Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Cinco respuestas sobre la epilepsia en tiempos de cuarentena

A nivel mundial se estima que hay cerca de 50 millones de personas con epilepsia.

 Dra. Gabriela Ferretti / Médica neuróloga

   La epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A esto se le llama "ataque epiléptico".

   Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con cierta frecuencia (ataques recurrentes). La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del funcionamiento del cerebro; por esta razón, se trata de una afección neurológica.

   1) ¿Qué hacer ante una crisis de epilepsia en cuarentena? 

   Si se trata de una persona que no ha tenido nunca una crisis, la ocurrencia de una de ellas debe ser evaluada por el servicio de urgencias, ya que muy probablemente se trate de una crisis epiléptica como signo de un cuadro clínico sin que necesariamente configure una patología crónica, pero que debe ser estudiada.

   Si en cambio se trata de un paciente ya diagnosticado y tratado, habrá que evaluar si ha habido algún motivo que haya precipitado la misma. El cumplimiento de los horarios de las tomas de medicamentos a las dosis indicadas y el respeto de los tiempos de sueño necesarios son fundamentales en la prevención de crisis.

   Para los pacientes que se encuentran en seguimiento domiciliario, el contacto telefónico con el profesional médico de seguimiento permite orientar a la familia en las medidas a tomar y constituye una fuente de tranquilidad para el entorno el saber que cuentan con un equipo profesional comprometido con el paciente.

   2) La importancia de la teleasistencia.

  Si bien no hay registros absolutos, las visitas programadas a los consultorios externos se encuentran prácticamente suspendidas. La telemedicina ha tomado un fuerte auge desde el inicio de la cuarentena, con la reciente media sanción de Cámara de Diputados de la autorización de la teleasistencia y prescripciones médicas en forma digital que le otorga un marco legal a actividades que están en los albores de su implementación. La teleasistencia permitirá poder realizar un seguimiento más estrecho de esta patología crónica para evitar las complicaciones y/o descompensaciones que puedan surgir habitualmente.

   3) El tratamiento para quiénes tienen epilepsia y son afectados por el Covid-19.

    Las personas que padecen epilepsia son un grupo muy heterogéneo de casos con un espectro de pacientes que tienen una vida totalmente normal y se mantienen libres de crisis con un solo fármaco hasta personas donde las crisis son solo un aspecto más de cuadros neurológicos más complejos como por ejemplo los trastornos del neurodesarrollo, quienes necesitan múltiples fármacos y aun así no logran controlar la totalidad de las crisis. Sin embargo, según los reportes médicos existentes, las personas con epilepsia no han mostrado peor pronóstico que el resto de las personas, cuando se infectan por Covid-19.

   La infección por coronavirus puede afectar como cualquier infección viral a una persona que padece epilepsia, siendo la fiebre un factor que puede predisponer a que una crisis convulsiva pueda desencadenarse, por lo que habrá que tomar los recaudos necesarios para evitarla.

   El sistema inmunitario no se ve afectado por la mayoría de los fármacos antiepilépticos, salvo algunas excepciones que utilizan corticoides o moduladores de la respuesta inmune, pero afortunadamente son un tratamiento para las minorías.

   4) El aislamiento actual y su impacto en personas epilépticas.

  En una encuesta realizada a 277 cuidadores de pacientes con epilepsia grave de origen genético en el Hospital Ruber Internacional de España, se evidenció que el 30% de los pacientes (se trata de una población joven) presentó problemas de conducta y en un 15% de los casos aumentaron la frecuencia de sus crisis epilépticas.

   Los motivos posibles para estos hallazgos pueden justificarse en la suspensión de las terapias y la asistencia a los establecimientos de rehabilitación, así como la escasez de recursos económicos para acceder a la medicación (recordemos que en España la cobertura no es total como en nuestro país según la Ley de Discapacidad).

   Es aquí donde la internación domiciliaria se posiciona como un recurso sanitario fundamental no solo para evitar las complicaciones derivadas de la falta de rehabilitación sino también para no perder las habilidades de estos grupos que, de no realizar terapias de manera continuada, ven retroceder los logros tan dificultosamente obtenidos.

   5) Pandemia y su impacto en el stock de medicamentos disponibles.

   Al inicio de la pandemia, el expendio de fármacos antiepilépticos, que en su mayoría requieren de receta duplicada por tratarse de psicofármacos, se vio dificultada por la imposibilidad de acceder a la receta en el formato tradicional. Afortunadamente se fue implementando un mecanismo de expendio de recetas que se envían vía WhatsApp, mail u otros medios electrónicos que normalizaron el suministro de medicamentos, y se está avanzando en las medidas legislativas para que se establezca como una dinámica estable de proceder.