Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La alfombra mágica

   Estuvo poco tiempo instalada pero quedó firme en la memoria colectiva.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 52 años, en diciembre de 1969, se habilitó el tobogán gigante conocido como la "Alfombra mágica", novedosa atracción instalada como parte de un amplio plan pensado por el municipio para ell Parque de Mayo.

   Construida con aluminio, la alfombra era, en realidad, un gran tobogán gigante de 15 metros de alto, con un desarrollo de 50 metros de plano inclinado y con ondulaciones en su desarrollo. Para llegar hasta la parte superior se debían subir 84 escalones.

   La historia de la alfombra mágica era muy reciente. Fue instalada por primera vez en Villa Carlos Paz, Córdoba, donde alcanzó un éxito rotundo. De inmediato, uno de los dueños de la patente, el dirigente boquense Alberto J. Armando, colocó otra en la Ciudad Deportiva de La Boca y, en pocos meses, el juego se multiplicó en todo el país. Cuando llegó a Bahía Blanca, ya existían 15 en la Provincia. Ese mismo verano, se instaló una en Monte Hermoso.

   La caída por el megatobogán se hacía montado sobre bolsas de arpillera y el descenso se aceleraba dado que cada ondulación era cuidadosamente encerada. La entrada costaba 100 pesos e incluía "tres vueltas". Los concesionarios estimaban que podían largarse hasta 20 personas al mismo tiempo, "aunque este número --sugerían-- se puede aumentar si hay originalidad".

   El juego-entretenimiento se convirtió en sensación y la ansiedad por crear nuevos estilos de lanzamiento o ver algún que otro porrazo sostuvo su éxito durante un buen lapso. Con el uso comenzaron a registrarse accidentes, con quemaduras en piernas y brazos, alguna quebradura y otras consecuencias indeseadas. En un par de años comenzaron a retirarse de todos los lugares aunque su recuerdo quedó firme en la memoria colectiva de varias generaciones.