Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¿Qué debe suceder para que el país mantenga el mismo desempeño exportador de 2019?

Determinantes: el clima; los precios de los commodities y la dinámica económica del principal socio comercial (léase China) de la agroindustria pampeana. La verdad es que el futuro aparece con más incertidumbres que certezas.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   De acuerdo con el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea, el año 2019 mostró un muy buen desempeño exportador en las cadenas de base agropecuaria pampeanas.

   Tal es así que las exportaciones de diez cadenas monitoreadas, seis vinculadas a granos y sus derivados industriales (soja, maíz, trigo, sorgo, cebada y girasol) y cuatro a carnes (entre ellas bovina, pollo, porcina) y productos lácteos, se aproximaron a U$S 32.300 millones el año pasado, creciendo un 18 % interanual.

   “Se trata de la generación de divisas más importante de los últimos seis años, que se aproxima bastante a los flujos récords del período 2011-2013, con la salvedad que, durante esos años, los precios internacionales de los commodities de base primaria se ubicaban muy por encima de los niveles actuales”, dijo el licenciado Juan Manuel Garzón, economista de la IERAL.

Juan Manuel Garzón, economista de la IERAL.

   ¿Una referencia? El precio FOB de la harina de soja promedió U$S 431 por tonelada en ese trienio, un 36 % por encima de los U$S 315 del año 2019.

   Considerando —como en el informe de la IERAL— un total de exportaciones de U$S 65.100 millones, estas diez economías productivas, vinculadas particularmente con el agro pampeano, explican casi el 50 % del comercio exterior del país.

   “Otro dato para anotar es que las exportaciones de estas cadenas crecieron en casi US$ 5.000 millones en 2019, mientras que todas las exportaciones del país lo hicieron en US$ 3.300 millones, por lo tanto, todo el crecimiento de las divisas comerciales del año pasado podría atribuirse al buen desempeño de las cadenas agrícolas y pecuarias bajo análisis”, afirmó. 

   Se trata de la cifra más alta de los últimos seis años y representa casi el 50 % de las exportaciones totales del país.

   “Se expandieron las exportaciones de todas las carnes, aunque se destaca el récord histórico en los envíos de carne bovina, muy apalancadas en el mercado chino”, agregó.

   “También fueron muy buenos los números de las cadenas agrícolas, donde se encuentra otro récord, el de los envíos de maíz (36,1 millones de toneladas). En sólo una de las diez cadenas se encuentran números negativos, la de productos lácteos, que no logró sostener los envíos, particularmente de leche en polvo entera”, sostuvo Garzón.

   Ahora, la pregunta del millón es: ¿qué tiene que suceder para que la Argentina mantenga el mismo desempeño exportador de 2019?

   “Para repetir este año el desempeño exportador de 2019 será clave que se combinen de manera virtuosa, al menos, tres factores”, aseguró Garzón.

   “Por un lado el clima que, si se mantiene favorable, la cosecha gruesa puede ser muy buena en volúmenes”, dijo.

   “Por otro lado, los precios internacionales de los commodities, ya que los niveles actuales no son muy diferentes a los valores promedio del año pasado, aunque hay varios frentes de tormenta y factores bajistas que monitorear”, explicó.

   “Finalmente, la dinámica de la economía del principal socio comercial que tiene, hoy, la agroindustria pampeana, China, cuya fortaleza está siendo puesta a prueba, tanto por factores estructurales como coyunturales, en los casos tales como la guerra comercial o el coronavirus”, indicó el licenciado Garzón.

Casos positivos

   El análisis de la IERAL, cadena por cadena, muestra matices en materia de desempeño, aunque en general los números son positivos en casi todos los casos.

   El año 2019 fue excelente para las exportaciones de las cadenas de carnes, destacando el récord histórico en los envíos de carne bovina. También fueron buenos los números de las cadenas agrícolas, donde se encuentra otro récord, el de los envíos de maíz (36,1 millones de toneladas) y una buena recuperación de la cadena de soja, luego de un 2018 complicado por la sequía.

   Sólo una de las diez cadenas relevadas tiene números negativos. Es la de productos lácteos, que no logró sostener los envíos particularmente en uno de sus productos emblema: la leche en polvo entera.

   “El principal mercado destino para este colectivo de productos agropecuarios y agroindustriales fue China. Unos U$S 5.430 millones fueron generados en operaciones con el gigante asiático: 17 % del total. El segundo destino fue Vietnam, con U$S 2.540 millones y luego aparece India, con U$S 2.000 millones”, agregó.

   Garzón también dijo que Asia es una región muy demandante de productos agroindustriales y, probablemente, su importancia se acreciente en el futuro.

   “China, por supuesto, sobresale respecto del resto de países. Actualmente, es el segundo destino de todos los productos argentinos”, dijo.

   “Brasil sigue siendo nuestro principal socio comercial, aunque no es aventurado pensar que, más temprano que tarde, pierda este liderazgo a manos del gigante asiático”, definió.

   Garzón añadió que, en este tema, vale acotar que este último ya es hoy el primer destino comercial de una muestra muy grande de países (Estados Unidos, Rusia, Japón, Australia y Nueva Zelanda, entre otros), que incluye a varios de nuestros vecinos de la región, como Brasil, Chile, Perú y Uruguay, entre otros.

   “Para el colectivo de productos agroindustriales pampeanos, China representó el 17 % del mercado, pero esta importancia fue mayor en algunas de las cadenas, llegando al 54 % en la cadena bovina, al 49 % en la avícola y al 28 % en la porcina”, comentó.

Ciclo 2019/2020

   De acuerdo con la IERAL, el ciclo agrícola 2019/2020 arrancó bien, con una buena cosecha del principal cultivo de invierno, unas 19,5 millones de toneladas de trigo (según la estimación oficial), una cifra muy similar a la del año previo, que permitirá sostener los envíos de trigo y de sus derivados en niveles como los de 2019. 

   “Con respecto a los cultivos de verano, se implantaron unas 26 M/H  con los dos cultivos líderes, maíz y soja, una superficie que sería muy parecida a la del ciclo previo”, señaló.

   “Existe coincidencia entre el organismo oficial y las bolsas de cereales respecto de que se ha mantenido prácticamente sin cambios el área sembrada. Respecto al ciclo previo, la diferencia de producción, si la hubiere, deberá venir por el lado del área que se termine cosechando y de los rindes medios”, agregó.

   El ciclo 2018/2019 tuvo rindes muy elevados en muchas zonas productivas del país.

   “Es probable que la tecnología de insumos, semillas y aplicaciones que se incorpore a los cultivos en esta campaña se asemeje bastante a la de la campaña previa, más allá de que la confianza de los productores hacia el futuro de la actividad se deterioró y las condiciones económicas y financieras distan de ser las ideales, se viene de un excelente ciclo 2018/19 en materia productiva, que oxigenó la caja de las empresas y permitirá —seguramente— al menos atenuar el impacto que significa producir con alta presión tributaria, márgenes muy finos y poco crédito”, manifestó. 

   Garzón también dijo que el clima, en general, está acompañando, que la condición hídrica del área de cultivos principales es adecuada: 100 % de la soja en una condición entre normal y excelente, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. 

   “Si bien volver a tener un récord productivo como en el ciclo previo no es lo más probable, la cifra final tampoco debería estar muy alejada de los volúmenes obtenidos el año pasado, si el clima no juega una mala pasada en las próximas semanas”, concluyó.