Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Venta de libros: la certeza es que se lee (y se relee) cada vez más

De acuerdo con las fuentes consultadas, y en relación a cada formato de negocio, la demanda se muestra diversificada: cayó, se amesetó y creció. Pero la lectura continúa firme.

Librerías abiertas en Bahía Blanca. / Fotos: Pablo Presti y Jano Rueda-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   No se trata de un sector en crisis. Pero, de acuerdo con el formato de negocios en que llegó cada uno al inicio de la cuarentena por la pandemia del Covid-19, la realidad es diferente.

   “Advertimos que se está vendiendo más. La gente estuvo mucho tiempo en su casa, y lo sigue estando; eso facilita el encuentro con el libro”, dijo Enrique Martinelli, titular de Don Quijote.

   “También los chicos están en la casa y el libro facilita que estén ocupados, y hasta que pasen un buen momento con sus padres”, añadió.

   “Del mismo modo, la cuarentena posibilita que mucha gente se ponga al día con determinados títulos que, en su momento, fueron dejados de lado por falta de tiempo. Otro tanto sucede con la relectura”, añadió Martinelli, en diálogo con La Nueva.

Enrique Martinelli, titular de Don Quijote.

   “Hoy viene alguien, revisa y al final compra tres libros, cuando en otro contexto probablemente hubiera llevado sólo uno”, dijo.

   “Pero vale aclarar que esto no sucede únicamente por la pandemia. Hace tiempo que el libro es una gran opción”, afirmó.

   Martinelli sostuvo que, de acuerdo con la coyuntura, no puede decirse que el sector atraviese una crisis.

“La realidad compleja del resto de los sectores por la cuarentena no se advierte en el libro”, admitió Martinelli.

   “Si lo vemos desde las grandes cadenas nacionales dirán que están mal, porque padecieron por estar en zonas donde la apertura no se hacía. Nosotros, en cambio, empezamos a trabajar antes que los shoppings”, contó.

   Martinelli aludió a la dinámica comercial en la que se desenvuelve.

   “El libro sale con un precio prefijado y, mayormente, el librero no puede tocarlo. No es formador de precios, ya que es un rol que asume la editorial. Nuestra rentabilidad la discutimos con la editorial, no con el cliente”, explicó.

   “Es decir, el precio de tapa lo pone la editorial. ¿Consecuencias? Que la gente no se escapa al e-commerce a buscar precio por el mismo producto, ya que lo hallará al mismo valor”, comentó.

   “En los demás rubros el comercio es quien fija el precio. Un caso así sucede con el calzado, donde no sale con un sugerido y se pone otro valor de acuerdo con la rentabilidad que pretenda el comerciante. Ahí es donde la gente se dispersa y, a veces, acude a internet para ver si puede conseguirlo más barato y, en algunos casos, cae el consumo local”, aseguró.

   “No es el caso del libro. La gente compra lo que necesita en Bahía Blanca”, sostuvo.

   Martinelli señaló que el fomento de la venta también se facilitó por tener abiertos todos los canales de comercialización, desde página web propia, redes sociales y hasta por Mercado Libre.

   “La pandemia nos tomó armados. Incluso, hoy estamos vendiendo en toda la Argentina y con interés de hasta otros países. Hace 35 años que estamos en el rubro y tenemos títulos que en otros sitios del mundo no están”, afirmó.

“¿Si hoy se lee menos? Alguien instaló esa idea, pero no es cierto. Al contrario”, aseguró.

   “La gente de Bahía Blanca es muy lectora. Nuestro ambiente cultural es importante y eso repercute. Creo que no todos lo saben; es algo que nosotros comprobamos en las ventas”, sostuvo.

   “Siempre se vuelve al libro. Doy otro ejemplo: el e-book. En la Argentina no se llega ni al 2 % del consumo en ese formato. Al menos hasta el momento. Hoy, el papel es prioridad para el lector”, indicó.

   “¿Por qué Amazon Nueva York termina de abrir dos tiendas para vender libros? No pueden estar equivocados. Tendrán los 500 títulos más buscados, que surgirán de un algoritmo, y está claro que es otro negocio, pero también que el papel no se está muriendo”, amplió.

Tienda de Amazon, en Nueva York.

   Martinelli dijo, incluso, que algunas firmas volvieron a editar en cantidades que antes no lo hacían, “porque ven que el panorama se está abriendo”.

   También comentó que existe un elemento nuevo en la comercialización de libros. O dos.

   “La gente encontró una preferencia para el regalo. Y halló una alternativa diferente en el gift card (NdR: tarjeta de regalo), que se puede adquirir en la misma librería”, expresó.

   “Ahora estamos realizando alianzas. Por ejemplo, para el Día del Maestro hicimos un convenio con una pastelería local, que incluía un cheque libro para el docente. Otro tanto armamos para este fin de semana, por el Día de la Madre”, detalló.

   Un panorama diferente planteó Martinelli respecto de la librería escolar.

  “Ha bajado mucho”, lamentó.

   “En marzo tuvimos tres semanas con ventas fuertes, ya que desde las escuelas se habían anticipado a pedir los títulos. Incluso, con un 12 % más, superamos la cantidad de unidades vendidas respecto de 2019. Luego todo cambió”, afirmó.

   “¿Cómo seguirá la comercialización? Se mantendrá”, dijo.

   “Hemos leído que varias librerías estaban por cerrar, pero lo cierto es que la mayoría son de cadenas que están en shoppings, que recién ahora empiezan a abrir”, aseveró.

   “Pero el interior se movió muy bien. Las editoriales se sostuvieron con las librerías que pudieron trabajar en forma anticipada. A quienes estaban mejor preparados les fue bien”, agregó Martinelli.

Cuestión de hábito

   “No se vende más, pero es cierto que mucha gente se ha puesto al día con libros que tenía atrasados o, en otros casos, relee publicaciones de su biblioteca. Pero esto no lo vemos reflejado en las ventas”.

   Lo dijo Emanuel Azcona, de la librería Yenny, ubicada en el Bahía Blanca Plaza Shopping.

   La dinámica de comercialización es diferente en ese lugar.

   “El shopping cerró el 19 de marzo y nosotros volvimos a trabajar, con take away, recién el 9 de junio, con sólo un empleado y con ventas online”, agregó.

Emanuel Azcona, de la librería Yenny.

   “La realidad es que eso no funcionó. No nos favorece estar en un lugar alejado del centro y el retiro en puerta no resultó algo cómodo. Notamos que el tema de los envíos tampoco convenció”, comentó.

   La normalidad —por decirlo de algún modo— para la librería en el paseo de compras de Avda. Cabrera retornó en agosto, cerca del Día del Niño. Desde entonces, el local permanece abierto de 11 a 19, bajo todos los protocolos.

   “Nos afectó mucho el cambio de Fase (NdR: de 5 a 3). La medida impactó en los locales gastronómicos y es muy poca la gente que circula”, relató.

   “Ahora esperamos que vuelvan a abrir los gastronómicos, más allá de que no cambie la Fase”, agregó Azcona.

   “¿El nivel de ventas? Estamos trabajando sólo a un 25 o 30 % respecto del año anterior”, aseguró.

   También dijo Azcona que la cadena tiene una página de ventas de libros por Internet y que allí se ha vendido muy bien.

   “En cuarentena creció”, sostuvo.

   Para los escolares, en la librería sólo cuentan con literatura complementaria. “Sí nos piden algunos materiales para practicar mayúsculas y números”, dijo.

   Respecto de la mayor demanda de libros, el librero señaló que la novela y la ficción están en punta (“últimamente hay cansancio por textos de contenido político”, aclaró) y que autoras como Viviana Rivero, Florencia Bonelli (el último: La tía Cósima), Eduardo Sacheri y Arturo Pérez-Reverte, así como un clásico como Stephen King, son los que se están moviendo.

Los consultados coinciden en que los autores de mayor demanda son Florencia Bonelli y Gabriel Rolón.

   Para los chicos dijo que se venden libros que entretengan y que sean didácticos, así como comentó el interés por el nuevo material de Gabriel Rolón (El duelo), en coincidencia con el Día de la Madre.

   “¿El futuro? Cuando todo vuelva a la normalidad no sé si vamos a leer tanto tiempo”, sostuvo.

   “Acá también importa la cuestión del hábito. Una vez que se lo hace, queda. Eso puede suceder ahora, pero la gente que habitualmente no lee, no creo que haya leído algo ahora. Por ahí prefiere una serie”, contó Azcona.

Jóvenes y filosofía

   “Las ventas son menores a las del año pasado. Calculamos que ha caído en alrededor del 50 %”, sostuvo Nadia Ramos, de Klas Libros.

   “De todos modos, advertimos que la gente está leyendo más que antes. Incluso, releyendo material que ya tiene en su casa. Es decir, dejó de comprar, pero no dejó de leer”, aseguró.

Nadia Ramos, de Klas Libros.

   Ramos sostuvo que el local está abierto desde el 13 de abril y que se han podido sostener con un importante número de ofertas.

   “También está funcionando bien el cambio de novelas. Es un movimiento constante”, comentó, al tiempo que valoró la concepción de los lectores: “Para muchos el libro es algo muy importante; no es lo mismo que un tutorial de internet”.

   Una afectación diferente se apreció con los textos escolares.

   “Hoy casi todos se consiguen por PDF y en este momento los textos no se venden. Está casi todo digitalizado y la caída es de entre el 80 y 90 %”, indicó Ramos.

“Nos impactó mucho la falta de clases presenciales”, sostuvo Nadia Ramos.

   “¿Qué se vende más? Literatura infantil, crucigramas, entretenimientos, mandalas para pintar, novelas y ciencia ficción”, manifestó.

   “Es muy variado lo que pide la gente. En realidad, en esta etapa nos sorprende que, entre los lectores, haya más jóvenes de los que uno podría suponer. Se detienen bastante en textos de filosofía”, aseguró Ramos.

   En cuanto a los autores de mayor demanda, citó a Florencia Bonelli y a Gabriel Rolón.

   “Casi siempre tienen libros para fechas especiales, como el Día de la Madre. Incluso, Rolón es ideal para los tiempos que corren por la cuarentena”, dijo Ramos.

   “Pero también se sigue vendiendo Harry Potter, que es de todas las épocas. Y los libros de youtubers salen mucho, claro”, concluyó.

Nota: los entrevistados usan barbijos en forma permanente. Sólo se los extrajeron a los efectos de la toma de imágenes.