Oposición en Río Negro a que la planta de GNL se construya en Bahía Blanca
Pretenden que el sitio elegido, si es que alguna vez se concreta, sea San Antonio Este o Punta Colorada, en Sierra Grande.
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Adrián Luciani
aluciani@lanueva.com
Si bien la coyuntura sanitaria y económica del país hacen que la concreción de cualquier gran inversión resulte, hoy por hoy, una verdadera quimera, en Río Negro ya se levantan voces en contra de la construcción de una planta terrestre de gas natural licuado (GNL) en Bahía Blanca.
El exsecretario de Energía rionegrino y actual legislador, Sebastián Caldiero (Juntos Somos Río Negro) ratificó que esa provincia no resignará que la planta se haga en el puerto de San Antonio Este (SAE) o el de Punta Colorada, en Sierra Grande.
En declaraciones a la Agencia Periodística Patagónica (APP), Caldiero dijo que si bien el tema quedó relegado del debate por las circunstancias de la pandemia, cuando se instaló el año pasado el entonces gobernador Alberto Weretilneck había planteado que se requería federalizar el desarrollo y no seguir concentrando proyectos de envergadura en Bahía Blanca, que ya tiene el polo petroquímico “y concentra una gran actividad agroindustrial”.
El legislador anunció que Río Negro insistirá con la propuesta del puerto de SAE y el de Punta Colorada (Sierra Grande), que a su entender tiene las condiciones más que adecuadas para este tipo de planta.
También recordó que se habló de una inversión de 5 mil millones de dólares.
“Federalismo es redistribuir los ingresos y las actividades y buscar alternativas a la actual concentración” sobre la pampa húmeda, indicó.
En el freezer
Si bien la construcción de una planta terrestre de GNL es un proyecto que tarde o temprano Argentina deberá encarar para poder exportar los excedentes de gas, la idea se encuentra hoy lejos de concretarse.
De hecho las noticias que llegan desde el exterior no son buenas porque se estima que la inversión extranjera directa caerá entre 40 y 55% este año respecto de 2019 en América Latina, lo cual afectará en especial a la Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.
Los datos surgen del informe mundial de inversiones 2020 de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
Y para colmo de males, el Centro de Competitividad Mundial del Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD World Competitiveness Center), con sede Lausana, Suiza, ubicó a la Argentina como el segundo país menos competitivo del mundo, sólo superado por Venezuela.
Esto tiene especial incidencia en las aspiraciones nacionales de concretar una planta de GNL ya que el monto de la inversión requerida escapa a las posibilidades de YPF y la petrolera estatal deberá asociarse con otras empresas para encarar un proyecto de semejante envergadura.
Tierras en Bahía
En diciembre del año pasado llegaron a la ciudad profesionales y técnicos de YPF con el objeto de analizar distintas zonas de localización para este megaproyecto y dirigieron la mirada hacia la zona próxima al predio que años atrás le concedieron a la minera Vale. Trascendió que se requieren entre 100 y 150 hectáreas.
Si bien continúan los estudios, el derrumbe de los precios internacionales del gas también hace que la idea haya entrado en un compás de espera.
De hecho existe otro proyecto para Bahía Blanca, aunque menos ambicioso que el de YPF, y que pretenden desarrollar empresas privadas Excelerate Energy y Transportadora de Gas del Sur.
En este caso el costo rondaría los 1.600 millones de dólares y es de escala mediana.
Mientras tanto, hasta ahora lo único concreto en materia de GNL sigue siendo la barcaza de licuefacción “Tango” amarrada en el muelle local de Compañía Mega.
Luego de varios despachos realizados al exterior, la planta flotante que convierte en GNL el gas natural que llega del sur, se encuentra paralizada y continuará en esa situación hasta septiembre, cuando aumenten las temperaras, disminuya el consumo domiciliario y se disponga de gas para exportar.