Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Los desafíos de las escuelas bahienses, entre la presencialidad y la virtualidad

Referentes de la educación opinaron sobre el ciclo lectivo que comenzará oficialmente mañana, luego de un 2020 que careció de presencia en las aulas. Todos reconocieron que será un año difícil.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   Desafío e incertidumbre son los términos que caracterizan el ánimo de los docentes, funcionarios y directivos en el trayecto que transitan previo al inicio del ciclo lectivo 2021.

   Esa sensación se infiere de la recorrida que “La Nueva”. realizó por instituciones educativas -públicas y privadas-, de nuestra ciudad y de los testimonios recogidos entre autoridades escolares, maestros y directores.

   Tras la licencia veraniega, los educadores bahienses trabajaron en actividades de planificación y adecuación para el retorno a la nueva presencialidad bajo los protocolos sanitarios preventivos jurisdiccional y nacional.

   Así, mantuvieron jornadas de capacitación y actualización evaluando todos los escenarios posibles que pueden surgir en este retorno cuidado ante la excepcionalidad de la pandemia. 

   El regreso a clases presenciales comenzará mañana. A nivel nacional, desde el Ministerio de Educación bajaron lineamientos a las provincias, y desde allí a todos los niveles de enseñanza para delinear los protocolos que permitan volver a encontrarse en las aulas. 

   De acuerdo con el calendario escolar, mañana comenzarán en nuestra ciudad las clases para toda la primaria (71 escuelas) y el nivel inicial, y el 8 de marzo será el turno de los estudiantes secundarios (43 establecimientos, entre secundarias y técnicas).

   Aproximadamente el 85% de las escuelas públicas de Bahía Blanca retornará a la presencialidad en este ciclo lectivo, mientras que el porcentaje crece hasta el 98% en el caso de la gestión privada.

   “Hay alrededor de 15 escuelas primarias que seguirán, al menos unos días, con clases virtuales, ya que les faltan completar algunos trabajos o ajustes técnicos que exije el Plan Jurisdiccional, elaborado por Provincia, para quedar habilitadas. El resto de las 71, están en condiciones de empezar normalmente”, manifestó Julieta Conti, Jefa Distrital de Educación.

   Precisamente, el Plan Jurisdiccional contempla los niveles inicial, primario y secundario, y detalla los aspectos a tener en cuenta en este retorno al aula, entre ellos, el distanciamiento, la ventilación de los espacios y la sanitización.

   "Cada establecimiento debe ajustarse a la realidad institucional dentro de lo que pauta el protocolo", señaló Claudio Raúl Martini, Inspector Jefe de Región 22.

   Según señalaron, las jornadas pedagógicas tendrán un máximo de 4 horas y destacaron que están trabajando con la Dirección de Tecnología para que todas las escuelas de la ciudad tengan acceso a internet.

   "Cada escuela, de acuerdo a sus matrículas y posibilidades, definirá el modelo a utilizar. Algunas que tienen mucha matrícula van a dar clases presenciales una semana para un grupo y otra semana para otro grupo, y otras escuelas que son más chicas están pensando en una presencialidad completa de lunes a viernes. Cada escuela está haciendo su arquitectura y su modelo organizacional para poder responder a la mayor presencialidad posible, siempre en el marco de los protocolos", aseguró Conti.

   La Jefa Distrital de Educación señaló que fue importante el Período de Intensificación de Enseñanza para realizar pruebas de implementación de protocolos.

   “El 17 de febrero comenzamos con aquellos alumnos que durante 2020 no alcanzaron los objetivos fijados como prioritarios, que se extenderá hasta el 30 de marzo con docentes de la propia escuela y con otros que el Estado asignó especialmente para este proyecto mediante el Plan Forte, ya que estos estudiantes convivirán con sus compañeros pero van a continuar con este Período, ya sea en contraturnos o los sábados por la mañana, para que puedan equipararse en contenidos pedagógicos”.

   Y agregó: “El número de alumnos que están incluidos en este Período de Intensificación es muy reducido, ya que es apenas el 1% de la totalidad. Bahía Blanca está catalogado como uno de los tres distritos más complejos de la provincia, pero durante 2020 se pudo realizar un muy buen trabajo por parte de los docentes y fue muy baja la cantidad de alumnos que no tuvieron vinculación”. 

   En ese sentido, valoró la experiencia recogida en 2020 en cuestiones virtuales, ya que, de algún modo, continuarán presentes en este nuevo ciclo lectivo. 

   “Todos sabemos que será un año muy complejo. Salvo en algunas pocas escuelas, donde los cursos son pequeños y las instalaciones son grandes para poder dar clases con todos los alumnos a la vez todos los días de la semana, el resto de los establecimientos tendrá que combinar presencialidad con virtualidad”.

   Y también habrá casos puntuales.

   “Ese método de enseñanza será más intensivo para aquellos alumnos que no puedan concurrir a las escuela, ya sea porque están enfermos, tienen un familiar de riesgo o bien ellos mismos padecen patologías de riesgo. La idea es que ningún alumno pierda contenidos y para ellos habrá docentes dispensados. También están previstas las clases virtuales cuando surjan focos de contagios, que seguramente habrá, y deberán quedarse aislados por dos semanas en sus hogares”.

   En ese sentido, recordó que los alumnos tienen que concurrir con barbijo y los docentes deben usar también la máscara protectora.

Los directivos

   “Tenemos muchas expectativas de trabajar otra vez con los alumnos en forma presencial. En el Período de Intensificación ya tuvimos contacto con algunos chicos y se percibe esa ansiedad y alegría de volver a clases. En educación, no hay nada mejor que la presencialidad, por más que haya muchas herramientas útiles en la virtualidad que llegaron para quedarse”, manifestó Belén Cabrera, directora desde hace tres años de la Escuela 33 de Harding Green, que cuenta con una matrícula de 317 alumnos.

   “Debemos cumplir un plan jurisdiccional y estamos en condiciones de hacerlo. Contamos con todos los insumos necesarios para la prevención y cuidados de la salud y tengo el plantel de docentes completo”, añadió quien lleva 22 años en la docencia.

   Guillermo Pierolivo, director de la Escuela Técnica 1 de Ingeniero White, a la que acuden más de 1.000 estudiantes de nivel secundario, manifestó que son muchos los protocolos a cumplir. 

   “Nos espera un arduo y duro trabajo este año y si bien hemos estamos planificando todo a conciencia, probablemente iremos encontrando dificultades a medida que transitemos el ciclo lectivo”, señaló.

   En el caso de la Primaria 33, Cabrera señaló que dividirán los grados en dos. 

   “Implementaremos la modalidad semipresencial; es decir, cada curso se divide en dos burbujas por orden alfabético, una semana va presencial la burbuja A y a la siguiente acude a la escuela la burbuja B. La semana que no asisten al establecimiento trabajan desde la virtualidad”, explicó.

   Los recreos van a ser escalonados, de igual manera que la entrada y la salida al establecimiento. 

   “En ese sentido, pedimos que las familias nos ayuden en la concientización, porque los chicos ven como algo normal compartir botella o tocarse cuando juegan”, señaló Cabrera.

   Al contar con alumnos de mayor edad, Pierolivo manifestó que basarán el retorno, previsto para el 8 de marzo, en la parte socio-afectiva.

   “Trabajamos muy bien el año pasado en forma virtual, pero esta institución se caracteriza por los vínculos estrechos con la comunidad educativa, por lo que el primer objetivo es recuperarlo y después avanzar sobre los temas específicos de cada materia”.

   La Técnica 1 está terminando de desarrollar un túnel sanitizante, desarrollado por los propios alumnos.

   “Estará colocado en el acceso principal a mediados de marzo. Después, contamos con aulas, talleres y laboratorios bastante amplios como para cumplir con todos los requisitos”.

A pura expectativa

   “Celebro la presencialidad. Soy de la idea que el docente es de tiza y pizarrón, como se suele decir”, dijo Gisella Iaquinta, docente de segundo y cuarto grado en dos establecimientos educativos privados y con más de 50 alumnos a cargo. 

   “No es fácil enseñar a leer y escribir a través de la pantalla, cosas que en el aula resulta más fácil y más rápido. Sin embargo, en 2020 aprendimos mucho sobre tolerancia y no sólo nosotros, sino también los alumnos y sus padres”, remarcó.

   Y agregó: “Va a ser un año diferente a 2020. Hasta 2019 todo era presencial, en 2020 la enseñanza fue virtual y en éste tendremos que combinar ambas facetas, lo cual nos generará un desafío muy grande”.

   Iaquinta sostuvo que lo más complicado será trabajar con “burbujas”. 

   “Habrá que buscar la forma de llegar a todos los alumnos en forma pareja. Sabemos que el rol docente no es estático y se deba acomodar a los procesos, a los cambios de la sociedad. Los docentes actuales somos diferentes a los que tuvimos cuando nos tocó ir a la escuela de chicos. La pandemia nos obligó a replantear muchas cosas y agudizar el ingenio para poder cumplir con nuestro trabajo como educadores”.

   Daniela Medina, con 24 de experiencia en la docencia y actualmente a cargo de los grados iniciales en una escuela pública de enseñanza primaria, reconoció que existen muchos protocolos para los maestros que serán difíciles de cumplir.     

   “En mi caso, estoy con chicos de 5 y 6 años, que no están preparados psicológica y hasta físicamente para entender y mantener el distanciamiento que se les pide. A esa edad, es natural que tengan contacto con sus compañeros y será complicado decirles todo el tiempo que no pueden compartir útiles, hojas, bebidas, mantenerse en sus lugares o realizar juegos individuales en los recreos. En este marco, hay que recordar que el fin esencial de la educación es la sociabilización, que será muy difícil de conseguir”. 

   En particular, Medina trabajará con dos “burbujas” de 15 alumnos cada una.

   “Los docentes nos preparamos como pudimos, tapando agujeros del Estado, para intentar volver a clases lo mejor posible. Pero debo reconocer que no hubo demasiada preparación para arrancar ni tampoco el debido asesoramiento, más que las circulares que nos hicieron llegar y que fueron cambiando, donde hay teorías que se alejan de la realidad de las aulas”.

   Para Oscar Minciocchi, docente de la Escuela Técnica 2, la felicidad no es completa. Con 65 años (41 dando clases) tiene a su cargo alrededor de 100 estudiantes. Pero, por su edad, es considerado personal de riesgo y deberá mantener el dictado de sus clases en forma virtual.

   “No es fácil asimilar esa situación, porque de los 41 años de docencia, 40 lo ejercí dentro de un aula o un taller y estoy acostumbrado a una docencia personalizada”, reconoció.

   “Yo doy Máquinas Eléctricas, lo cual es muy difícil de enseñar a través de una pantalla. Pongo como ejemplo que se puede aprender a manejar con tutoriales de You Tube, pero la cosa cambia cuando uno se sube al auto. Hay riesgos y cuestiones de seguridad que se aprenden viendo la máquina de cerca, tocándola y usándola. Obviamente que pondré todo mi esfuerzo e ingenio para compensar esa dificultad y no trasladársela a los alumnos”, opinó.

   “Tengo la experiencia del año pasado, pero en 2020 noté cierto relajamiento del alumno que en el taller no sucedía. En forma virtual, tienen la posibilidad de copiar de otro lado o requerir aportes externos; en clase presencial, tienen que resolver sin ayuda”.

   Minciocchi se mostró preocupado por estar limitado en sus posibilidades.

   "Tengo sentimientos encontrados con la vuelta a la presencialidad. Creo que es muy necesaria porque hubo un tiempo largo sin asistir a las escuelas, aunque hubo clases virtuales, y los chicos la necesitan, tienen que recuperar el vínculo, el contacto, su lugar de expresión incluso de problemas que tienen en su casa; pero considero que las condiciones sanitarias no están dadas del todo, sobre todo para las escuelas que no tienen sus edificios en condiciones", dijo.

   Y puntualizó: “Por ejemplo, en las escuelas técnicas, no está aún especificado cómo serán desinfectados los talleres o laboratorios y quiénes se encargarán de esa tarea”.

Los protocolos

   Si bien existe un plan jurisdiccional que rige a todos, será cada establecimiento educativo el que defina cómo será el dictado de clases de acuerdo a las condiciones que presenta cada edificio. 

   Los ingresos y egresos a las instituciones educativas serán escalonados con diferencias de 10 o 15 minutos entre grupos para que no haya aglomeraciones. Además, como máximo el grupo podrá estar en el aula 90 minutos y luego será sanitizada y ventilada. 

   En el acceso se tomará la temperatura corporal y el cuidado de los niños y niñas, que ingresarán solos pero pueden ser acompañados hasta la puerta por una sola persona. Una vez dentro, no se podrán reunir en un espacio común a estudiantes de distintos grados, años y divisiones para el saludo a la Bandera.

   No se permitirá el ingreso a quienes presenten síntomas de COVID-19, que estén en aislamiento o con contacto estrecho con algún caso sospechoso.

   Se tendrá que respetar el distanciamiento social de un metro y medio entre los protagonistas de la escuela (directivos, docentes, personal no docente, preceptores y alumnos) y no compartirán elementos como mates, vajillas ni útiles. 

   Aquellas instituciones que no cuenten con instalaciones amplias para garantizar el dictado de clases para el curso completo, podrán optar por el armado de “burbujas”, que refieren a los grupos de convivencia estable de alumnos que compartirán la misma aula durante la permanencia en el establecimiento educativo, desdoblando en dos o en tres grupos al total de cada grado. 

   El propósito de la medida es que, en caso que alguno de los integrantes del “aula burbuja” diera positivo para Covid-19, sólo se tenga que aislar a la persona infectada y al resto de su grupo de convivencia. 

Con los insumos necesarios

   Desde el Consejo Escolar y la Jefatura Distrital aseguraron que todas las escuelas de la ciudad cuentan con los elementos para dar seguridad a los docentes y alumnos.

   "Todas tendrán sus termómetros digitales. En los últimos días también llegaron más de 250 mamelucos y 530 kits de bioseguridad para utilizar si se detecta algún caso sospechoso dentro del establecimiento", señaló Julieta Conti, jefa Distrital de Bahía Blanca.

   A esos elementos se agregan los insumos que recibió el Consejo Escolar, que acumuló materiales por un presupuesto de poco más de 4 millones de pesos de origen provincial.

   "Contamos con una primera tanda de 4.500 máscaras de acetato que se le otorgarán a los docentes y estos días llegan otras 4.500", confirmó Marina Cano, consejera escolar.

   Agregó que, por parte del gobierno nacional, llegarán partidas para compra de insumos de entre 10 mil y 50 mil pesos para cada institución, de acuerdo a la cantidad de alumnos que asisten a la misma.

   "Esto se suma a los bidones de detergente, bidones de lavandina, alcohol en gel, trapos de piso, trapos rejilla, barbijos descartables, guantes de goma y otros insumos que ya fueron distribuidos".

   Vale destacar que en este inicio no estarán disponibles los comedores escolares ni los quioscos que funcionan dentro de las escuelas, tal como indicó días atrás la titular del Consejo Escolar de Bahía Blanca, Fabiola Buosi, quien remarcó que sí se le dará continuidad a la asistencia con bolsones alimentarios al menos durante febrero y marzo.