Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Riesgos en altura: un decisión que no puede postergarse

Casi un año ha pasado desde que se propuso modificar la reglamentación para trabajos en altura en obras de construcción. Sin embargo el Concejo Deliberante todavía no ha aprobado las mismas,

   Acostumbrados a los tiempos de la burocracia, de las discusiones y los pedidos de informe, demasiadas veces se vuelve preocupante la lentitud con que los legisladores resuelven ciertas cuestiones que, en muchos casos, exigen una respuesta cuanto menos inmediata.

   Es el caso puntual de la necesidad de reglamentar las nuevas condiciones de seguridad para las construcciones en altura que cada día se multiplican en la ciudad y que siguen siendo un riesgo permanente para todos quienes transitas por calles y veredas.

   Luego de haberse registrado varios accidentes, algunos de ellos de consecuencias fatales tanto para caminantes como para trabajadores, los concejales llevan más de un año discutiendo una nueva reglamentación la cual, según se indicó una nota sobre el tema publicada por este diario, “se encuentra cerca” de ser aprobada, es decir que tampoco se tiene certeza de su posible promulgación.

   La necesidad de mejorar las condiciones de trabajo en altura no necesitan demasiadas explicaciones ni justificaciones, mencionar que la idea es “dar respuesta y seguridad  a los transeúntes y vehículos y minimizar las eventualidades generadas por los factores climáticos” es una realidad que hasta el menos entendido puede advertir sin demasiado esfuerzo..

   Se trata además de adoptar medidas muy concretas que refieren a una modificación en los anchos de las pantallas que acompañan el avance de una obra, ampliar sus sitios de colocación y sumar el uso de redes que garanticen que ningún elemento sea arrastrado por el viento.

   Son cambios que nadie discute ni cuestiona, que tienen el respaldo de los profesionales en seguridad e higiene y que no admiten que se sigan postergando, demorando o discutiendo sino, por el contrario, exigen su aprobación y, lo que es más importante, su inmediata aplicación.

   A esta altura hasta sería sensato que quedara en claro que también quienes legislan y demoran este tipo de normativa sin demasiadas justificaciones debieran también ser responsables si vuelve a ocurrir otro incidente relacionado con las cientos de obras que hoy son, a simple vista, un riesgo para todos.