Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

La política necesita sumar buena gente

   Un buen funcionario, una buena persona, una voluntad de hacer, honestidad, trabajo. Condimentos de un candidato, cualquiera sea su origen.

   Como viene ocurriendo desde hace décadas, al momento de establecer el armado de listas para cargos públicos, muchos dirigentes ponen la mirada en personas que tienen buen nombre y que, por esas cuestiones personalistas que tienen la política, terminan por reunir más votos que otros ilustres desconocidos.

   Palito Ortega, Carlos Reutemann y Daniel Scioli, por citar tres casos al pasar, fueron elegidos en su momento por su popularidad dentro de sus actividades.

   El comentario viene a cuento porque en los últimos días volvió a verificarse este fenómeno de buscar personas que, a través de encuestas, son reconocidas por la comunidad. Sin embargo, curiosamente, rápidamente surgen voces críticas a ese tipo de designaciones.

   Puntualmente, el intendente de Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, manifestó su contrariedad, por caso, por la elección del periodista Lorenzo Natali para encabezar una lista como candidato a diputado por la UCR.

   “Lo felicito si quiere participar, pero me parece que nos tenemos que dar un debate porque después hay personas que llegan a la Legislatura sin tener una historia previa y hay que levantar una gestión muy mala que puede perjudicar a muchísima gente".

   Esa resulta ser una gran verdad. Hace décadas que se viene hablando de, por ejemplo, acabar con las denominadas listas sábanas, donde nadie sabe quién es quién, y muchos llegan a ocupar cargos relevantes, por varios períodos, aunque estén lejos luego de dar la talla.

   Ha habido también ejemplos de personas de extensas carreras políticas que han sido un verdadero fiasco cuando tuvieron que ocupar cargos ejecutivos o legislativos.

   Es cierto: nos debemos un gran debate. No porque un periodista acceda a una banca. Sino porque por cientos de personas llegan a esos lugares sin jamás haber tenido que demostrar su idoneidad ni antecedentes ni capacidad.