Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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​La Justicia aceptó que un chico no se revincule con su padre violento

Un juez de Familia revocó su propia medida al escuchar al adolescente. En Bahía hay antecedentes. Cómo la palabra del menor en los procesos judiciales cobró protagonismo en los últimos años. 

   El juez de Familia N° 2 de La Plata, José Luis Bombelli, hizo lugar al pedido de R.S., un chico de 13 años, y dio marcha atrás con su propio fallo que obligaba a la revinculación del joven con su papá, que había sido denunciado por maltrato infantil.

   La ONG Las Mirabal, de esa ciudad, tuvo una intervención clave en el caso, según lo que publicó hace algunos días en su Facebook, al punto de considerar inédita la resolución en la capital provincial.

   La Justicia siempre busca agotar instancias para recomponer las relaciones de menores con su familia de origen, aún en situaciones donde previamente se dieron delitos como abusos o violencia de género, y posiblemente no se tenga en cuenta una evaluación integral.

   Sin embargo, en esta causa Bombelli volvió sobre sus pasos y revocó una decisión propia.

   Flavia Centurión, abogada de Las Mirabal, comentó que el joven "venía siendo obligado a revincularse con su padre, que lo ha violentado gravemente e insistía en el expediente" para continuar el contacto.

   A través del centro de estudiantes de su escuela, el chico conoció la existencia de la figura del Abogado del Niño y de esa manera se asesoró.

   La ONG hizo su parte. Acompañó al menor y trató de obtener su "opinión autónoma", algo difícil de revelar para un adolescente a alguien desconocido.

   De esa manera pudieron llegar a la conclusión que "estaba siendo forzado a revincularse con una figura para él muy negativa" y que cada paso procesal (implica entrevistas con psicólogo, psiquiatra y otros especialistas) "era una revictimización constante" que impactaba en su desarrollo.

   El juez, en definitiva, aceptó el planteo y cambió de opinión.

   Ponderó el informe de una psicóloga, acerca de que R.S. "necesita tiempo para decidir si lo quiere ver o no a su padre y fundamentalmente que no desea que se lo presione a cumplir obligadamente con este cometido". 

   "Nuestra vasta experiencia nos indica que la presión obligada a un menor a una revinculación que el parecer no responde a sus deseos, con un progenitor con el que no ha tenido contacto desde hace varios años y del que retiene imágenes negativas de sus últimos encuentros hace 8 años, no es la vía para resolver su rechazo", sostuvo la profesional y tuvo en cuenta el juez.

   En consecuencia, se hizo valer la opinión del joven -atento al principio de autonomía progresiva y el grado de madurez- y suspendieron el tratamiento de revinculación ordenado.

Ya pasó en Bahía

   El fallo de La Plata es muy interesante aunque cuenta con antecedentes, según confirmó el titular de la Asesoría de Incapaces de Bahía Blanca.

   El doctor Guillermo Lammle confirmó, aunque sin dar precisiones por tratarse de menores, que "en la Justicia de Bahía Blanca hemos tenidos casos así, no sé si con actos de violencia previos, pero sí de jueces que ordenan la revinculación y que después dan marcha atrás".
Lammle es titular de la Asesoría desde 2016 aunque cumple funciones en ese ámbito desde 2010.

   "La escucha del chico siempre existió, en todos los supuestos. Está previsto en la Convención sobre los Derechos del Niño, que es un tratado firmado por Naciones Unidas en 1990", sostuvo.

   "La figura del Abogado del Niño ya existía a partir de la ley 14.568 (promulgada en enero de 2014), aunque con el nuevo Código Civil y Comercial (agosto de 2015) tomó más relevancia y se ha ido imponiendo con mayor fuerza", agregó.

   Para los jóvenes de 13 años o más, ese asesoramiento es obligatorio.

   Los chicos pueden dar su parecer siempre cuando en el proceso judicial está en juego su situación personal. A cualquier edad. 

   Desde los 2 o 3 años de edad pueden manifestarse a través de juegos o dibujos, con equipos interdisciplinarios. Más grandes, con 7 u 8, ya lo hacen de manera verbal, siempre que el grado de madurez se los permita.

   De todas maneras, el hecho de escucharlo no quiere decir que se vaya a resolver a tono con el pedido del menor. "Lo que ellos quieren no siempre es lo corresponde", explicó otra fuente.