Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¿Por qué cada año hay menos nacimientos en Bahía (y en el mundo)?

En contra de lo que podía suponerse en tiempos de pandemia, los porcentajes de natalidad en la ciudad continúan bajando.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Mariano Muñoz

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   Brunna, con tres kilos y medio y 49 centímetros, se convirtió el 1 de enero en el primer nacimiento de 2022.

   La hija de Micaela y Franco, que vio la luz en el Hospital Penna 7 minutos antes de las 10 del primer día de este año, reseteó las estadísticas de 2021 e inició un nuevo conteo.

   Precisamente, en nuestra ciudad, la cuenta antes de la llegada de Brunna se detuvo en 3.281, cifra que la ubicó en el 16º puesto del ránking provincial, que fue liderado, como hace ya varios años, por La Matanza.

   Uno de los datos curiosos de la nómina total es que, apenas Bahía Blanca, General Pueyrredón (con 6.743) y La Plata (9.286) se lograron meter entre los municipios del conurbano bonaerense, que lideran ampliamente la franja de inscripciones en los distintos registros civiles de la provincia. 

   En total, fueron 157.562 los niños nacidos en la provincia de Buenos Aires, cifra que demuestra una tendencia: el descenso constante y sin pausa en la cantidad de nacimientos.

   Según datos oficiales, en 2020 nacieron 179 mil bebés, casi un 14% menos que los 208 mil de 2019. Igualmente, en 2019 ya había caído un 4% y en 2018 un 6%. Es decir, los nacimientos venían cayendo, y esa problemática se acentuó en 2020 y en 2021.

   En lo que va de la pandemia, en contra de lo que podía suponerse de manera intuitiva que compartir más tiempo las parejas podía derivar en más embarazos, la cantidad de nacimientos se mantuvo a la baja, siguiendo la línea histórica.

   Precisamente, desde el Registro Provincial de las Personas, se indicó que en los últimos cinco años la tasa de fecundidad cayó un 22%, para ubicarse en torno a los 1,8 hijos por mujer, mientras que la fecundidad de adolescentes bajó un 39%.

   Ese descenso fue especialmente fuerte entre las jóvenes con menor educación. 

   Entonces, la tendencia a la baja en la natalidad se observa desde antes de la pandemia, adjudicable a causas como la incertidumbre económica, los problemas laborales, la tendencia de las mujeres a retrasar su decisión de ser madre o renunciar a la maternidad para priorizar el estudio o el trabajo, y la postura de las parejas de tener un promedio de no más de dos hijos. 

   Esta postura de postergar la decisión de ser padres para priorizar estudios, trabajos u otras actividades, se verifica en todo el mundo. Con el aumento de la edad de concepción se hace más difícil a la mujer lograr el embarazo y también la limita a tener más de un hijo. 

   La psicóloga bahiense Marcela Menna (MP 0758), quien también es sexóloga clínica (recibida en 2012 en la Universidad Favaloro), profundizó las posibles causas de la constante baja en la natalidad. 

   Según su opinión, la búsqueda en edad más avanzada, la idea de priorizar proyectos personales y afrontar las responsabilidades que deben cumplir durante toda la vida ante la presencia de un hijo y la incertidumbre que existe sobre el futuro laboral favorecen el cambio de paradigma sobre cómo se viven las relaciones de pareja actualmente.

   “Actualmente, las parejas analizan y reflexionan mucho sobre la maternidad. Una de las cuestiones que se presenta en general es que empiezan a buscar un hijo a partir de los 33-35 años, lo que limita la posibilidad de quedar embarazados. Y muchas veces se embarcan en una búsqueda que empieza a desgastar la pareja si no lo consiguen de manera rápida. Y eso desemboca en dos caminos: o desisten o se convierte en una obsesión”, señaló Menna. 

   A ello se suma un notorio cambio de paradigma sobre la concepción de familia.

   “Hoy en día los jóvenes piensan las relaciones desde otro lugar. Han combatido los paradigmas históricos, donde se imponían las familias constituidas por hijos y sostenerla en forma indefinida con un trabajo que se conservaba durante toda la vida. Han combatido esos mandatos y hoy hay muchas parejas que deciden no tener hijos”. 

   “Hoy las relaciones son más abiertas, más volátiles. Y el hecho de tener hijos, para muchas personas, significa una responsabilidad que excede el tiempo de duración de la pareja y que temen afrontarlo”. 

   Otro componente clave en el descenso de nacimientos es, al decir de los especialistas, la política pública que se viene desarrollando en los últimos años en materia de prevención de embarazos, incluida la polémica Ley 27.610 promulgada el 30 de diciembre de 2020, que estableció que el aborto inducido es legal y gratuito cuando, entre otras cosas, la gestación no supere la semana catorce, incluida.

   “La posibilidad de decidir sobre los cuerpos también ha avanzado muchísimo. Antes era impensado, o hasta mal visto, que una mujer se ligara las trompas o un hombre se realice una vasectomía. Hoy es muy común”, amplió la doctora bahiense.

   Otra de las situaciones que generó la pandemia es la mayor cantidad de horas de convivencia familiar, a partir de instrumentarse la modalidad de trabajo en casa, de las restricciones a circular y otras medidas derivadas por la presencia del coronavirus.

   De ese cambio de hábitos surgieron varias posibles consecuencias: parejas que se desgastan, otras que se fortalecen, separaciones que se aceleran, diferencias que se pulen.

   “La pandemia generó un estado de incertidumbre muy grande, generando cambios abruptos en muchos de nosotros, incluso hasta en la forma de vincularse”, dijo Menna.

   Y agregó: “Las condiciones socioeconómicas, las complicaciones de conseguir trabajo y hasta las condiciones laborales, llevan a que las personas no planifiquen a largo plazo. Incluso, hasta hay parejas que piensan en irse del país y ven una complicación tener un hijo, porque viven el presente. En cierto modo, el embarazo se ve como una invasión que puede frenar o postergar proyectos personales”.

   Los analistas más experimentados señalan que se necesitarán estadísticas en 2022 y 2023 para sacar conclusiones sobre conductas familiares derivadas del encierro y de compartir rutinas diarias, más allá de sobrellevar el aumento de los cuadros de ansiedad, angustia, insomnio y otras conductas inesperadas.

   “Aunque parezca curioso, hoy muchas parejas analizan la sobrepoblación del planeta, a lo que se suman los cambios climáticos por contaminación, y viven con mucha angustia el futuro que tendrán sus hijos en caso de que decidan concebirlos. En varias ocasiones, por esos motivos, desisten de esa posibilidad”.

   En ese tren, la ginecóloga y sexóloga Silvina Valente, presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y jefa de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, señaló que  estrés crónico que vive el argentino promedio producto de la crisis económica, sumado a la incertidumbre y el temor generados por la pandemia, incidieron en la caída de los nacimientos.

   "'¿A este mundo voy a traer un hijo?'. Eso se escucha muchísimo en el consultorio", dijo Valente. 

   "En Argentina, tanto con el confinamiento como los problemas económicos que trajo y que veníamos arrastrando desde hace añares, lo que hizo esta pandemia fue hacer una brecha muy importante en cuanto a las posibilidades de planificación".

   "Realmente todo esto a personas que planifican se les juega con muchísima ansiedad y la ansiedad les corre por dos lados: tengo miedo y no quiero planificar un hijo o inhibo mi ovulación, me baja la cantidad de espermatozoides y tengo problemas de fertilidad", dijo Valente, quien añadió que la caída en la natalidad se vio también en Estados Unidos y Europa.

¿Y en Bahía?

   Como se señaló, de 2020 a 2021 hubo una caída cercana al 13% en el rubro nacimientos en la provincia de Buenos Aires.

   Y esa tendencia se dio también en nuestra ciudad, si tenemos en cuenta que el año pasado se registraron 3.281 nacimientos, 368 menos que en 2020, cuando el conteo se detuvo en 3.649 (11% menos).

   La brecha se amplía si se compara con 2019, cuando se anotaron 4.282 bebés en el registro civil local (30%).

   Muchas mujeres recuerdan hoy cómo sus madres y sus abuelas tenían más hermanos y hermanas de los que ellas tuvieron. 

   "Mi mamá tenía 10 hermanos pero ella, que trabajó toda la vida, tuvo sólo dos hijos y es algo que se repite con muchas mujeres que salieron a trabajar en los años 60 y 70", recuerda una bahiense que ronda los 60 años de edad.

   Pese a ello, un informe que elaboró hace poco tiempo atrás el INDEC-DPE de la Provincia de Buenos Aires, con proyecciones elaboradas en base a resultados del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 estima que la población en Bahía seguirá creciendo.

   Tomando en cuenta el promedio de nacimiento y fallecimientos, el INDEC calculó que en 2022 habrá 311.175 personas viviendo en nuestra ciudad. En 2023 se estimaron 311.704; en 2024, 312.224 y en 2025, 312.738. 
Para ese año, el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina proyectó que en Bahía habrá 150.342 varones y 162.396 mujeres.

En el Penna

   El Hospital Penna es el único hospital público de la ciudad y la región que atiende partos. Allí, también se percibe una baja en las estadísticas, pero no tan notorias como en el global. De los 2.083 nacimientos que se registraron en 2020, el año pasado se atendieron 1.953 partos. Pero sí lejanas a los 2.800 que hubo en 2017.

   De ese total, según cifras que maneja el nosocomio, alrededor del 54% de esos embarazos no fue buscado, según manifestaron las propias embarazadas. Por otra parte, el 74,2% de las mujeres dijeron no utilizar método anticonceptivo alguno.

   “Somos la única maternidad pública de la ciudad y la región, hacemos todos los partos normales y los de alto riesgo, así como también recibimos las derivaciones de toda la región y más allá también, como por ejemplo Bolívar y Tres Lomas. Las derivaciones de alto riesgo llegan a este hospital por su infraestructura y la complejidad que tiene el área de neonatología”, afirmó Sergio Mendoza, coordinador de Tocoginecología y Obstetricia del hospital Penna. 

   Otro punto preocupante es que muchas de las parturientas, el momento del parto es el primer contacto que tienen con un equipo de salud, es decir que transitaron todos los meses sin ningún tipo de control.

   Cabe recordar que el  control prenatal de bajo riesgo se atiende en las distintas unidades sanitarias. Solo un pequeño porcentaje se monitorea en el Penna, por motivos docentes, ya que el establecimiento dispone de estudiantes residentes de ginecología y obstetricia, obstétricas, o en caso de ser pacientes de alto riesgo.

   El doctor Mendoza señaló que el servicio de maternidad ofrece distintos métodos anticonceptivos en el momento del parto.

   “Si es una cesárea se ofrece la colocación de DIU (dispositivo intrauterino) o la LT (ligadura tubaria). Por otra parte, antes del alta se entrega una planilla con todos los métodos disponibles, como funcionan y su duración. También se explica donde pueden optar por un implante, se le ofrecen anticonceptivos orales, una inyección trimestral, o vasectomía para la pareja. Salvo la ligadura, el resto de los métodos también están disponibles en las unidades sanitarias”, dijo.

Los nombres de “moda”

 Aunque no hay datos específicos de cada distrito, el Registro Provincial de las Personas sí confirmó cuáles fueron los nombres más utilizados durante 2021. Entre las mujeres, los nombres más elegidos fueron Emma, Olivia, Isabella, Roma, Alma, Martina, Catalina, Ambar, Mia y Delfina.

   Por su parte, los de varones más escogidos fueron: Mateo, Noah, Bautista, Felipe, Bruno, Liam, Benicio, Bastian, Juan y Ciro.

Los más y menos de 2021

   1) La Matanza, 14.734; 2) La Plata, 9.286; 3) Quilmes, 7.582; 4) General Pueyrredón, 6.743; 5) Morón 6.727; 6) Pilar, 5.586; 7) Lomas de Zamora, 5.313; 8) San Isidro, 4.366; 9) Florencio Varela, 4.349; 10) Avellaneda, 4.316; 11) Moreno, 4.282; 12) Merlo, 4.242; 13) Almirante Brown, 4.188; 14) Tigre, 3.867; 15) José C. Paz, 3.306; 16) Bahía Blanca, 3.281; 17) Esteban Echeverría, 3.140; 18) Vicente López, 3.139; 19) San Miguel, 2.903 y 20) Lanús, 2.902.

   En el ranking confeccionado por la provincia, son varios los distritos que no alcanzaron los 100 nacimientos anuales. Ellos son: General Guido que tuvo 21; seguido por Tordillo con 22, General Lavalle con 23, Lezama 37, Pila 43, Pellegrini 67, Tres Lomas 70, Alberti 76 y Tapalqué 80, la misma cifra que Monte Hermoso y Guaminí. Luego aparecen General Alvear con 83, San Cayetano 85, Hipólito Yrigoyen 86, Florentino Ameghino 87, Castelli 88, Salliquelo 89 y General Las Heras con 91.