Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La UOCRA le planteó al intendente la necesidad de reactivar el trabajo

"Le presentamos el protocolo y quedó en presentarlo en gobernación para que lo autoricen, por lo que estamos aguardando respuestas”, manifestó Carlos Segundo Jongewaard de Boer, interventor de la seccional bahiense.

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   La Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y la Cámara de la Construcción (CAMARCO) acordaron el primer protocolo de recomendaciones prácticas COVID-19 para la industria de la construcción.

   En ese sentido, avanzaron en directrices de referencia para la prevención, que permitan conciliar la paulatina vuelta a la actividad con la preservación de la salud en los lugares de trabajo.

   “En Bahía tuvimos una reunión con el intendente, en el que le presentamos este trabajo para que sea aplicable aquí. Quedó en presentarlo en gobernación para que lo autoricen, por lo que estamos aguardando respuestas”, manifestó Carlos Segundo Jongewaard de Boer, interventor de la seccional bahiense.

   De Boer señaló que, tras la charla con Héctor Gay, se decidió presentar el protocolo por Mesa de Entrada, para que cumpla los aspectos administrativos formales.

    “Básicamente, el proyecto contempla una acción tripartita, en la que las tres partes involucradas, gremio, empresarios y municipios, compartan responsabilidades en la implementación de las medidas de seguridad y prevención y en el control de su cumplimiento”, amplió De Boer.

   "La idea es ir arrancando porcentualmente en un 50 por ciento, está determinado por protocolo una cantidad de trabajadores por metros cubiertos, con jornales de 8 horas, en turnos rotativos para que todos trabajen y hacer una pausa simple de 20 minutos para que el trabajador pueda descansar. La idea es tomar todos los recaudos posibles, arrancando con la toma de temperatura, haciéndole una evaluación física y con la higienización correspondiente. Además, tener un técnico de seguridad permanente en obra", aseguró. 

  Aunque remarcó que observa posibilidades de reactivación, el gremialista manifestó que es conciente que no se puede dar todo al mismo tiempo.

   “Sabemos que no podemos poner en marcha todas las obras a la vez porque sería muy riesgoso. Cada una debe llevar un estudio de factibilidad, el cual debe ser aprobado por las tres partes. Pero no me caben dudas que hay obras, tanto públicas como privadas, que pueden empezar a ejecutarse cumpliendo determinados aspectos de seguridad”.

   Puntualizó que el protocolo contempla hacer controles de salud en todos los puestos de trabajo.

   “Antes del ingreso del obrero se le debe tomar la temperatura. Si tiene fiebre, se le realizará el test o el hisopado”.

   De Boer agregó que no se utilizará el transporte público para el traslado de los trabajadores.

   “Según nuestros datos, sólo el 5% de los afiliados se maneja en colectivo para ir al trabajo. A ese espectro, se le pondría un transporte especial para llevarlo y traerlo”. 

   El protocolo también contempla la manera de trabajar dentro de la obra, con el suficiente espacio entre uno y otro, con controles estrictos y permanentes.

   “El presente es muy malo tanto para nosotros como para los empresarios, porque sin trabajo y sin ingresos no es posible subsistir”.

"La industria de la construcción no aguanta otro mes"

   "La construcción mueve más de 112 rubros y si se reactiva y la industria económica se reactiva. A nivel local hablamos de 6 mil trabajadores, de los cuales más de 2 mil son del sector privado. Sin contar el informal, obviamente. Por eso sostenemos que la industria de la construcción no aguanta otro mes así", sostuvo Carlos De Boer. 

   “Tenemos un protocolo con una base flexible, que se puede ir perfeccionando o adaptando a cada necesidad, porque vemos necesario comenzar a mover esta rueda de la obra privada”, subrayó De Boer.