Bahía Ecológico, la empresa que llegó a la ciudad para tratar los residuos patogénicos

Redacción de La Nueva.

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   Desde hace tres semanas funciona en el Parque Industrial Bahía Ecológico S.A., una empresa dedicada al servicio de recolección, transporte, tratamiento y disposición final de residuos patogénicos.

   Su gerente Jorge Subiela le contó a La Nueva. que la instalación tuvo una inversión millonaria y que el grupo posee una planta similar pero con otra denominación en la provincia de Chubut, con más de 500 clientes. 

   Además, resaltó que Bahía Ecológico S.A es la única empresa de Bahía Blanca habilitada para el tratamiento de esos residuos, que son generados por hospitales, clínicas, centros de hemodiálisis, centros de enfermerías, laboratorios de análisis clínicos, podólogos, tatuadores, odontólogos, farmacias, geriátricos, oftalmólogos y veterinarias, entre otros.

   Vale aclarar que se consideran residuos patogénicos a aquellos desechos o materiales que puedan presentar características infecciosas, de toxicidad o actividad biológica y puedan afectar directa o indirectamente a los seres vivos, causar contaminación del suelo, del agua o de la atmósfera.

—Hoy estos residuos se están enviando a Buenos Aires o Mar del Plata, y el objetivo es que no hagan tantos kilómetros teniendo en cuenta que son residuos patogénicos [...] Vimos que Bahía Blanca tenía esta necesidad que se agravó aún más con el tema de pandemia, dado que se cuadruplicó el volumen de residuos que se generaba habitualmente, y decidimos replicar acá la experiencia que tuvimos en Trelew. Suponemos que va a ser una buena alternativa para Bahía tener su propia planta de tratamiento —indicó Subiela.

   El gerente contó que el objetivo es que la mayor cantidad de generadores de esos materiales acceda a su servicio para que los residuos sean retirados en el menor tiempo posible y en los horarios convenientes para cada uno de ellos, situación que "se complica cuando el transporte viene desde lejos y tiene que pasar en un mismo día por varias entidades".

—Hoy, a la mayoría de los generadores de Bahía Blanca les retiran una vez por semana o, en algunos casos, una vez por mes. Por ejemplo, al hospital no se le retiran los residuos en forma diaria como se debería, y tampoco se retira desde cada punto de atención distribuido en la ciudad, que dejan su generación en forma centralizada en el hospital para que sean retirados desde allí. Nuestra propuesta es ir por cada centro de atención y retirar en el hospital únicamente lo que genera ese hospital. Así debe ser el tratamiento real de residuos, y la frecuencia sería diaria, entonces no está el riesgo de tener que acopiar residuos por muchos días.

—¿Cómo llega el material a la empresa?

—Los generadores nos llaman y todo se hace a través de una plataforma de la OPDS [Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible], tanto los requerimientos y las solicitudes del transporte como los retiros. En esa plataforma cargamos a qué generador vamos a ir, un volumen estimado que pueden llegar a tener y los generadores nos hacen la entrega. Les damos un envase plástico, bolsas rojas de 120 micrones y un precinto. Cuando retiramos, nos llevamos ese recipiente y les dejamos uno limpio, con la nueva bolsa y el nuevo precinto. Las frecuencias las pactamos con los generadores: a algunos, por los volúmenes que tienen, vamos una vez por semana (odontólogos, podólogos); y a los hospitales o laboratorios de análisis clínicos, que tienen volúmenes importantes, en forma diaria.

—¿Cómo funciona el sistema?

—Hay dos sistemas que implementamos en la planta: termodestrucción, que es un horno pirolítico que se utiliza para el tratamiento de medicamentos vencidos o restos humanos que pueden ser amputaciones por ejemplo; y autoclavado, que se utiliza para el resto de los residuos y es un sistema más moderno porque no hace emanaciones al exterior ni emisiones gaseosas, por lo que es muy bueno para el medioambiente. Son equipos automatizados y muy seguros.

   Subiela aclaró que este tipo de residuos no se separa en planta, sino en el lugar de origen. Los propios generadores dividen aquellos residuos que se tratan por termodestrucción de aquellos que pasan por autoclavado. Los primeros llegan identificados con un precinto rojo y los otros, con un precinto amarillo. A su vez, todos están numerados para un correcto seguimiento de los retiros efectuados.

—¿Qué cantidad de material pueden procesar?

—Los dos autoclaves marca Attsu Klaus, que trajimos de España, pueden procesar unos 1.200 kilos por hora (600 cada uno) y el horno CALTEC, que es de construcción nacional, 145 kilos/h. Están bien dimensionados para la expectativa que tenemos nosotros en base a la densidad de población de Bahía Blanca y los residuos que se generan; si después tenemos que poner más, pondremos más. También tenemos una cámara de frío, bastante importante en dimensiones, que trabaja a 4 o 5 grados bajo cero; de esta manera, si queda algo de material sin procesar en el día se deja ahí y se procesa al día siguiente o al lunes siguiente en caso de que sea fin de semana.

   El gerente de la empresa explicó que, en el caso del horno, toda la carga se hace en forma automática y cada 10 minutos el sistema hace sonar una alarma indicando que se vuelve a alimentar de residuos. De esa forma, "los residuos no se acumulan dentro del equipo y su tratamiento se hace más efectivo". En los autoclaves, en tanto, el material se distribuye en cuatro carros de acero inoxidable que son revestidos con polipropileno para que las bolsas que contienen los residuos no queden adheridas al acero cuando comienza el tratamiento.  

—¿A qué temperatura funcionan?

—El horno tiene dos cámaras: la primaria, donde va el residuo en sí, que trabaja a 900 grados; y la secundaria que lo hace a 1.200 grados. Los autoclaves trabajan con una bomba de vacío, presión a 2 kilogramos y temperatura a 145°, lo que garantiza dejar inertes los residuos tratados. Igualmente, se instalan dentro de los equipos ampollas con una bacteria que luego es analizada para determinar que la misma ha sido neutralizada. Finalizado el proceso, se hacen fardos recubiertos con el film de polipropileno y se procede luego a su disposición final. 

   Subiela indicó que esos equipos cuentan, además, con un sistema SCADA donde se va monitoreando cada punto de los procesos que se van ejecutando: "Tenemos, además, la posibilidad de conexión remota de estos equipos con los proveedores para que, en caso de alarma de falla de alguno de ellos, nos puedan asistir sea desde Buenos Aires o desde Girona (España)", agregó el gerente.

—¿Qué se hace después con el material?

—Una vez que se hace el fardo se envuelve con polipropileno ya que es un residuo inerte, con lo cual ya se trata como un residuo sólido urbano común, que enviamos al relleno sanitario, donde presentamos una copia de los procesos como constancia de que el residuo fue tratado. En el caso del horno, las cenizas que quedan se mandan a analizar en cuanto a metales pesados; la ley 24.051 indica cuál es el máximo que tiene que tener la ceniza en metales pesados para no contaminar y si está dentro de esos valores lo podemos tratar como un residuo sólido urbano; de lo contrario hay que hacer una disposición final en un relleno de seguridad, pero generalmente hemos estado siempre dentro de los valores, hasta ahora no hemos tenido problemas.

   Bahía Ecológico S.A. ya está tratando los residuos patogénicos del partido de Villarino y su objetivo es trabajar en toda Bahía Blanca y su zona de influencia. Tal como indicó su gerente, eso también permitirá ampliar la cantidad de trabajadores de la empresa, que tiene actualmente 20 personas abocadas al servicio, pertenecientes a esta ciudad. 

    Por cualquier necesidad o inquietud pueden contactarse con la empresa a través del sitio web bahiaecologico.com.ar.