Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Fuerte historia de abuso, abandono y superación, entre Bahía y San Juan

“Natalia” hoy tiene 11. A los 7 la ultrajó su padrastro, cuando vivían en la ciudad. Su madre la llevó de vuelta al pueblito sanjuanino de origen y la abandonó con dos hermanos más. Todos fueron adoptados por una vecina que ya tenía 7 hijos.

"Natalia" retomó sus estudios en San Juan. Fotos: archivo La Nueva.
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Audionota: Danilo Belloni

   A los 11 años, muchos niños tienen la "suerte" de aprender, jugar, estudiar, compartir, divertirse. Otros "sobreviven". Es el caso de "Natalia", una sanjuanina que fue abusada por su padrastro cuando tenía 7 y vivía en Bahía Blanca y a quien luego abandonó su madre en su provincia natal, donde vivió varios días sola con sus hermanitos hasta que una vecina asumió la guarda.

   La terrible historia de vida se conoció a partir de un fallo dictado hace unos días por la Justicia local, que condenó a 4 años de prisión efectiva a J.R.A., el hombre que convivía con su madre en nuestro medio y Mayor Buratovich y que, según quedó probado, la manoseaba ante la pasividad de quien la gestó.

   Casi tan tortuosa como los hechos ultrajantes -que se registraron entre 2017 y 2018- fue la decisión de su madre de dejarla, junto a sus hermanos que para ese entonces tenían 11 y 13 años, "a la buena de Dios".

   "Natalia" se enteró el día que su mamá se fue, pero en su fuero más íntimo no quería creerlo. Haciéndose la dormida, la escuchó hablar por teléfono y vio que tenía bolsos y cajas preparadas como para partir.

   Interminables 5 días compartieron en una vivienda de un humilde asentamiento de Villa Nacusi, con la "esperanzadora" excusa de que iba a volver a buscarlos. Les dejó una carta.

   "Doña" Andrea, como la conocían los chicos, fue la vecina que ofició de Ángel de la Guarda para los 3.

Destino marcado

   La mujer sabía de peripecias anteriores. Conocía a la "madre", de cuando vivió por muchos años en esa población del departamento sanjuanino de Pocito, antes de que se mudara a la provincia de Buenos Aires.

   "Tenía 7 hijos, todos menores. Siempre los descuidó, los mandaba a pedir a la calle. Yo le decía que les prestara atención, que no los dejara solos de noche, pero me ignoraba. Cuando los veía en esa condición, los hacía entrar y les daba de comer", recordó "Doña" Andrea en el juicio.

   Ella sabía que la madre de los chicos no iba a volver. Es más, recibió una llamada que le pedía que se hiciera cargo de ellos, pero "Doña" Andrea lo tenía decidido: había iniciado el trámite de guarda definitiva en el Tercer Juzgado de Familia de Menores en San Juan y ya recibió el fallo a favor, al menos por "Natalia". No le importaba pasar a tener 10 hijos, entre los naturales y los adoptivos.

   Y fue esa mujer de corazón profuso quien, incluso, denunció penalmente el abuso a la menor, el 15 de agosto de 2018.

   Lo descubrió casi de manera fortuita. Un día que la madre abandónica, cuando todo era confusión, la llamó para avisarle que su pareja, J.R.A., iba a viajar a San Juan para ir a buscar a la más chica.

   "Natalia" escuchó la llamada y se puso a temblar y llorar. "No quiero volver con mi mamá. Nos pegan. Él me tocaba y mi mamá no decía nada".
Ni la niña abusada ni sus hermanos se quieren alejar del cobijo de "Doña" Andrea. En su hogar descubrieron el significado de la palabra contención.

   Y también retomaron los estudios.

   De todas maneras, la psicóloga Vanesa Pringles, quien entrevistó a la niña en el marco de la causa, concluyó que "Natalia" necesita atención psicológica, no solo por los manoseos que sufrió de más chica, sino también por los hechos de violencia que le tocó presenciar y "por la falta de cuidados y contención paterna y materna".

   La licenciada María Eugenia Gómez, que pertenece al centro A.NI.Vi, del Poder Judicial de San Juan, elaboró un informe social tras una entrevista con su madre del corazón y conocer el entorno familiar.

   Terminó por confirmar que su madre natural tenía un comportamiento "inestable, cambiante, contradictorio" y que se siempre se mostró "negligente con sus hijos y expulsiva".

"Juegos" de padrastro

   La jueza Claudia Fortunatti, del Tribunal en lo Criminal N° 2, condenó a 4 años de prisión al padrastro de "Natalia", por el delito de abuso sexual simple reiterado y agravado.

   Fue luego de un juicio abreviado acordado por la fiscalía (acusación), la defensa y el propio J.R.A.

   Quedó probado que los hechos se produjeron en una vivienda de Bahía, entre 2017 y 2018, cuando la pequeña tenía 7 años y sufrió "tocamientos, pellizcos en los senos y glúteos y mordidas".

   "Me hacía 'juegos' y no sabía qué hacer. Mi hermana de 13 le gritaba y le decía que no me haga eso, pero no podía hacer nada. Muchas veces pasaba cuando él se emborrachaba", contó "Natalia" en el juicio, al declarar a distancia desde su provincia natal.

   Cuando le preguntaron a la niña cuál era la reacción de su madre ante estas situaciones, respondió: "Se reía y lo dejaba".

   Incluso, radicada la denuncia, la "madre" se comunicó con ella para advertirle que tenía que decir que "todo era mentira".

   El relato de la víctima -así como el de sus hermanos- fue considerado veraz por parte de una perito.

   Tiene "sentido global, coherencia interna y nos se observan contradicciones. Aporta detalles sobre momento, lugar, personas, acciones y objetos y hay una conexión lógica entre los elementos narrados, que se mantienen durante la entrevista", sostuvo la licenciada Pringles sobre el testimonio de Natalia en la cámara Gesell.

   También aconsejó la necesidad de que recibiera un tratamiento psicológico, desde el momento que notó en su relato un "elevado monto de angustia y ansiedad asociado a la genitalidad". 

   Si bien la especialista remarcó que no se observa "tendencia a fabular o a utilizar recursos mendaces", sí surge "agresividad contenida, debilidad yoica, sentimientos de desprotección e indefensión, falta equilibrio y carencia de una base firme para desarrollo emocional".

   Ese aporte, más los testimonios coincidentes y otras pruebas llevaron a condenar al padrastro, que actualmente está preso.

Muestra genética del condenado

Extracción. A partir de lo que marca el artículo 5 de la ley 26.879 (promulgada en julio de 2013) el Tribunal en lo Criminal N° 2, que definió la condena de J.R.A., ordenó una extracción de muestra genética del acusado, para ser destinada al Registro Nacional de Datos Genéticos.

Normativa. La citada ley sirvió para crear el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Los datos son de carácter reservado.

Al ministerio. Una vez obtenida, la muestra tendrá que ser girada al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, para su efectivización.