Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Trabas a la compra de dólares para importar, otro escollo para las firmas

Las regulaciones ya están operativas y dilatan los procesos productivos de la industria, la mayor demandante de productos extranjeros.

Las nuevas restricciones para acceder al mercado de cambios amenazan con dilatar procesos productivos que necesitan de los insumos extranjeros, lo que podría tener efectos en la industria local.

Así, tras la Comunicación “B” 12.020 del BCRA, con fecha de ayer, los bancos de las empresas que importen bienes deberán enviar a la Gerencia de Cambios de la autoridad monetaria un pedido de conformidad para la liquidación de divisas.

“El pedido lo hace el banco, con lo cual, es más ágil en ese sentido con respecto a otras regulaciones del pasado, aunque los importadores también deber cumplir con el informe de activos y pasivos externos, entre otros requerimientos complejos de normativa cambiaria. El problema radica en que afecta a los tiempos de las empresas, porque es muy difícil saber hoy en cuanto tiempo estará un insumo estratégico listo para poder ser usado”, explicó a La Nueva. la licenciada en Comercio Internacional y Despachante de Aduanas Pamela Lorenzo.

Es que de acuerdo con cifras oficiales, a abril de este año, el 74,5 por ciento del total importado fue con destino al sector productivo nacional, ya que ese porcentaje se desagregó en insumos productivos (42,4%), piezas y accesorios para bienes de capital (17,1%) y bienes de capital (15%).

Aclaró que en el caso de pequeños importadores “no se ven demasiados inconvenientes”, pero en los casos de mayores montos, los tiempos se dilatan. “Hay casos de clientes que importaron maquinaria a principios de años, pero entre la pandemia y estas regulaciones, que cambian muy rápido, se complica mucho dar un horizonte de previsibilidad”.

La medida persigue restringir la salida de divisas por el pago de operaciones de comercio exterior, ya que las reservas netas en poder de la autoridad monetaria totalizaban unos 9.900 millones de dólares, unos 1.600 millones menos con respecto a su nivel de diciembre de 2019, de acuerdo con datos del periodista y economista Maxi Montenegro.

Con todo, la premisa del Gobierno es cuidar cada divisa como si fuese la última, a punto tal que la normativa vigente obliga, entre otros puntos, a que las empresas informen mediante declaración jurada que no poseen “activos externos líquidos” (billetes y monedas extranjeras, oro, depósitos en cuentas bancarias del exterior o inversiones en títulos públicos externos entre otros) con los que afrontar la importación que pretenden pagar.

“La idea es que si la empresa tiene las divisas en su poder, pague con eso antes de pedir más en el mercado”, explica la profesional.