Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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El pensamiento debe dirigirse a la construcción del nuevo Estado

En un taller donde se abordó la economía post pandemia, el PI marcó cifras que dejará la crisis y el uso de herramientas.

Foto: Rolando Ramos-La Nueva.

Natalia Miguel
nmiguel@lanueva.com

   Una vez concluido el Taller sobre Economía Post Pandemia el Partido Intransigente elaboró un documento sobre la situación actual y las posibles herramientas a utilizar como propuesta para superar la crisis.

   El doctor Juan Ignacio Ferreyra, presidente del PI provincial, dijo que “no hay que perder un solo segundo en pensar cómo construimos el nuevo Estado para la economía del desarrollo y la solidaridad. Porque, en el fondo, siempre hay dirigismo”.

   En tal sentido, apeló a las palabras de Jauretche, quien decía “el dirigismo tiene el sentido que le da el que dirige, y siempre lo hay.... Solo que se llama dirigismo cuando dirige el Estado. Y la libertad económica, cuando dirigen los grupos monopólicos particulares, que en los países coloniales o semicoloniales no son muy particulares, porque a su vez están dirigidos por la política del imperio dominante”. 

   Al mismo tiempo, recurrió a Prébisch, respecto al dogmatismo intencionado del librecambio, quien confesaba “que en sus tiempos juveniles se dejó seducir por el rigor lógico y la elegancia matemática de las teorías del equilibrio económico (clásica y neoclásica) y que le costó mucho tirarlas por la borda, para comprender mejor los fenómenos reales”.

   “De allí -dijo Ferreyra- es que esta crisis, atroz y despiadada para el hombre y la sociedad, puede y debe ser utilizada como una oportunidad para que juntos busquemos el cauce político económico adecuado, para el logro irrenunciable de un mundo y una sociedad más apta, asentada en los principios del humanismo liberador, dirigida a la socialización de la riqueza, la cultura, la ciencia, la tecnología y el poder”.

Cifras
   En números, el documento indica que en el mundo se prevé que el PBI caerá hasta casi un 5%, lo que implicaría pérdidas globales de entre 1,8 y 3,8 billones de euros.

   En la región latinoamericana y caribeña, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) estima una contracción de -1,8 del producto interno bruto regional, lo que ocasionaría  la suba en 10% del desempleo en la región.

   Es decir, sobre 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región subiría de 185  a 220 millones de personas. En pobreza extrema, podrían aumentar de 67,4 a 90 millones, según se concluye en la nota.

   Sobre las propuestas, tomadas como las herramientas esenciales, se mencionaron la construcción de un nuevo Estado, que sea promotor de la economía, garante  de la equidad fiscal y la justicia social.

   En este contexto, se hizo mención a la la reforma tributaria progresiva, los servicios públicos (se deberán recuperar potestades soberanas para conducir las palancas del poder en beneficio de sus mayorías vulnerables y empobrecidas), la banca y el comercio exterior, teniendo en cuenta la experiencia boliviana, y los recursos naturales.

   “La economía es política porque debate y aplica intereses de clase. El modelo económico debe recuperarse a favor de los intereses mayoritarios”, se expresa en el documento.