Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Florencia Cahn: "Si se corta la presencialidad escolar, tiene que ser por un tiempo acotado"

Habló la presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología.

Fotos: Ámbito y Archivo La Nueva.

   La infectóloga y presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, Florencia Cahn, habló esta mañana por LU2 sobre la presencialidad escolar, la vacunación y los cuidados a tener en cuenta en el marco de esta crisis sanitaria.

   "Es muy difícil hablar de Argentina en general porque cuando uno analiza la situación epidemiológica hay muchas diferencias entre los distintos lugares del país; entonces me parece que en principio las medidas tienen que ser enfocadas a cada lugar", comenzó diciendo Cahn.

   Y agregó: "Si uno hace muchas restricciones en lugares que no las necesitan, si el día de mañana las llegan a necesitar, el cumplimiento de las mismas va a ser mucho menor. Los médicos solo podemos hacer un análisis de la situación y dar nuestro punto de vista, pero es el poder Ejecutivo el que decide las medidas para minimizar el impacto de la pandemia".

   La infectóloga dijo que estamos en un momento en el que "preocupa el número de casos", como así también la cantidad de internaciones. Y aseguró que "tenemos dos tipos de vacunas: la que se inyecta en el brazo y las medidas de prevención, que son una vacuna muy efectiva también. Por supuesto que las vacunas salvan vidas y nadie duda de su poder para prevenir las formas graves de enfermedad, pero las medidas de prevención también son una vacuna poderosa, que es mucho más accesible y muchas personas no la están utilizando".

   Con respecto a las actividades, consideró que "no todas implican el mismo riesgo" y sostuvo que "la situación económica, social y psicológica de la gente no está para estar en fase 1, como tuvimos el año pasado durante 45 días".

   "Me parece que no es un fenómeno todo-nada, requiere de un trabajo más minucioso para ver cuáles son las actividades que realmente implican un riesgo. Si no lo que termina pasando es que muchas actividades donde se han aplicado los protocolos y se han hecho las cosas bien, terminan siendo restringidas por una cosa de 'restringimos todo'", indicó.

   A su vez, remarcó que "las actividades sociales y las reuniones familiares son las más riesgosas porque uno no puede visualizar a un familiar o un amigo como alguien que potencialmente nos puede transmitir una enfermedad; y como los asintomáticos contagian uno puede estar con una persona contagiada sin saberlo. Además, la gente también se cuida menos y se dan los brotes intrafamiliares".

   En la entrevista, la profesional también se refirió a las clases en las escuelas y sostuvo que "no podemos analizar la presencialidad del 2021 sin pensar en lo que pasó en el 2020".

   "Quienes tenemos hijos todavía estamos muy golpeados por la poca presencialidad del 2020; obviamente que con el diario del lunes siempre es fácil opinar pero en el día a día las restricciones eran muy difíciles de tomar. Creo que la presencialidad escolar debería ser lo último en sacrificarse dentro del riesgo que implica la actividad", dijo la profesional. 

   Aunque aclaró que "decir que menos del 1 % de los chicos que van a las escuelas se infectan es parte de la verdad pero no es toda la verdad, porque la presencialidad implica el antes, el durante y el después de la escuela. Implica un 25 % más de uso del transporte público, 'ya que te llevo a la escuela, después vas a fútbol, danza o teatro', un montón de actividades donde incluso se cruzan las burbujas. Además muchos chicos suelen tener cuadros leves o asintomáticos y pueden transmitir el virus...".

   "En múltiples estudios está demostrado que la presencialidad escolar es un factor a tener en cuenta al momento de mitigar los efectos del COVID, de hecho lo hicieron todos los países del primer mundo. Lo que creo es que en caso de hacerlo, tiene que ser por un tiempo acotado; no puede ser algo que se vaya posponiendo y que termine siendo otro año sin presencialidad", señaló. 

   Con respecto a la vacunación, señaló que lo que se está haciendo en Argentina "no es una dosis para todo el mundo, es posponer la segunda dosis".

    "Si uno da una sola dosis, está disminuyendo un 50 % el esquema de vacunación. Si uno la pospone va a dar el esquema entero, solo que en lugar de darlo en el lapso de un mes lo va a hacer en tres meses", diferenció.

   Y luego explicó: "En líneas generales hay intervalos mínimos de tiempo, en la mayoría de 21 a 28 días, es decir que no se puede dar la segunda dosis antes de ese tiempo porque podría disminuir la eficacia, pero en general no tienen intervalos máximos. De todas formas, como la mayoría de los estudios avalan los tres meses, se puso ese tiempo de intervalo entre dosis". 

   "En un escenario donde la demanda es mayor que la oferta y con una dosis uno tiene una protección alta para prevenir las formas graves y las muertes por COVID, [aplicar la primera dosis] es una estrategia que se está usando acá y en otros países para poder vacunar a la mayor cantidad de personas", sostuvo.

   En ese sentido, indicó que "muchas veces los argentinos tenemos un complejo de inferioridad donde sentimos que afuera siempre se hace todo mejor y acá hacemos todo mal, y no es así. Muchas de las estrategias que se implementan demostraron ser exitosas en otros lugares, como en el Reino Unido".

   "Vamos a tener una escalada en la vacunación porque también Argentina va a empezar a fabricarla y vamos a empezar a tener millones de dosis. Cuando tengamos un gran porcentaje de la población vacunada creo que, además de disminuir la letalidad, vamos a poder tener una vida más parecida a la que teníamos antes", confió.