Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Malos veganos para un matadero

   El edificio es MOnumento histórico por su valor cultural y artístico.

   De “lamentable” calificó el intendente de Adolfo Alsina, Javier Andres, el accionar de una pareja de “activistas” –si es que esa calificación realmente les cabe-- que llegaron desde Buenos Aires a Epecuén para pintar una leyenda en las paredes del ex-frigorífico de esa localidad.

   La pareja escribió, con gran tipografía negra, la frase “Qe asco la carne” (sic), a partir de su condición de veganos, es decir que adhieren al veganismo, postura que refiere la abstención del uso de productos de origen animal en la alimentación, que rechaza concebir a los animales como mercancías, ya sea para vestimenta, medicamentos, cosméticos, transporte.

   Para hacer un pintada sobre un edificio que lleva más de cuatro décadas fuera de actividad como matadero municipal, y que además se encuentra en muy mal estado debido a la afectación que en su momento le generó la crecida de la laguna Epecuén, llegaron desde Buenos Aires con esa única intención,

   Lo particular es que el inmueble no es cualquier inmueble. Pertenece a la obra del ingeniero Francisco Salamone, la cual ha sido reconocida como patrimonio de relevancia nacional. Es decir que es una obra de arquitectura de un valor destacado dentro del patrimonio nacional.

   La pintada fue de noche, como actúan los salteadores nocturnos, pero hubo una rápida reacción del personal de turismo, los autores de la pintada intentaron escapar del lugar pero fueron detenidos y se abrió una causa judicial.

   Lejos de reconocer su pésimo accionar, los activistas mencionaron que el mural era “arte” y un mensaje sobre una manera de pensar.

   Hay que felicitar el accionar municipal, que en pocas horas borraron el escrito, disponer de leyes que castiguen ese tipo de acciones, no dar difusión a las pintadas y que quienes quieran difundir sus ideas lo hagan de manera respetuosa y sin afectar el bien común