Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Alejarse de las grandes ciudades, ¿una tendencia que se potenciará por la pandemia?

Las consultas se incrementan y no parece que el fenómeno se amesete (más allá de la extensión de la crisis sanitaria). No obstante, el ritmo en las operaciones inmobiliarias marcha a paso ralentizado.

Vista de la ciudad de Bahía Blanca. / Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva. / Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “Al poco tiempo que arrancó la pandemia comenzamos a recibir correos electrónicos, llamadas y hasta averiguaciones por WhatApps. Hasta hoy. Y casi todos coinciden: en un futuro no muy lejano, se quieren radicar acá”.

   Para Jorge Savisky, titular de Savisky Inmobiliaria, en Sierra de la Ventana, este fenómeno se venía apreciando desde antes del Covid-19, y con inclusión de toda la comarca, desde Saldungaray y Villa Ventana, pero también de la localidad de Tornquist.

   “Estos contactos por lotes, casas y alquileres se han incrementado en un 80 %”, añadió.

   “De todos modos, las operaciones recién las pudimos concretar tras la apertura de las restricciones (NdR: desde el 2 de septiembre)”, aclaró.

   Savisky dijo que las mayores consultas eran de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así como del Conurbano, pero que luego empezaron a sumarse interesados de Bahía Blanca.

Jorge Savisky, titular de Savisky Inmobiliaria.

   “Yo me imagino lo que le ha sucedido a la gente que vive en CABA, o en los distritos aledaños, pero lo cierto es que no lo viví”, comentó.

   “Cuando vienen y cuentan lo que les pasó con el encierro, y aún sigue sucediendo, uno entiende todo. Acá no hubo nada de eso y seguimos viviendo en este entorno especial”, agregó.

   “¿La demanda de Bahía Blanca? Me ha sorprendido muchísimo”, sostuvo.

   “Hicimos un loteo (a 5 minutos de Sierra de la Ventana, en dirección a Saldungaray) y el 70 % de los compradores de la segunda etapa son bahienses. Eso me llamó la atención, porque es un cambio importante de postura respecto de lanzamientos anteriores, algunos de ellos de 2017”, explicó.

   El agente inmobiliario también dijo que, además de CABA, del Conurbano y de Bahía Blanca, se ha sumado gente de Coronel Suárez y de Pigüé. Y hasta de la cabecera misma del distrito, algo no usual como podría comprenderse.

   “Hubo también casos aislados de médicos o empresarios, por ejemplo, que habían alquilado casas en Tornquist antes de la pandemia. Eso se incrementó también”, aseguró.

   “¿Cuáles son las razones? Antes podíamos decir por la tranquilidad y por la belleza del lugar, pero ahora hay que sumar la libertad, por expresarlo de alguna manera. Digo esto en función de las restricciones derivadas por la pandemia, algo que pesa cada vez más en los residentes de las grandes ciudades”, indicó.

   “Otra de las razones tiene que ver con el home office. Hoy se puede trabajar a distancia para ámbitos diferentes desde cualquier lugar”, explicó.

   Savisky también consideró importante que continúen las obras de construcción de la autopista de la ruta nacional 33, prevista en más del 50 % del segmento Bahía Blanca-Tornquist.

   “Eso suma y se tiene en cuenta. Si bien hoy se utiliza bastante la ruta (provincial) 51, lo cierto es que una autopista nos dará otra accesibilidad desde Bahía Blanca”, dijo.

   Respecto de los valores de mercado (en dólares) de las propiedades, Savisky comentó que han bajado.

   “Si bien hay más gente interesada, los precios se tuvieron que acomodar. Las propiedades cayeron entre el 20 y el 25 %, ya sea en lotes como en casas”, sostuvo.

   Sólo por citar referencias, un lote de 900 m2 en la zona del cerro Ceferino ronda U$S 30.000 y, en el barrio Golf, varía entre los 45.000 y 50.000 dólares.

   Una casa de dos dormitorios, de 10/15 años de antigüedad y con todos los servicios sobre un lote de 600 m2, ronda los 85.000/90.000 dólares.

   También citó Savisky un complejo en desarrollo que administra, con entrega inmediata de la primera etapa, con lotes que rondan los U$S 28.000.

   Aquí se incluye agua corriente, luz subterránea, cloacas y sólo falta el gas.

   “Lo que está sucediendo lo definiría de este modo: A muchos les hizo un click en la cabeza (sic). Y tomaron decisiones que, en otro contexto, acaso las hubieran diferido”, concluyó Savisky.

Del departamento a la casa

   Para Lucas Bochile, de Inmobiliaria Bochile, de nuestra ciudad, una de las consecuencias de la pandemia es que se han acelerado proyectos.

   “Se trata de algunas parejas que no se encuentran en el ámbito laboral, o que se están por jubilar, que siempre tuvieron en carpeta la idea de irse a vivir a Sierra de la Ventana”, por ejemplo.

   “Ahora, por la pandemia eso se aceleró y va a fondo. Dicen: ‘Vamos a buscar un lote y a concretar”, añadió.

   Bochile sostuvo que el fenómeno no es sólo en Sierra, sino que también sucede en Monte Hermoso.

Lucas Bochile, de Inmobiliaria Bochile.

   “Lo ven como un proyecto en procura de una mayor seguridad, más tranquilidad y una vida diferente. Si bien siguen pedidos de estas características, no lo es tanto en el caso de los más jóvenes, que aún están con una vorágine de trabajo, chicos, escuelas y demás”, afirmó.

   Otra circunstancia derivada de la pandemia es que antes había interesados en departamentos, por la comodidad del centro, pero que hoy se buscan casas con patio.

“Ahora se ha disparado la demanda de casas para alquilar. Casi todos sabemos que esto se prolongará un poco más (por la pandemia) y mudarse a una vivienda por uno, o dos años, es una alternativa”, dijo Bochile.

   “Hoy se busca una casa más alejada, con patio y, si tiene pileta, mejor. Ciertamente, la gente se anima a ver otros sectores que antes no los tenía en carpeta”, comentó Bochile, en relación a la demanda en Bahía Blanca.

   Respecto de los precios de las propiedades, el agente inmobiliario comentó que existe un cierto desfasaje.

   “Los valores en dólares se han retrasado”, aseguró.

   “Se les hizo ver a los dueños que había que bajarlas para vender. De todos modos, las propiedades que estaban en un barrio a un valor razonable, hoy tienen un precio superior. Es decir, se han acomodado y se sostienen en los niveles anteriores a la pandemia”, aclaró.

   “¿El mercado? Las consultas son muy superiores a las operaciones. La gente sigue preguntando y se mantiene esa demanda, pero también hay algo de incertidumbre. Y es normal para la toma de decisiones en este año tan especial”, dijo.

   “De todos modos, siempre hay que tener en cuenta que la inversión en ladrillo es la más segura y, en el corto y mediano plazo, los inversores mantienen el valor de su capital”, manifestó Bochile.

La autopista de la RN 33

   Más allá de la coyuntura por la pandemia, Claudia Tapella sostuvo que una bisagra importante para un eventual éxodo hacia las sierras se podrá apreciar con la terminación de la autopista de la ruta nacional 33, entre Bahía Blanca y Tornquist, hoy en construcción.

   “Ese será un cambio importante con repercusión en la calidad de vida”, dijo Tapella, quien es especialista en Gestión y Desarrollo de Negocios Inmobiliarios (Universidad de San Andrés).

   “Hay estudios que aluden a las bondades de irse a vivir a sitios como Ventania, o Tandilia, por ejemplo. Y mejorar esa forma de accesibilidad es determinante”, agregó.

   “Hoy observo que hay gente de Buenos Aires que, por razones de seguridad y por la necesidad de bajar unos cambios (sic) por exceso de tensión, también procura radicarse en esos sitios”, sostuvo.

Claudia Tapella, especialista en Gestión y Desarrollo de Negocios Inmobiliarios.

   “No tanto para gente que se vaya a vivir ahora mismo, sino para quienes tienen un promedio de edad de 50 años y que construyen su segunda residencia con la idea de terminar viviendo allí”, explicó Tapella.

   “¿Si se incrementó por la pandemia? No lo sé”, admitió.

   “Advierto que está pasando esto: mucha gente vendría, pero antes debe vender su propiedad y hasta que eso no suceda no puede hacerlo. Eso es respecto de Buenos Aires, no tanto para Bahía Blanca”, afirmó.

   “Sí conozco a gente de Bahía Blanca con aspiraciones de tener una casa en la Comarca Serrana para el retiro, como también puede ser el caso de quienes pretenden irse a Monte Hermoso”, comentó.

   “Es un deseo expresado, pero aún no es un plan. La diferencia es importante”, aclaró.

   Tapella, quien también es diseñadora en Comunicación Visual por la Universidad Nacional de La Plata, aseguró que, respecto de un eventual traslado a la zona serrana, los vecinos de Bahía Blanca aún lo hacen pensando en la inversión en un complejo de cabañas y demás.

“No me parece que sientan el ahogo que se advierte en personas de otras ciudades, como lo vemos reflejado a diario. La gente de aquí no ha sido tan reactiva y no veo que la situación cambie en lo inmediato”, argumentó Tapella.

   “Ahora, si se prolonga (la crisis sanitaria) eso se puede modificar”, admitió.

   También dijo que, en la ciudad, ahora existen opciones en barrios alejados del centro.

   “Hay alternativas que van desde las convencionales hasta otras que ofrecen lotes de 2.500 m2 con casi todos los servicios para vivir como en el campo, pero cerca de la ciudad”, aseveró Tapella, quien es de Tornquist y reside en Bahía Blanca.

La pandemia marca el ritmo

   En la localidad balnearia de Monte Hermoso, a 105 kilómetros de Bahía Blanca, la situación es diferente.

   “Hoy no puedo decir que, como consecuencia de la pandemia, hay gente que decidió irse de Bahía Blanca para instalarse en este lugar”, dijo Javier Semillán, de Semillán Negocios Inmobiliarios.

Javier Semillán, de Semillán Negocios Inmobiliarios.

   “Sí es probable que, si se prolonga la pandemia, la gente acaso adelante la decisión. Habrá que verlo en los meses venideros, ya que la cuestión sanitaria es muy dinámica”, añadió.

   Admitió, de todos modos, que hay quienes se van de las grandes ciudades por las restricciones como consecuencia de la pandemia.

   “Ha venido gente a alquilar que no es de la zona. Desde Córdoba, por ejemplo”, recordó.

   “Pero eso es usual; es decir, primero se instalan, ven de qué se trata el lugar, tanto en verano como en invierno y, si al final les agrada, buscan algo para comprar”, amplió Semillán.

   “Si es por la pandemia? Lo que pasa es que en Monte Hermoso, al ser un lugar de turismo, se consulta durante todo el año”, sostuvo.

   “Ahora, si a eso le sumamos el trabajo remoto, pueden existir chances de gente que pretenda radicarse acá”, comentó.

“Está claro que en Monte Hermoso se vive la pandemia de manera diferente, más allá de los niveles de contagios. No hay un encierro permanente”, indicó Semillán.

   Semillán añadió que, habitualmente, el balneario recepciona gente que ya no depende de un trabajo y de un sueldo.

   “Eso es histórico. Viven un par de meses acá y otros tantos en Bahía Blanca. Y quien se viene a residir en forma definitiva es porque está próximo a jubilarse”, contó el agente inmobiliario montehermoseño.

Entre el deseo y el miedo, una decisión

   “El cambio de lugar de residencia casi siempre se produce por dos factores: por el deseo y para salir de un lugar donde no estás a gusto”, sostuvo Claudia Tapella, especialista en Gestión y Desarrollo de Negocios Inmobiliarios. 

   “Hoy, la gente de Buenos Aires se mueve por esos dos factores. Es decir, por el deseo de irse a vivir en un lugar más tranquilo y por el miedo a la inseguridad con la que convive”,  agregó.

   “En contrapartida, no me parece que este sea el caso de la gente de Bahía Blanca”, indicó.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

   “Me da la sensación que, en comparación, la inseguridad no es un factor tan determinante como sí en Buenos Aires y que eso pueda generar un movimiento importante”, manifestó.

   “En otras palabras, la gente de Bahía Blanca hoy no está muy dispuesta a moverse (por una eventual inseguridad)”, explicó.

   “Y el deseo hoy se ha truncado por no poder hacer un cambio de propiedades, en forma relativamente rápida, y por el tema laboral, que es más complejo por la coyuntura”, aseguró Tapella.

¿Por qué abandonar las grandes ciudades es mejor que cerrar fronteras?

   Una simulación —publicada por el Instituto de Física Interdisciplinaria y Sistemas Complejos (IFISC) en España y replicado por sciencealert.com— ofrece una alternativa diferente para atenuar la propagación de infecciones, más allá de la actual coyuntura por el Covid-19.

   Al aplicar la dinámica SIR (Susceptible, Infectada y Recuperada) de uso común, los investigadores ejecutaron unas 10.000 simulaciones para observar la migración, en un solo sentido, desde un área densamente poblada a un área poco poblada mientras se propaga una enfermedad.

“En lugar de dar por sentada la movilidad, o la falta de movilidad, decidimos explorar cómo un movimiento alterado afectaría la propagación”, dijo Massimiliano Zanin, científico de Datos del IFISC.

   Suponiendo que el 90 % de las personas comienzan en un área densamente poblada como una ciudad, y el 10 % se inicia en un área poco poblada como una aldea, el estudio mostró —según publicó David Nield, en sciencealert.com— que las tasas generales de infección podrían reducirse de alrededor del 35 % de la población a alrededor del 23 %, si a las personas se les permitió moverse libremente.

   Y aunque el porcentaje de personas infectadas en esa hipotética aldea aumentaría como resultado, la caída en el porcentaje de personas infectadas en esa hipotética ciudad —según los investigadores— disminuiría en una cantidad mayor.

La Gran Vía, en Madrid.

   El impacto negativo en la comunidad más pequeña puede mitigarse mediante controles de salud en la frontera, permitiendo sólo la reubicación de personas sanas y limitando el movimiento de personas reubicadas, se argumentó.

   Según el estudio, si a las personas se les permite ir y venir entre sus casas nuevas y antiguas, los beneficios se reducen.

   Zanin sostuvo que se trata de un modelo de movimiento, sin la complejidad e imprevisibilidad de la vida real. Se han hecho una gran cantidad de suposiciones, incluidas las tasas de reinfección e inmunidad y patrones de comportamiento para generar cifras.

Los estudios de modelado no pueden dar respuestas definitivas, pero sí presentar algunas sugerencias útiles. Y parece que mantener a las personas confinadas en un lugar podría ser peor para las tasas generales de infección; incluso, si lo permite en algunas regiones para mantenerse relativamente libre de enfermedades.

   De acuerdo con los investigadores, permitir que, en el mundo real, las personas se trasladen de una casa principal de la ciudad a una de vacaciones en un pueblo podría detener la propagación de la enfermedad, siempre y cuando no haya vuelta atrás hasta que la pandemia haya terminado.

   Hay muchas otras consideraciones económicas y sociales a tener en cuenta, más allá de la tasa de infección. Ejemplos: si los habitantes de las ciudades estarían dispuestos a mudarse, o si los habitantes de las aldeas estarían felices de tenerlos, lo que destaca el difícil trabajo que tienen los gobiernos en la gestión de la propagación del coronavirus.

   En este sentido, Massimiliano Zanin fue concreto: “La colaboración entre diferentes gobiernos y administraciones es un ingrediente esencial para controlar una pandemia, y se debe considerar la posibilidad de sacrificios a pequeña escala para alcanzar un beneficio global".