El centenario puente negro

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com / Twitter: @mrminervino1

   Hace 103 años, en agosto de 1918, estaban muy adelantados los trabajos iniciados por Ferrocarril del Sud para la construcción de un puente para peatones entre las “calles de circunvalación”  de la estación de trenes.

   Se trataba de un puente metálico de 105 metros de largo, ubicado a seis metros de altura sobre los rieles ferroviarios, con escaleras de 30 escalones en cada uno de sus extremos. La madera dura sirvió como piso durante 79 años, hasta que en 2009 fueron reemplazadas, ya en muy mal estado, por chapones de hierro.

   “Esta obra vendrá a llenar una necesidad bien sentida por parte de los vecinos de Villa Mitre que hasta el presente se hallaban en constante sobresalto al tener que atravesar las líneas del ferrocarril a toda hora en forma un tanto peligrosa por el tráfico constante de vagones y locomotoras de maniobras”, señaló este diario. El puente en rigor pone su primer escalón en el barrio Tiro Federal.

   Si bien el puente fue bien recibido, la empresa ferroviaria no hizo caso al pedido del Concejo Deliberante de construir un puente carretero entre las dos avenidas (Parchappe y Cerri), obra ésta que sería propuesta en varias ocasiones a lo largo del tiempo, incluso como viaducto, sin que nunca se concretara.

   Entre las curiosidades del puente Negro está aquella que indica que muchas madres llevaban a sus hijos congestionados para que aspirar el vapor de agua de las locomotoras a modo de gran nebulizador. Otras leyendas hablan de la presencia de una “llorona” por las noches.

   Hace pocos años, con la obra de continuidad de la avenida Cerri hasta Montevideo, de demolió el muro existente al costado del puente, con lo cual la gente comenzó a cruzar las vías a nivel de piso, atendiendo además el poco movimiento que hoy hay de trenes en el lugar. El puente, sin embargo, sigue siendo el gran protagonista del sector.