Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Daniel Altamirano: “Esperé el tiempo suficiente para estar seguro y no arrepentirme”

A casi un año del retiro, el Potro contó que no extraña la competencia y que disfruta a pleno su nuevo rol dentro del equipo. Además, el comodorense se refirió al presente de sus hijos, las claves del éxito y mucho más.

Fotos: Emmanuel Briane y Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   El pilotaje es historia pasada en la vida del comodorense Daniel Alejandro Altamirano. No así el Midget, actividad que continúa captando toda la atención en el emblemático taller de calle Estomba.

   A casi un año de consumado el retiro, y haciendo caso omiso al pedido de miles de fanáticos, el Potro se muestra a gusto con el nuevo rol que asumió por decantación dentro del "Team" integrado por sus hijos Kevin y Roy, y su sobrino Brian.

   Pero antes de ahondar en las funciones que cumple como consejero deportivo (¡vaya privilegio para los pibes!), el extricampeón dejó en claro que no hay vuelta atrás: el volante es un capítulo cerrado...

   "Corrí los últimos tres años sin ganas, básicamente por el círculo que se mueve en el taller y la gente que nos acompaña alrededor del Midget. Sentía una obligación propia seguir compitiendo. Todos querían que siguiera y lo hice, pero me cansó y ya no me estaba divirtiendo. ¿Volver a correr? No, imposible. Tampoco me subo a los autos para ponerlos en marcha ni probarlos. Ahora disfruto mucho más de otra manera. Diría que me jubilé del Midget", afirmó Daniel, máximo ganador de finales veraniegas en la historia (36).

   "También seguí corriendo--explicó--porque sentía que les servía a los chicos, además que me encantaba estar a su lado compartiéndolo y yendo a la pista. Ese último tiempo era sobre todo eso, más una vivencia junto a ellos que competir por cuenta propia. Esperé el tiempo suficiente hasta estar seguro y no arrepentirme en el futuro".

   --¿Sentís que diste todo? ¿Te quedó algo pendiente?

   --No, nada. Superé ampliamente lo que yo pretendía. Con los pocos recursos económicos que disponía, sobre todo en los comienzos en la categoría, ganar una serie o semifinal ya era todo un éxito. Mi sueño fue siempre ganar una final, con eso hubiese estado hecho deportivamente. Después que pude ganar, empezó el sueño de pelear un campeonato. Gané tres y además siete subcampeonatos. Logré muchísimo más de lo pensado.

   Esa experiencia singular y particular, nos cuenta Daniel, único piloto en permanecer dentro de los 10 mejores del ranking durante 19 temporadas consecutivas (ver adelante), es lo que intenta aplicar en sus descendientes.

   Claro que la nueva dinastía Altamirano, como ocurre en todos los traspasos de mando de una generación a otra, no tuvo que pagar tan alto el precio del "derecho de piso".

   "Como padre y tío siempre estoy atrás de ellos tratando que no se lastimen y que no arriesguen demás. Por supuesto quiero que vayan lo más adelante que se pueda, pero en lo posible sin equivocarse como lo hacía yo en mi juventud, mayormente por querer ir más rápido que el auto. Por eso, mi objetivo ahora es transportarles esa idea y que lo puedan aplicar", resalta el Potro, quien debutó en el Invernal 1992.

   "Ellos tienen que entender que no es fácil. Por ahí discutimos en boxes en ese intento de inculcarles mis ideas, pero el objetivo es acortarles el camino para que no rompan los autos, se cuiden y sumen puntos. A veces no hay que ir a ganar sí o sí una carrera, sino disfrutar lo que estás haciendo y entender cómo se logran los objetivos. A lo largo de las 18 fechas, eso te asegurará mejores resultados", profundizó.

   --¿Encontrás alguna similitud entre tu camino en el Midget y el de ellos?

   --El camino de ellos fue mucho más corto. Yo empecé sin saber absolutamente nada ni de chasis ni de motor. Fueron más o menos 3 o 4 años de aprendizaje y experiencia junto a mi hermano (Claudio), con quien hacíamos todo solos en casa. Era otro Midget, menos competitivo que el actual, donde con esa forma de trabajar te las podías rebuscar. Así fui creciendo como chasista y mecánico, preparándome las cosas, pidiendo ayuda y demás. Me costó mucho llegar a tener un auto rápido. Y ellos hoy ya arrancan directamente con una buena máquina y la experiencia del padre, esa que yo no tuve directamente del mío.

"Se recibieron de pilotos"

   Quienes conocen a Daniel Altamirano habrán notado que su personalidad no se caracteriza por exteriorizar en demasía emociones y sentimientos.

   Ahora bien, cuando el tema en cuestión gira alrededor de los hijos, se podrá percibir un especial brillo en los ojos del Potro.

   Eso no quita que trate de analizarlos lo más objetivamente posible...

   Por estadísticas, temperamento y personalidad conductiva, podríamos indicar que los tres (Kevin, Roy y Brian) ya se ganaron un lugar en la consideración elitista de la categoría.

   Ahora, ¿Qué opina Daniel al respecto?

   "Recién ahora se recibieron de pilotos, y tienen que empezar a aplicar en la pista todo los conocimientos que fueron adquiriendo estos años. Eso los tiene que ayudar a tranquilizarse, pensar y calcular las cosas. Para salir campeón no solo hay que tener un auto rápido, también hay que atender varias cosas. Y eso lo vas haciendo pensando abajo del auto y organizándote antes de las carreras o de que empiece el campeonato", aclaró.

   "Por ejemplo, juntando el presupuesto. Es fundamental saber cuánto se dispone y se puede gastar durante un certamen. Todo eso se planifica antes, no hay que esperar a octubre o noviembre para salir a buscar una publicidad", explica el Potro, sobre uno de los factores que mayor rédito le dio en su carrera deportiva.

   --¿Los considerás pilotos maduros?

   --A Kevin lo veo maduro, sí. Pero a Roy creo que le falta crecer un poco como piloto arriba del auto. Va demasiado al frente y me parece que tiene que calmarse un poco. Cuando lo logre terminará de conseguir los resultados que aspira tener.

“Anticiparse al resto”

   El enorme palmarés midgístico del "Potro" Altamirano, el cual destaca 3 títulos estivales (1998/99, 2001/02 y 2012/13) y 36 éxitos veraniegos, exhibe además un halago muy particular y no menos significativo que lo numérico.

   Daniel, quien compitió ininterrumpidamente de1992 a 2019, enseñó con precisión, y mejor nadie en la historia, el concepto de regularidad.

   Del Estival 1996/97 al 2014/15, su tradicional máquina blanca de llantas naranjas nunca abandonó el top 10, un récord que difícilmente alguien pueda igualar y superar.

   "La clave para mantenerse fue siempre trabajar con tiempo y anticiparse al resto con un auto ya probado y equilibrado. Si un verano las cosas no salían como esperábamos, optábamos por alistar autos nuevos en pista en los inviernos. De esa forma ya estaban probados y listos para ir a la primera fecha del campeonato siguiente con chances de sumar puntos importantes. A muchos poner a punto un auto nuevo les lleva 4 o 5 fechas. Nosotros casi siempre empezábamos andando bien de movida", argumentó Daniel.

   "En definitiva, todo pasaba por la regularidad. Pero no solo pensarlo sino conseguirlo. Tenés que ser frío manejando para seguir con el objetivo en la cabeza y no desesperarse ante los contratiempos. Saber que ceder una posición no quiere decir que todo esté perdido, o que sumando 18 puntos y relegando un podio también vas a hacer negocio", agregó.

   --¿Te reprochaste algo alguna vez, alguna decisión o carrera en particular?

   --No. Siempre analicé mucho siempre las cosas antes de que sucedan, sabiendo cuáles eran las reglas de juego y a dónde podía llegar.

   "Perdí 4 o 5 campeonatos en la última fecha, eso sí dio mucha bronca. Pero con lo demás, tanto con lo deportivo como lo ocurrido fuera de pista, no tengo nada que reprocharme", cerró Altamirano.

“Se puede evaluar a futuro”

   A principio de milenio, luego de la avasallante irrupción puntera de Daniel en la categoría (pasó del 11 al 3, luego al 2 y posteriormente al 1), el taller familiar, con Claudio Altamirano (su hermano) como pieza imprescindible, abrió las puertas al pedido de otros pilotos.

   Como por obra del destino, uno de los primeros en solicitar la por entonces llamativa estructura Altamirano (distinguida por los dos caños que cruzan desde la jaula al fusible) fue Mariano Pérez, quien años más tarde pelearía el "1" con el Potro.

   Años más tarde, solicitarían el servicio Mariano Gutierrez, Federico Brezina y Fernando Bonacci. Fue justamente aquella asociación con el Príncipe, para la temporada veraniega 2002/03, lo que alimentó la consolidación del "Altamirano Competición".

   "No era la idea armar un equipo, sino que fue surgiendo en la medida que se iban logrando buenos resultados. Bonacci, por ejemplo, fue subcampeonato. Tal vez se trabajaba más en el auto de él que en el mío, lo mismo que con el de Mariano (Gutierrez) y los demás chicos que pasaron por el taller", recordó.

   "Pasó el tiempo y no resultó lo rentable que esperábamos. Era trabajar incansablemente y con mucha responsabilidad para que los autos funcionen bien, pero terminábamos perdiendo plata. Entonces optamos por ir recortando un poco eso e ir enseñándole a cada uno que debía hacerle al auto", explicó.

   --Ahora que los chicos están metidos, ¿no se podría analizar?

   --Sería muy difícil. Habría que agrandar mucho más el taller, incorporar más gente para trabajar y demás. Actualmente lo estamos haciendo bien, pero también porque no estamos sobrepasados de laburo particular (chapa y pintura). Se puede evaluar, porque nos encanta, pero ahora no es el momento.

“Conocí gente muy buena”

   El ambiente. "Conocí muy buena gente e hice varios amigos. También me llevé muchas desilusiones. Es una categoría muy linda, pero no hay mucho compañerismo dentro de la pista; salvo aquellos 4 o 5 con los que podés llegar a tener confianza plena".

   Sin misterios. "Nunca me hizo falta que me reconozcan nada. Todo lo que hice dentro de la categoría, lo hice para sentirme bien y devolverle un poco al CMS de lo que me iba dando. Con respecto a los compañeros siento más o menos lo mismo, me siento bien con todo lo que he recibido y con eso me basta".

   Pasado dirigencial. "Estoy orgulloso de todo lo que pude hacer por el club. Era una felicidad inmensa ver a tanta que venía al taller trabajando conmigo en la pista. He llevado hasta a 36 personas a meter mano en la obra (NdR: la construcción del Héctor Evaristo Plano), que lo hacían porque veían mi esfuerzo."

   Personas claves. "Hugo Salaberry de movida me apoyó y enseñó mucho como piloto. Mi hermano fue importantísimo siempre, porque apoyó incondicionalmente cada idea; y también Dante Pérez, uno de mis primeros mecánicos que sigue al lado mío".