Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Laboratorios ciudadanos: un proyecto que apunta al desarrollo

Con la creación de redes de colaboración, distintos actores de una comunidad trabajan en el crecimiento local.

En Sierra Grande-Playas Doradas, se está llevando a cabo una experiencia de este tipo, con muy buenos resultados. Fotos: Archivo La Nueva.

   Crear laboratorios ciudadanos y redes de colaboración para el fomentar el desarrollo de pequeñas y grandes comunidades. Ese es el objetivo principal de una modalidad que se viene llevando a cabo en distintas partes del planeta, y que ya tuvo su primera y más que positiva experiencia en nuestro país.

   La iniciativa no es nueva, pero vio en la pandemia y el aislamiento una posibilidad de crecer y asentarse, de la mano de las redes sociales y las conferencias virtuales, uniendo gente en diferentes lugares del mundo con una sola idea: trabajar todos juntos en pos de una idea y un objetivo -grande o chico-, por fuera de las instituciones tradicionales. La idea llega desde Europa, desde Medialab Prado en Madrid, un laboratorio ciudadano que funciona como lugar de encuentro para la producción de proyectos culturales abiertos.

   En nuestro país, la comunidad de Sierra Grande-Playas Doradas muestra a las claras toda la potencialidad de la iniciativa: ya se llevó a cabo una convocatoria de la que participaron 64 personas, presentando distintos proyectos de desarrollo, que van desde la recuperación de terrenos, pasando por huertos urbanos y museos, hasta el uso y programación de herramientas tecnológicas. También se llevan a cabo otros proyectos en Tandil y Santa Fe.

 

El proyecto cuenta con el apoyo de la secretaría de Relaciones Instituciones de la UNS y del Instituto de Investigaciones Económicas.

 

   Ya finalizada la etapa de presentación, llega el momento de trabajar -en un entorno virtual- con los colaboradores, aunando criterios, catalogando, unificando -en caso de ser posible- y priorizando proyectos. Si bien la experiencia con MediaLab Prado concluye en enero, la idea es que la iniciativa termine convirtiéndose en un mecanismo permanente de desarrollo en aquella región, incluso mediante la creación de un ente local.

   Las instituciones tradicionales también están, por supuesto, pero solamente como un participante o promotor más: los proyectos no pertenecen a sectores políticos; los que quieran formar parte, lo harán como colaboradores, sin nivel protagónico, en una estructura horizontal (y no piramidal) de gestión. Es decir, cualquier persona puede hacer propuestas o sumarse a otras y llevarlas a cabo de manera colaborativa. Todo se estructura en grupos de trabajo, convocatorias abiertas para la producción de proyectos, investigación colaborativa y comunidades de aprendizaje.

   “La idea es concebir una metodología que se replique en donde sea: debe ser amplia, con trabajo virtual y reglas de juego claras -explicó Javier Sáenz Coré, de la secretaría de Relaciones Institucionales y Planeamiento de la UNS, y uno de los promotores del proyecto en Sierra Grande-Playas Doradas-. Esto puede ser tan potente como nos propongamos”.

   El objetivo es gestionar y potenciar la inteligencia colectiva de una comunidad, por medio del sentido de pertenencia y la gratitud para con las organizaciones locales. Es decir, apelar a la colaboración de aquellos que tienen “la camiseta puesta” de una determinada entidad o localidad. Además, con esto también se apunta a la actualización (léase aggiornamiento) de las instituciones clásicas.

   Estos laboratorios fomentan la colaboración pública mediante la generación de proyectos centrados en personas y/o comunidades, ofreciendo la posibilidad de imaginar y sumar ideas y futuros posibles. La herramienta, confía Saenz Coré, “puede ser tan potente como nos propongamos”.

   “Estamos poniendo en el imaginario popular la conversación sobre el desarrollo; que la gente empiece a pensarlo y proyectarlo”, afirma.

   Uno de los puntos a solucionar es llegar a aquellas personas que, por una razón u otra, no están conectadas.

   “En todos los pueblos hay gente capacitada y tiene que ponerse de acuerdo para llevar a cabo proyectos comunes. Solo es necesario alguien dinamice todo esto”, concluye Sáenz Coré.