Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Audios virales en plena pandemia: cuándo es delito enviarlos y cuáles son las penas

La abogada platense Marina Benítez Demtschenko, especialista en derecho informático, dio detalles de un tema del que vuelve a hablarse en Bahía. ¿Puede haber sanción para el que emite un audio privado? ¿Y para el que lo difunde?

 

   En las redes sociales de nuestra ciudad, casi de manera paralela al minuto a minuto informativo del Covid-19, se volvió a hablar de los audios de WhatsApp que son virales. 

   El comentario de un médico a un paciente sobre la inminente llegada del contagio comunitario a Bahía Blanca, o la supuesta comunicación de una periodista, también en un marco de privacidad, acerca del posible origen de la transmisión del virus en el Hiper de la Cooperativa son dos casos testigo.

   ¿Puede ser sancionado aquel que emite un mensaje que se da en un ámbito reservado?, ¿y quienes lo viralizan?

   La abogada de La Plata Marina Benítez Demtschenko, especialista en derecho informático a partir de una desgraciada situación personal (fue víctima de sextorsión), explicó cuáles son los alcances de la ley.

   "En casos como el del médico puede aplicar el artículo 155 del Código Penal, sobre revelación de secretos", declaró.

   Esa normativa prevé multas de 1.500 a 100 mil pesos para quien publicare contenido, no destinado a publicidad, de una correspondencia, comunicación electrónica (alcanzaría a WhatsApp), pliego cerrado y despacho telegráfico o telefónico.

   El Código exceptúa de responsabilidad a quien actuare con el propósito de proteger un interés público.

   "Las conversaciones privadas están protegidas porque, justamente, tenemos derecho a la privacidad. En el caso del médico podríamos pensar en un 'interés público', pero no sería así porque se trata de una opinión, no de una información científicamente respaldada", sostuvo.

   "Si yo tuviera que asesorar en esos casos diría que sí hay una auténtica comisión del artículo 155 del Código Penal", agregó Benítez Demtschenko en relación al "primer difusor" del audio, es decir quien lo recepcionó originalmente y tenía obligación de resguardo.

La viralización

   Con la "viralización" cambia la cosa. 

   "El resto lo hace en la irresponsabilidad propia de la era que estamos viviendo, de la no contemplación de los daños que se pueden causar", opinó.

   En todo lo que tiene que ver con la divulgación masiva de audios, la normativa nacional tiene un vacío.

   "Aunque no hay imposibilidad técnica para perseguirlos, sí es difícil localizar cada boca de difusión posterior a la primera, con lo cual existe una imposibilidad práctica. Puede existir conducta dolosa y dañosa de quien emite por primera vez pero no necesariamente de quienes reciben y comparten", amplió.

   En otros países prefieren abordar casos concretos y se apunta a la alfabetización digital y al chequeo de contenidos, desde el punto de vista cultural, dijo la especialista.

Audios falsos

   Tampoco hay encuadre jurídico para los audios falsos que se difunden. Es una discusión que viene de antes de la creación del WhatsApp.

   "Yo creo que puede adaptarse el artículo 211 del Código Penal (penas de 2 a 6 años), que tiene que ver con infundir temor público, dar voces de alarma o la comisión de un delito común por medios idóneos para producir esos efectos. Considero que el WhatsApp es un medio idóneo", afirmó.

Campañas de desinformación

   Las llamadas fake news (campañas de desinformación) tienen intereses "dignos de repudio" por la perturbación social que pueden causar, aseguró la abogada. 

   La organización Activismo Feminista Digital, que ella integra, difundió algunos tips para tratar de detectar lo engañoso.

   "Quien las genera está detrás de intereses particulares, económicos, políticos o reaccionarios. Esas campañas tienen un contenido emocional muy grande. El que lo recibe siente la necesidad de reenviarlo", detalló.

   Se dan a través de redes sociales, portales y blogs y, generalmente, no tienen autor y se viralizan rápido porque nos hacen sentir la necesidad de alertar al resto. Buscan que la gente no dude.

   Un buen ejercicio es leer hasta el fin para determinar si es una noticia, ya que el título puede ser engañoso o seductor y no tener que ver con el contenido.

   Piden especial cuidado con los "clickbaits" (oraciones o frases que buscan el clic del usuario y pueden contener enlaces con malware (programas maliciosos).

   También aconsejan identificar el origen, la fuente del material, si tiene valor informativo y si el eventual autor existe (googlearlo).

   Por último, si es una imagen, una alternativa es hacer clik para copiar la URL y luego rastrear en Google dónde fue publicada.