Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Falleció a los 86 años Carlos Timoteo Griguol, maestro del fútbol argentino

Luego de atravesar una internación derivada de un cuadro de neumonía y coronavirus, falleció el histórico entrenador de Ferro, River y Gimnasia y Esgrima La Plata, entre otros equipos.

   A los 86 años, falleció el exfutbolista y entrenador Carlos Timoteo Griguol, figura de Rosario Central. Se encontraba internado en una clínica debido a una afección pulmonar asociada a un diagnóstico de COVID-19.

   Griguol había nacido un 4 de septiembre de 1934 en Villa Las Palmas, Córdoba, en una casa con un amplio jardín delantero que, bajo la atenta mirada de su padre Carlos o su madre Mafalda, se transformaba en la canchita del barrio. Tenía dos hermanas.

   Llegó a Buenos Aires con su sueño de fútbol a una pensión del barrio porteño de Balvanera donde conoció a uno de sus mejores amigos, Luis Artime.

   Para aguantarse la estadía vendió artículos de electricidad, hasta que don Victorio Spinetto y Adolfo Mogilevsky lo adoptaron y lo pusieron en carrera.

   Debutó como futbolista profesional en Atlanta en 1957 y en ese equipo ganó la Copa Suecia de 1958. Los Bohemios le ganaron un playoff a Rosario Central en la semi y la final a Racing Club. En 1959 fue convocado a la selección argentina con la que ganó el Campeonato Sudamericano, hoy denominado Copa América.

   Se casó con Betty, una chica que jugaba al básquet en Atlanta, y con ella tuvo cuatro hijas: Mariana, Karina, Tamara y Carla.

   Griguol era un centrojás de pierna fuerte, jugaba en el medio de "5" y llegaba al área para imponer su físico, era serio, sacrificado. Luego la experiencia lo había puesto de "6", donde tuvo aún más ascendencia entre sus compañeros.

   Creía que haber nacido en el campo lo había dotado de “un puñado de costumbres”, como “escuchar a los mayores, aprender de sus años, respetarles lo vivido”. Quizás por eso también nunca perdió su tonada cordobesa.

   Griguol pasó en 1966 a Rosario Central y el primer día que debió presentarse en la concentración no pudo hacerlo. Viajaba desde Buenos Aires en auto, la copiosa lluvia cortó el camino y se lo impidió. Responsable como era, se agarró una buena calentura. 

   Ya en Rosario, sobresalió inmediatamente, como lo haría cualquier jugador que luego de la práctica se quedaba a entrenar solo.

   Jugó en el Canalla hasta su retiro en 1969 cuando cambió sin dilación la camiseta por el buzo de DT, y comenzó a trabajar en las inferiores del club. Con Francisco “Pancho” Erausquin como ladero laburaban 12 horas por día con unos 300 pibes.

   En 1971 dirigió en forma interina al primer equipo y el 6 de mayo de 1973 reemplazó a Ángel Tulio Zof en el banco de suplentes. Cuando terminó el Metropolitano, se llevó a todo el plantel doce días a La Cumbre, Córdoba, a una pretemporada ya que le preocupaba la condición física de sus jugadores.

   Ese mismo año con Los Picapiedras, como el periodismo había bautizado al Canalla, gritó campeón del Torneo Nacional. Griguol festejó el 29 de diciembre de 1973, con 37 años, su primer campeonato como DT. Fue subcampeón en el Metropolitano y el Nacional de 1974 con “el mejor equipo de Central de la historia”, y jugó la Copa Libertadores de ese año y 1975. Luego un hasta pronto lo alejó de Central.

   1976 fue un año sabático, y tras su paso por Tecos de Guadalajara, México, volvió a Central para dirigirlo en 1977 y 1978. Con un equipo de jóvenes valores no pudo campeonar y fue reemplazado por Zof.

   Griguol ya no volvería a ocupar el cargo de director técnico Canalla, aunque su impronta quedó incólume en el club. El cariño con los hinchas fue eterno y se manifestaba cada vez que "El Viejo" pisaba el Gigante de Arroyito.

  Quizás la mayor de las gratitudes de Central con Griguol se resuma en una palabra: profesionalidad. Timoteo heredó un vestuario ya ordenado por Miguel Ignomiriello, y le agregó ropa limpia para los jugadores, horarios estrictos, campos de juego en condiciones y un médico permanente. Y un cambio de actitud en el equipo sorpresivo para la época: se jugaba igual de local que de visitante.

   Tras algunos pasos fugaces por Kimberley de Mar del Plata (1979), River Plate (1987-1988), Betis de España (1999-2000) y Unión de Santa Fe (2002), su pasión y conocimiento se asentaron en Ferro Carril Oeste (1979-1987 y 1988-1993) y en Gimnasia y Esgrima de la Plata (1994-1999, 2000-2001 y 2003-2004).

   En el Lobo platense tuvo su despedida como Mister.

   Con Ferro salió subcampeón de Boca y River en el Metropolitano y el Nacional de 1981, y en 1982 se coronó campeón invicto del Nacional.

   En 1984 repitió el título y fue segundo en el Metropolitano. Por su parte, con River ganó en 1987 una Copa internacional, llamada Interamericana, y con Gimnasia logró tres subcampeonatos en los Clausura 1995 y 1996, y en el Apertura 1998.

   El Maestro utilizaba hasta el infinito la palabra trabajo, “capaz de transformar una pierna de picapiedra en pierna hábil” y de “garantizar el logro de objetivos”. Era su receta para superar las dificultades. “Trabajando siempre, sin perder el ritmo”, afirmaba.