Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Cómo mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 60 años

Requiere de un análisis profundo para determinar la implementación de políticas públicas concretas. En 2025 habrá 7,7 millones de adultos mayores en nuestro país.

   El envejecimiento poblacional es una realidad a la que parece prestársele poca atención, pero presenta desafíos crecientes, por lo que requiere de un análisis profundo para determinar la implementación de políticas públicas concretas y promover que esos años de vida ganados sean saludables y puedan vivirse en plenitud para la mayoría de la población.

   El proceso de envejecimiento de la población argentina se inició a mediados del siglo pasado. La novedad de los últimos años es el incremento sostenido de la población mayor de 80 años, conocido como “el envejecimiento del envejecimiento”, resultado de la disminución de las tasas de mortalidad en edades avanzadas. 

   “Este nuevo escenario plantea importantes desafíos para los sistemas económicos, sociales y de salud; las familias y las ciudades que deben producir las transformaciones necesarias para asegurar la inclusión efectiva de los ciudadanos mayores, para asegurar que las personas mayores puedan disfrutar plenamente los años de vida ganados y envejecer con dignidad”, sostuvo Silvia Gascón, directora del Centro de Envejecimiento Activo y Longevidad de la Universidad Isalud.

   Se estima que la población de adultos mayores de la Argentina (60 años y más) pasará de los 5.7 millones que había en el año 2000 a 7.7 millones para el año 2025 y llegará a 12.4 millones para 2050. Por primera vez, y quizás para siempre, habrá más personas mayores de 60 que menores de 14 años.

   Para la realización del proyecto, los especialistas incluyeron el análisis de 1031 trabajos sobre el tema, de los cuales se seleccionaron 151 publicaciones. “La información sobre el estado nutricional de la población de adultos mayores es escasa. El procesamiento de datos muchas veces se limita a la población hasta los 50 años y los estudios e investigaciones nacionales no toman como foco específico a los mayores de esta edad”, afirmó Eugenia Maciero, investigadora.

   Sin embargo, el proyecto recabó información pormenorizada sobre el estado de situación actual de los adultos mayores en nuestro país. “En cuanto al estado de su cobertura social, 1 de cada 3 (36%) no tiene ni obra social ni prepaga, y la consideración sobre su estado de salud es ‘regular o mala’ en el 46,9% de las personas de 75 años y más y en el 38,1% de los que tienen entre 60 y 74 años; 1 de cada 2 en el grupo de mayores de 65 tiene algún problema de salud y considera negativa la atención recibida”, indicó Silvia Gascón.

   Si bien el nivel socioeconómico, el grado educativo alcanzado, el género, los estilos de vida, la cobertura previsional y de salud, las redes de apoyo social y el entorno en el que viven van configurando biografías personales muy diferentes, los especialistas afirmaron que “la mayoría de las personas mayores son independientes y pueden realizar sin ayuda de terceros las actividades de la vida diaria. Por ello, no resulta correcto considerarlos un sector homogéneo que sólo requiere servicios de apoyos o cuidados”. Asimismo, destacan que la autonomía, que es el derecho a decidir sobre la propia vida, así como todos los derechos, no se pierde con los años y es necesario reconocer esta capacidad. 

   Según la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación (2018), entre los mayores de 65 años se registraron mediante mediciones bioquímicas y antropométricas y autorreporte los siguientes valores: colesterol elevado, 40,9%; hipertensión, 63,8%; glucemia elevada, 14,4% y exceso de peso, 79,7%; consumo de tabaco, 10,2%; déficit de actividad física, 71,1%; y consumo de 5 o más porciones diarias de frutas y verduras, solo el 8%.

   Para lograr un envejecimiento activo y saludable será necesario reconocer las características de las nuevas formas de organización familiar, la importancia del autocuidado, la educación a lo largo de toda la vida, el respeto a la diversidad y promover ciudades amigables con las personas mayores.

Alimentación y estado nutricional de los mayores

   1. Entre los factores que influyen en la alimentación y el estado nutricional, se estableción la presencia de algunas funciones sensoriales disminuidas.

   2. Esas funciones  son la audición, la visión, el olfato, la percepción del gusto e incluso menor salivación. Además se observaron trastornos digestivos.

   3. También se notó que una ingesta dietética inadecuada puede generar causas fisiopatológicas en conjunto con problemas sociales, económicos y psicológicos.

   4. Tanto las deficiencias motoras, visuales y auditivas como la dependencia de terceros repercuten en una menor motivación hacia el acto de comer.