Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La despenalización del aborto, otra vez en la mira

   Hay una realidad: cientos de mujeres interrumpen su embarazo cada año en el país. Nunca la ley condenó a ninguna por hacerlo.

   El presidente de la Nación, Alberto Fernández, hizo conocer su decisión de impulsar la ley que despenalice la práctica del aborto, como una cuestión de "salud pública".
   La ley habilitará a las mujeres que decidan interrumpir su embarazo, hacerlo en un marco sanitario acorde. Por otro lado, el Estado ayudará a las mujeres que necesiten apoyo, por ser vulnerables desde lo socio económico, y que decidan continuar con ese embarazo.
   Hay una realidad que no se puede cuestionar: cientos de mujeres interrumpen su embarazo cada año en el país. Nunca la ley condenó a ninguna por hacerlo, tampoco existen controles para impedir esas prácticas en sitios muchas veces de alto riesgo para la vida.
   Desde el gobierno se pretende generar una respuesta sanitaria adecuada para una conducta que existió, existe y seguirá existiendo, respuesta que, al no existir, genera en la actualidad un ámbito clandestino donde se pone en juego la vida de muchas mujeres.
   Pareciera ser que el debate que divide aguas en el mundo sobre el aborto admite muchas vertientes de discusión, visiones que van desde la sanitaria, pasando por la ética y las posturas religiosas que condenan sin eufemismos esta conducta.
   Volverán entonces a escucharse voces provenientes de cada sector. Cada cual ensayando sus argumentos y confrontando ideas y posturas, sin que sea simple encontrar cruces de esos caminos que hagan pensar que algún tipo de acuerdo.
   Porque además en muchos casos se verifican posturas extremas, muy cerca del fanatismo, esa "tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones", especialmente en el ámbito religioso o político.
   La Iglesia Católica mantiene su postura contraria al aborto, como lo hizo con el divorcio, el matrimonio igualitario, los métodos anticonceptivos y hasta la fecundación in vitro.
   Se puede cuestionar el aborto, se puede discutir sobre cuál es el momento de inicio de la vida, si Dios y el alma son parte de esa concepción, si la decisión es sólo de la mujer. 
   Lo cierto es que se trata de un debate donde lo sanitario no tiene menos importancia que lo religioso, y donde no se puede dar la espalda a las decenas de mujeres que ponen en juego su vida.