Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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¿Por qué hay cada vez menos margen de error para la toma de decisiones en el negocio agropecuario?

La biotecnología y las Buenas Prácticas Agrícolas han pasado, definitivamente, a dominar una escena donde la semilla no deja de sembrarse.

Ultima tecnología para el monitoreo de los lotes. / Fotos: Pool de Periodistas y Prensa Expoagro

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com
Enviado especial a San Nicolás

   “Tenemos claro que ninguna biotecnología es para siempre. Por eso recomendamos cuidarla”, dice Hugo González, gerente de Desarrollo de NK Semillas.

   “¿Cómo se cuida? Haciendo refugio y con un 10 % del campo sin biotecnología, para tener siempre genes susceptibles en los insectos y perdurar a través del consumo de esos insectos. ¿Por qué el consumo de material vegetal de esos insectos? Porque si logramos que esos insectos susceptibles se crucen con los potencialmente resistentes siempre mantendremos abierta la genética de la susceptibilidad al insecticida y se perdurará en el control”, agrega.

Hugo González.

   “¿Una convivencia? Algo así. Y se explica por cuestiones biológicas. Hoy, las proteínas insecticidas tienen una vida útil, la naturaleza cambia y los insectos y, como todo organismo vivo, se adapta a los problemas; nosotros también lo hacemos. Cuando sucede con los insectos, esa biotecnología deja de serlo”, explica.

   “El productor argentino, desde su gran capacidad de aprendizaje, lo tiene claro. Y nosotros creemos que lo debemos seguir reforzando para que nadie quede afuera de esta realidad”, sostiene González, en diálogo con “La Nueva.”.

   Según relevamientos de la red REM de manejo de plagas de Aapresid, las malezas más difíciles son aquellas que muestran resistencia a múltiples modos de acción, sea glifosato, inhibidores de ALS o ACCasa o a los hormonales: 2,4-D y Dicamba.

   Dentro de estas malezas, las más diseminadas en el país y de difícil control son las latifoliadas yuyo colorado (Amaranthus) y rama negra (Conyza), y en cuanto a las gramíneas anuales, se complican las poblaciones de sorgo de alepo, raigrás, Chloris, Eleusine, Digitaria y Echinochloa, entre otras específicas por zona.

   El estand de NK fue una las atracciones de Expoagro 2020, más allá de la presentación en sociedad de una semillera de trayectoria centenaria. Por ejemplo, exhibió su portfolio de maíz tanto para fechas tempranas como tardías y mostró los beneficios de la tecnología Agrisure Viptera (para el control del gusano cogollero) y la importancia de sembrar Refugio.

   “El productor aprendió a convivir, porque hoy es muy difícil estar en un campo donde no haya malezas”, agrega Gustavo Ricci, gerente de Marketing de Corteva Agriscience.

Gustavo Ricci.

   “Creo que la palabra justa es convivencia y nos vamos acostumbrando a que haya alguna que otra (maleza). El problema es aprender a controlarla para que no aumente la cantidad de plantas por metro cuadrado, sino que se mantenga en ese equilibrio y que al productor no le afecta tanto”, dice.

   Corteva mostró en Expoagro a Remigate, un herbicida preemergente con acción residual para control de Amaranthus y gramíneas anuales.

   “Ante tantos desafíos, el nuestro es anticiparnos”, afirma Rodrigo Ramírez, gerente general de UPL, la firma que presentó Open Ag (Agricultura Abierta) y desplegó su portfolio de soluciones biológicas y químicas en protección de cultivos, siendo la primera en biosoluciones en el mundo.

Jairo Trad (izq.), Diego Gandulfo; Esteban Tronfi y Rodrigo Ramírez, de UPL.

   “Más allá de la coyuntura del país, no podemos quedarnos. Es como manejar en la arena, donde lo único que no debemos hacer, justamente, es parar, porque nos enterraríamos”, afirma.

   El primer paso se dio con el acuerdo con dos firmas de startups, para así monitorear más de 3,5 millones de hectáreas. Y luego conectarlas con India (país de origen de UPL) para brindar soluciones afines.

   “Hoy, los problemas que enfrenta el campo no posee un correlato con las estructuras organizacionales que tenemos. El problema de malezas resistentes no es un problema del lote, del campo, del partido, de la provincia o del país, ya que está en todos lados”, insiste.

   “La pregunta es: qué estructura organizacional, ya sea individual o en red, tenemos para resolver este problema. Y la verdad es que no existe. La única forma de salir es aumentando el nivel de absorción y entendiendo el tema a otro nivel. Con Ravit (una de las dos startups; la otra es Kilimo)), por ejemplo, entendemos cosas más sistémicas y abarcativas que un ensayo en un lote para ver si controlamos  malezas o no”, asegura.

   Pero no todo es soja, maíz, trigo o girasol. También en Expoagro se vio la mejor biotecnología en sorgo, uno de los cultivos de cada vez mayor desarrollo en el sudoeste bonaerense.

   En tal sentido, Advanta Semillas presentó la tecnología Igrow, la única que tiene tolerancia a herbicidas para el control de malezas, desarrollada en la Argentina para el mundo.

   “Una de las principales barreras para la adopción del sorgo como cultivo tenía que ver con el control de malezas, más allá de la comercialización de granos. Ahora, con la resistencia a herbicidas se podrán controlar gramíneas que, en sorgo, era un tema delicado”, dice Tomás Sundblad, gerente de Marketing de la firma.

Tomás Sundblad.

   “En sorgo era común ver a las malezas tan altas como el cultivo y, hoy, esta tecnología permite aplicar herbicidas de las imidazolinonas, que son conocidas, ya que se utilizan en girasol y en maíz. Son herbicidas residuales, de amplio espectro de control y que incluye a gramíneas perennes, como el sorgo de alepo o el gramón”, agrega.

   Con esta tecnología, en 2018/2019 se sembraron 90.000 hectáreas de sorgo en la Argentina y 90.000 Has. en el Uruguay. “Esta campaña aumentamos el volumen, pero no sabemos hasta dónde puede llegar. Sí comprobamos que, quien prueba la tecnología, no vuelve atrás”, indica Sundblad.

   “El pan es un hecho cultural para los franceses, pero sabemos que para los argentinos también. Y aquí es clave la genética, justamente nuestra fortaleza”.

   Lo dice Xavier Ceyssat, CEO de Limagrain, una firma francesa compuesta por una cooperativa de alrededor de 1.500 agricultores. En el mundo no le va mal: es el cuarto semillista mundial; está sexto en cultivos extensivos y es el primero en semillas hortícolas.

Xavier Ceyssat.

   En trigo, y en soja, LG mostró una base de germoplasma renovada en el país, con variedades diversas en ciclos y grupos de madurez.

   “¿Cuánto se puede crecer aún en genética y en biotecnología? Hay un importante margen, sobre todo cuando lo comparamos con otros mercados. Sí, existe una brecha para mejorar”, manifiesta Ceyssat, para agregar la necesidad de la creación de una ley de semillas en el país y tiene expectativas en que se pueda concretar.

   Las novedades para los productores de trigo de la región cercana a Bahía Blanca no son pocas. En tal sentido, Nidera volvió a la carga con una variedad de ciclo corto y grupo de calidad 2 apuntando a los rindes.

   “No sólo es superior en rendimiento, sino que se aporta sanidad en momentos donde más la necesita el productor”, indica Nicolás Brandstadter, gerente de Marketing de Nidera.

Nicolás Brandstadter.

   Para los ciclos largos, como los del sur de la Argentina, se apunta a consolidar rindes de entre 7.000 y 8.000 kilos por hectárea con la implantación de Baguette 802.

   En casi todos los casos, se ha coincidido en la importancia de la previa a la siembra. Así, un correcto control de malezas, con precisos herbicidas preemergentes de acción residual en el lote, es la mejor estrategia para mantener el lote limpio de malezas problemáticas durante todo el ciclo del cultivo, evitando tener que realizar posteriores aplicaciones por escapes dentro del surco.