Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Lactancia: qué pasa con los bebés cuyas madres trabajan

Uno de cada diez niños deja de tomar el pecho por motivos relacionados al regreso laboral, según datos oficiales.

   El amamantamiento que alcanza al 95% de los recién nacidos se reduce bruscamente al 40% ciento después de los seis meses y uno de cada diez niños deja de tomar la teta por motivos relacionados al regreso laboral, según datos difundidos por el Ministerio de Salud.

   “La lactancia no debe ser entendida como responsabilidad únicamente de la persona que amamanta y se debe promover la igualdad de derechos entre géneros, personas con capacidad de gestar y acompañantes. Para poder sostener la lactancia es necesario el acompañamiento de la pareja, la familia y todo el entorno. A su vez, los ámbitos de trabajo deben adecuarse y propiciar ambientes que contribuyan a esta tarea”, señaló la cartera de Salud.

   Puntualizó también que “a través de leyes y políticas públicas, el Estado también cumple un rol fundamental en garantizar los derechos de las personas a amamantar y ser amamantadas”; y en virtud de ello en Argentina “existe un amplio cuerpo normativo vigente”.

   En Argentina, la prevalencia de lactancia al momento del nacimiento es de más de un 95%. Sin embargo, a los 6 meses, la lactancia exclusiva se reduce bruscamente y se ubica alrededor del 40%.

   Según datos relevados en 2018 de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, 1 de cada 10 lactancias se pierden por motivos relacionados al regreso laboral.

   La lactancia reduce la incidencia de infecciones respiratorias y de diarrea, reduciéndose el riesgo de hospitalización por ambas patologías en un 57% y 72%, respectivamente. A largo plazo, también se observa que disminuye en 26% el impacto del sobrepeso y de 35% en diabetes tipo 2.

   En tanto, desde la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) que depende del ministerio de Desarrollo Social, indicaron que “los bebés encuentran en el momento de lactar seguridad, comunicación, abrazo, tranquilidad para poder dormir”.

   “El contacto al momento de amamantar es importante porque el tacto es el sentido más implicado en el desarrollo cerebral de un bebé. Incluso si no se alimenta del pecho, existen formas de administrar la leche materna que le permiten al niño o niña ser partícipe activo de su alimentación y a la vez generar ese vínculo sensorial, visual y afectivo con quien lo alimenta”, agregaron.

   Pero la lactancia materna también redunda en beneficios para la persona gestante.

   “Practicar la lactancia reduce el riesgo de hemorragia posparto; contribuye a la prevención del cáncer de mama y de ovarios; reduce las probabilidades de depresión posparto; y favorece y fortalece la relación entre la mamá y el bebé”, sostuvo Marisol Díaz, del colegio bonaerense de nutricionistas.

   “A nivel familiar, es práctica y económica, y ayuda a la planificación familiar. Por último, a nivel social, contribuye a una población más sana, y a la protección del medioambiente, ya que la leche materna es un alimento natural y renovable”, concluyó.

Anticuerpos beneficiosos 

   El Ministerio de Salud de la Nación recomienda la lactancia exclusiva a demanda desde la primera hora de vida hasta los 6 meses cumplidos.

   Luego, se aconseja complementar con la incorporación de alimentos apropiados para la edad, manteniendo la lactancia hasta los 2 años o más.

   “La leche materna contiene anticuerpos beneficiosos para mantener a los bebés sanos y protegidos de muchas infecciones. Además, la lactancia reduce significativamente el riesgo de muerte en los recién nacidos y los bebés pequeños, proporciona beneficios para la salud de los niños y también mejora la salud de las madres”, recordó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.