Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Julio Martínez: “Estar en un club cerrado, sin bochas y mirando al techo te va matando de a poco"

El “Pelado” resiste en una de las instituciones emblemáticas de la ciudad. Con el delivery se mantiene en pie porque, según dice, tiene una clientela excepcional. Cerca de los 70 años, dedicó varios de ellos a servir a la gente.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com

(Nota publicada en la edición impresa)

   No es de bajar los brazos ni de mirar al piso, pero la pandemia y la pérdida de su señora, el año pasado, lo ablandaron. Julio Martínez reconoció estar cansado y que son sus últimos pasos en lugares que le apasionan: los clubes, las bochas y la parrilla.

   "Estar en un club cerrado a la gente, sin bochas y mirando al techo te va matando de a poco. Cada minuto es una eternidad", afirma Julio Martínez, el gladiador de mil batallas, múltiple ganador como jugador y muy querido en el ambiente de las bochas.

   "No tengo deudas, nunca las tuve. Pero se hace cuesta arriba mantener la cantina de un club, pagar alquiler, los servicios... Me salva una clientela excepcional que me encarga comida y me hace trabajar, que es lo que todavía puedo y sé hacer", sostuvo.

   -¿Estás por cumplir los 70?

   -Sí. El 6 de agosto. Ya doblé el codo, jajaja.

   -¿Cuántos años trabajando en los clubes?

   -En Olimpia estoy desde el 1 de mayo de 2017. Trabajé 20 años en Kilómetro Cinco y anteriormente estuve casi 9 años en Independiente. Siempre disfruté de mi trabajo y de cocinar para la gente.

   -¿Estás retirado como jugador?

   -Prácticamente. Jugué un poco en 2019, cuando ascendimos a la A con Santiago Fortunatti, Dardo Labastié y Omar Scalerandi.

   -Los buenos tiempos quedaron atrás.

   -Sí. Y también se extrañan los partidos. Ir a verlos. Fue el único deporte que practiqué. Lo otro es ir al campo a cazar.

   -Tuviste la suerte de jugar con grandes jugadores.

   -Con los mejores. En Quilmes, por caso, estaban César Colantonio, Cristian Zapata y Alejandro Delhom. Salimos campeones en 1996.

   -En Kilómetro viviste una etapa fenomenal.

   -Mi primer equipo fue con Pablo Spurio, Néstor Arce y Gustavo Schamberger. Perdimos la final contra Nuevos Horizontes, donde jugaba el recientemente fallecido "Chunga" Figueroa.

   "Tras caer en esa final el 'Nene' Arce me dice: 'Si querés que siga otro año traeme un bochador'. Lo fui a ver a Omar, a quien conocía de Córdoba, y lo convencí. En el torneo siguiente salimos campeones de tercetos".

   Las camadas continuaron, y los éxitos también: jugó con Rubén Trellini, Pablo Spurio, Ariel Lares, Jesús Arrieta, Mariano Díaz y, más adelante, Juan Pablo Urra.

   "Perdimos una final en La Armonía ante Independiente (Silva-Núñez y Bardelli). Le teníamos que ganar dos veces: el primero fue 15 a 14 para nosotros, pero en el segundo perdimos 15 a 13. Un partidazo, la cancha rebalsaba de gente, como en la mejores épocas. Hasta una tribuna armada en la cancha de tierra había", contó.

   Luciano Bardelli, Dante Núñez  y Luis Luque pasaron por Kilómetro y también dejaron su impronta.

   "Otro gran equipo armado por René Jarque. Era fácil jugar con ellos. Siempre estuve a la expectativa, dispuesto a ingresar si alguno de estos monstruos no tenía una buena noche", remarcó.

   -René los llevaba a jugar torneos afuera.

   -Con René hay miles de anécdotas. Una vez veníamos de jugar en Morteros, de noche. Viajaba Carlos Mansilla, como navegante con un plano, y yo atrás con Luciano Bardelli. Antes de salir Luis Lazarte nos dice: "Agarren por esta ruta que es más despejada". No andaba nadie. En una de esas René le pregunta a Mansilla: "¿Por dónde vamos?". Y Carlos le responde: "No veo ni los palos con lo rápido que vamos y querés que vea ésto".

   "En eso se cruza un toro gigante, de unos 800 kilos. René clavó los frenos, el auto se paró a centímetros del animal. Estábamos pálidos, no nos matamos de casualidad. Todavía me dura el cagazo cuando me acuerdo, jajaja", reveló.

   Hugo Lastes, Dante Núñez -siguió ligado al club-, y Hugo y Daniel Vitozzi también compartieron lugar con "Julito".

   "Se lo extraña mucho al 'Hugo', que siempre tenía una sonrisa de oreja a oreja. Fue un gran jugador y mejor compañero", apuntó.

   -¿En el primer torneo de Parejas que jugaste saliste campeón?

   -Ufff... 1992. Con el "Gringo" Colantonio jugando para Independiente. En la final le teníamos que ganar dos veces a Luis Luque y Jorge Alonso, de Tiro Federal, en cancha de Villa Mitre.

   "Se jugaba con la bocha grande. El primer partido fue 15 a 12. César no erró bochazos y Luis sólo uno. En el segundo fue parecido. Nunca vi a dos bochadores pegar tantos palos".

   -¿Alguna vez lo viste bajar la guardia al "Gringo" Colantonio?

   -Jamás. César te clavaba la mirada y sabías si estaba conforme o no. No te hablaba, pero si se llegaba a enojar era cantado que mejoraba su juego. Si el oponente era bueno, él se superaba y era mejor".

   "Lo que sí presencié como compañero fue una patinada del 'Gringo' en Ramallo. Fue e principios de los 90, enfrentábamos a Arce-Ludueña, en una semifinal. César se fue de trompa; la cancha era de arena gruesa. Se pegó un palo tremendo, pero se levantó y parecía una cobra (risas)".

   "En cancha de Independiente arrimé una bocha al chico en la primera mano y la dejé a centímetros. Le tiró Luis Luque, le pega y la bocha de él queda en el hoyo. Agarró el "Gringo", rascó el piso con el pie y le pegó un palazo tremendo. La bocha de él quedó en el mismo hoyito. La cambió de color. Nunca había visto dos bochazos iguales, jajaja", contó Martínez.

   En el repertorio de Julio también están Evilde Daniele, "Polo" Figliolo, el "Negro" Barroso y Arístides Roldán.

   "El nivel de esa época era tremendo. Había 12 o 13 equipos candidatos al título", recuerda.

   -Y había más de 40 clubes.

   -Eso duele. Ya no hay gente dedicada en los clubes, no hay dirigentes. En Olimpia está Enrique Battaglia, Daniel Adasus y Luis Luque, que me ayuda en la cantina. Nadie asume compromisos, se colabora con una rifa, donando algo, pero nada más.

   -Vos organizabas tres cenas por semana.

   -Por eso me voy, estoy cansado de renegar. Me acostumbré a otro ambiente. Hoy hago delivery los miércoles y viernes. Mondongo a la española y asados. He cocinado de una vez 6 lechones, 14 matambres arrollados, tres costillares, tres vacíos, chorizos y morcillas. La parrilla al mango.

  "Tengo clientes que me piden un lechón entero y otros que compran por kilo. Estoy acostumbrado, en Kilómetro llegué a cocinar para 350 personas", sostuvo.

   -¿Qué te motiva a seguir en el club?

   -Ver a mi bisnieta, Yamila Lamtzev (hija de Maira), dar clases de Karate Shotokan los martes y jueves de 18 a 20. Tiene 15 alumnos, ella es cinturón negro y es muy competitiva. ¿Sabés lo que me costó bancarle los torneos afuera? Siempre la ayudé, porque es una gran luchadora.

   "Y, además, se está por recibir de enfermera", dijo.

   -¿Cómo imaginás vas a reemplazar la rutina de venir caminando todos los días al club?

   -Si hay alguien vendré a acompañarlo. Si está cerrado seguiré para la casa de algún amigo para tomar mates y recordar cosas lindas. De bochas podremos hablar un buen rato...