Peatonal Portugal
Peatonalizar la ciudad es sano pero exige buscar consensos.
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En un nuevo para generar una ciudad más amigable con el peatón y ofrecer más sitios recreativos y de encuentro, la municipalidad ha decidido avanzar con la propuesta de peatonalizar la calle Portugal, entre Dorrego y Zeballos, detrás del teatro Municipal.
La decisión de esta intervención ha generado las inevitables y esperables críticas, propias de toda acción que involucre a una cuadra, a un barrio, a la ciudad.
Desde el punto de vista de obra civil, se procederá a cambiar el actual pavimento por uno intertrabado, sumar un par de kioscos y colocar un escenario móvil. Se permitirá además la colocación de meses y sillas como parte de unos emprendimientos gastronómicos.
Un componente de la iniciativa que suele despertar críticas es que la misma se define con la participación de entidades y de particulares, lo cual en lugar de recibir una mirada favorable a una sana conjunción público-privada, se inclinan los comentarios a sugerir arreglos espurios, oscuros, deshonestos.
Es cierto que nuestro país ha estado plagado de penosas e ilegales componendas entre privados y estado, pero eso no debiera ser una lectura que se extienda a todos los casos. A lo sumo deberá disponerse de datos e información accesible para conocer sus alcances.
Un componente que el estado municipal debiera ignorar es establecer un estudio de impacto ambiental. Que considere al tránsito vehicular, el funcionamiento del teatro Municipal la posible afectación a vecinos que a futuro pudiese interponer algunas trabas en el desarrollo del emprendimiento.
Peatonalizar calles, dar más lugar a las personas antes que a los vehículos, generar sitios de encuentro y esparcimiento son pautas que siguen todas las ciudades del mundo. Hacerlo con equilibrio, sentido común, seriedad y consenso debiera derivar en un buen resultado para todos.