Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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¿Qué hacer para que el resumen de la tarjeta no te genere dolores de cabeza?

Mirar la letra chica de lo que se cobra y evitar excesos es fundamental, dice el especialista en finanzas Gastón Milanesi. 

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

 

    Tener un trabajo estable y con bajas perspectivas de perderlo, comprar solamente lo que se pueda pagar, no mirar la tasa de interés que publican los bancos y evitar la tentación de abonar el mínimo deberían ser los cuatro capítulos centrales del manual del buen uso de tarjetas de crédito.

    Es que en una economía tan altamente inestable y con costos del financiamiento que históricamente siguen a la inflación, no resistirse a las tentaciones del dios Consumo pueden salir muy caro.

    De hecho, consciente de que el pago de la tarjeta se estaba haciendo una cuestión muy pesada para los argentinos, el BCRA lanzó en enero de este año un “tope” del 43 por ciento para las tasa de interés a aplicar a los saldos de tarjeta de crédito hasta $200.000 (doscientos mil pesos) por cada tarjeta emitida.

    Según las estadísticas del sistema financiero, el 95,5% de tarjetas de crédito registran financiamiento por un monto inferior al tope establecido, por lo que seguirán bajo el régimen de tasa máxima de 43%.

    Ahora bien ¿es realmente el 43% lo que se paga? “No. Una tasa nominal anual del 43% equivale a una efectiva (N de R: toma en cuenta todos los subperíodos de capitalización de la deuda, a diferencia de la nominal) del 52%. Si uno lo compara con los préstamos que hoy se ofrecen en los bancos, no está mal, pero ciertamente es superior a lo que se publica”, advirtió el especialista en finanzas y decano del departamento de Ciencias de la Administración de la UNS, Gastón Milanesi.

     Recordó que si se agregan a la tasa de interés efectiva otros costos (gastos de administración de cuota, impuestos, seguros, etcétera), se arriba al llamado Costo Financiero Total Efectivo Anual (CFTEA), que es lo que verdaderamente se paga por usar la tarjeta o un préstamo.

    Si se toma como referencia este recordatorio, las diferencias pueden erizar los pelos a más de uno: la sucursal local de un conocido banco privado de capitales extranjeros, que ofrece una tasa en pesos del 43%, en línea con lo que exige el BCRA, cobra, en realidad y por CFTEA, nada menos que el 66,44% bastante por encima del tope que estableció la autoridad monetaria.

    “Esto es particularmente importante porque las deudas de 200.000 pesos son de gente que acumula pasivos anteriores y que no pudo pagar. Por este motivo hay que ser muy cautelosos y, lo más importante de todo, evitar a rajatabla el pago del mínimo”, advirtió Milanesi.

     Explicó que de incurrir en ese hábito, las deudas se van sumando, en algún momento no se puede pagar, se baja la calificación crediticia del cliente y, lo que es peor, se aplican sobre las deudas intereses punitorios que no hacen más que engordarlas.

    “En algunos casos eso no se pudo evitar. Para ellos, recomiendo que restrinjan al máximo posible el uso actual de la tarjeta y que traten de ir pagando los saldos deudores acumulados de antes”, señaló.

     “Debemos considerar que en nuestro país, las tasas de interés siguen a la inflación y no todos tienen ingresos estables. Por este motivo, usar mal la tarjeta puede ser un gran problema. Hay que tratar de usar más la de débito y menos la de crédito, limitando esta última a promociones o pagos sin interés”, dijo para finalizar.