registró en su distrito el primer caso confirmado. Si la mirada se amplía a todos los partidos de la Sexta Sección, la cifra de los que llegaron a los 100 días "invictos" trepa a 13.

Coronel Pringles fue uno de los ocho municipios del Sudoeste que llegaron al día 100 sin casos. Dos días después registró el primero.

   De aquí surge el primer dato para empezar a entender cómo lograron evitar la enfermedad: todos gobiernan en jurisdicciones con menos de 20 mil, lo que facilita el control poblacional. La única excepción es Ricardo Moccero, de Suárez, donde viven unas 40 mil personas.

   Ninguno, sin embargo, reconoció ante la consulta de La Nueva. que ese haya sido un factor determinante para mantenerse a salvo. En lugar de eso, hicieron mucho hincapié en los controles a rajatabla, el acompañamiento de los vecinos a cada medida tomada y el pulso firme no sólo para tomar decisiones muy resistidas, sino también para sostenerlas en el tiempo.

   “En Suárez la clave fueron los controles en los accesos. No tengo dudas. Venimos frenando a todo el mundo desde el 20 de marzo, de modo que no entra nadie sin que nosotros lo sepamos o lo permitamos desde el Comité de Crisis”, confió Moccero a La Nueva.

   La medida, reconoció, implica tomar decisiones que son “muy antipáticas para la gente”.

   “Esta semana, por ejemplo, luego de que se detectó un caso en Pringles resolvimos cortar el ingreso de todo el que provenga de esa ciudad y no desarrolle una actividad esencial”, refirió.

   Moccero dijo que a quienes llegan al distrito se les exige no sólo el permiso de circulación nacional, sino también otro que deben tramitar en el municipio.

   “Si alguien llega al retén y no tiene el permiso municipal, no pasa”, subrayó.

   En los retenes -amplió- también se frena a transportistas y distribuidores. A todos se les exige que dejen allí mismo la carga, a fin de que pueda ser desinfectada antes de que la retire el comerciante local.

   “Y si se trata de un transporte grande, con reparto entre varios clientes, lo acompañamos a cada negocio, le exigimos al camionero que entregue los remitos por la ventanilla sin bajarse del vehículo y luego lo escoltamos hasta que sale a la ruta. Puede parecer algo exagerado, pero prefiero eso a tener el virus en Suárez”, completó.

   El secretario de Gobierno y Seguridad de Tornquist, Ezequiel Gabella, también hizo hincapié en el endurecimiento de los controles de acceso.

   “Tornquist fue pionero en flexibilizar la cuarentena y disponer la reanudación de distintas actividades, y eso fue posible por los controles que se hicieron en los accesos. Demostramos que no estábamos equivocados cuando decíamos que se puede flexibilizar si a la par se actúa con firmeza para evitar el ingreso del virus y hay responsabilidad en los habitantes”, dijo.

   Gabella señaló que el rol de los controles ruteros será cada vez más importante en la medida en que haya más casos en distritos cercanos y aumente el riesgo de contagios comunitarios.

   “Mientras más podamos controlar de dónde viene la gente a nuestro distrito, será más fácil llevar adelante proyectos como el de Turismo Seguro y reactivar el sector”, dijo.

   El intendente de Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, también hizo hincapié en la importancia de los controles en el acceso, pero sobre todo en haber podido mantenerlos “sin relajarse nunca en estos más de 100 días”.

   “Para eso es importante estar convencido de cada paso que se da, aún sabiendo que a mucha gente quizá no le caiga bien la medida tomada. Siempre digo que no hay un manual de la pandemia, por lo que las decisiones se van tomando sobre la marcha, en base al sentido común y al aporte de especialistas, pero sobre todo teniendo como premisa la salud de la gente”, señaló.

   Dichiara fue uno de los intendentes que más endureció los controles en el acceso a su distrito. Las imágenes de aquellos primeros días de la cuarentena con centenares de vehículos en la ruta 78, esperando para ingresar al balneario y hacer turismo en medio de la pandemia, le abrieron los ojos sobre el riesgo que corría la población local si no se tomaban medidas contundentes.

   “Por eso dispusimos permitir el ingreso solamente de quienes vivan en Monte o realicen actividades esenciales y con el correspondiente permiso, lo que se mantiene hasta hoy. Todos tenemos en claro que el acceder a la propiedad de uno es un derecho constitucional, pero la salud y el cuidado de la vida también lo son”, señaló.

   "Yo soy el primero que quiere que vengan miles de turistas a Monte, pero hoy la prioridad es otra", añadió.

   Dichiara mencionó que tomar decisiones en medio de la pandemia también implica “tener flexibilidad para saber cuándo hay que dar marcha atrás y tener la apertura suficiente para explicar las razones de cada paso que se da”.

   “Eso es fundamental para tener el acompañamiento de la gente -dijo-. Porque, si no lo tenés, no podés lograr nada. Yo puedo decir, con mucho orgullo, que más allá de que les gustaran o no las medidas tomadas, en general la gente de Monte Hermoso siempre nos respaldó, y eso es porque siempre decimos qué vamos a hacer y por qué”.

   “Hace poco habíamos habilitado las reuniones sociales todos los días, pero hubo quienes se aprovecharon de esa situación. Por eso debimos limitarlas a dos jornadas por semana y, desde esta semana, a tres. Al hacer este anuncio explicamos claramente por qué dimos marcha atrás, y la gente lo entendió”, añadió.

   Otra medida importante fue disponer el aislamiento obligatorio, por 14 días, de toda familia donde una o más personas hayan regresado de realizar alguna consulta médica o estudio de complejidad en ciudades como Bahía Blanca o Punta Alta. De la medida están exceptuados quienes, en cambio, hayan ido a sitios sin casos activos, como Coronel Dorrego.

 

   El intendente de Saavedra, Gustavo Notararigo, también destacó la responsabilidad social de los vecinos como otro factor importante para llegar a los 100 días sin casos positivos.

   “En mi distrito la mayoría de la gente viene actuando en forma responsable. Es un aspecto clave, porque aquí tenemos muchos trabajadores esenciales en la Unidad Penitenciaria, el Ejército y en el campo”, dijo.

   Facundo Castelli, de Puan, opinó en el mismo sentido: “lo más importante fue la respuesta de la gente”.

   “La prueba de esto es que hace poco tuvimos el ingreso de una persona con coronavirus proveniente de Olavarría, un transportista, y no se contagió nadie en Puan. Esto hizo evidente que se hizo todo bien en materia de prevención”, subrayó.

   “El equipo de Salud trabajó de la mejor forma para concientizar e informar a la gente, y la respuesta de los vecinos fue excelente. Y todo esto lo complementamos con controles en las rutas para evitar ingresos clandestinos”, subrayó.

   Javier Andres, intendente de Adolfo Alsina, dijo que el respaldo de la gente a cada medida tomada se acentuó al convocar a voluntarios para “controlar accesos y hacer seguimiento de las personas en aislamiento”.

   “Esa medida, y la decisión de crear la Junta Municipal de Defensa Civil, con la participación de referentes de todos los sectores, fueron los pilares para responder de la mejor manera a esta situación tan compleja”, reconoció.

   El intendente de Guaminí, José Nobre Ferreira, dijo que otro elemento importante fue “el trabajo en equipo y la comunicación”, así como la incorporación de tecnología en los controles de acceso.

La suerte, ¿otro factor clave?

   Al menos tres de los intendentes de la zona en cuyos distritos no hubo casos de Covid-19 en los primeros 100 días de la cuarentena reconocieron que la suerte también fue un factor importante.

   “Siendo sincero, creo que para no tener ningún caso hay que tener cierta dosis de suerte. Un caso puede surgir en cualquier momento, por más medidas que se tomen y sin que eso implique que se actuó con irresponsabilidad”, subrayó Dichiara.

   Coronel Pringles, de hecho, cumplió el domingo pasado 100 días sin casos positivos. Dos días después dio positivo de Covid-19 un vecino de esa ciudad que cumple funciones como agente del Servicio Penitenciario en la cárcel de Bahía Blanca. El caso aún está en estudio epidemiológico.