Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Leandro Bolmaro en exclusivo con La Nueva.: “Todavía no caigo, no lo puedo creer...”

El cordobés fue elegido por los Knicks y traspasado a Minnesota. La importancia de Bahía Basket y Pepe Sánchez, sus inicios como atleta, el futuro y el momento que vive. Todo, la mañana siguiente a recibir la mejor noticia de su carrera.

Mostrando la gorra de Minnesota. Antes se puso la de los Knicks.

Por Fernando Rodríguez

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

   “No dormí nada”, le confesó Leandro Bolmaro, ni bien atendió a “La Nueva”.

   Pasadas las 9 de nuestro país, a las 13 de Barcelona, España, el cordobés mostró una sonrisa dibujada, aunque sin poder ocultar el cansancio de lo que fue una noche larguísima, cargada de tensión y emoción.

   “Todavía no caigo, no lo puedo creer...”, contó.

   Elegido por New York Knicks en el puesto 23 de la primera ronda del draft de la NBA, Bolmaro alcanzó a ponerse la gorra e inmediatamente se comunicó su traspaso a Minnesota.

   “Desde que empezó ya estaba transpirando. Fue un sueño, no me lo creo todavía”, repitió y, seguramente, por un tiempo lo seguirá sintiendo así.

   “Cuando empecé a jugar al básquet decía me gustaría llegar a la NBA, pero no pensaba que sería tan rápido y ahora tener esta oportunidad para mí es un sueño”, aseguró.

   La sensación y el deseo de Lea se terminó cumpliendo.

   “Le había dicho a mi representante que me gustaría ir a Minnesota –contó-; había tenido una entrevista con ellos, es una gran franquicia y me gustó mucho. Y con los traspasos que hicieron, más Ricky Rubio y el presidente que habla español es muy bueno. Me va a gustar mucho jugar ahí”.

   —¿Cómo viviste a la distancia esta elección?

   —Anoche hice un zoom con mi familia, con un par de amigos de Bahía y Las Varillas. Una lástima no poder estar juntos, pero valoro mucho las personas que estuvieron pendientes y a las que me acompañaron en este camino. Ví que hubo un poco de revoloteo en Argentina, je. Muy contento de poder representar al mejor país del mundo, la Argentina.

   —¡Creciste de un día para otro! Aunque seguís teniendo 20 años. ¿Te pesa de alguna manera?

   —No, sigo mi camino, siempre humilde y entrenando al cien cada día para ser mejor. Después, en la cancha me va a salir lo que trabajo día a día.

   —¿Cuál es el próximo paso?

   —Todavía no hay nada decidido. Esto pasó hace un rato, por lo que sigo festejando y tomaré la mejor decisión con mi representante, para ver si voy o me quedo (NdR: esta temporada continuará en Barcelona).

   —¿Qué importancia tiene la presencia de Pablo Prigioni en Minnesota y cuánta tranquilidad te genera?

   —Estuve con Pepe en Bahía...

   —(Interrumpiendo) ¿Te limó la cabeza, je?

   —Ja, ja, ja. Sí. Y ahora tener a Pablo me da confianza, seguridad y tranquilidad. Sé que voy a ir a una buena franquicia y me ayudará a mejorar. Veo que hay jugadores buenísimos, ahora llegó Ricky (Rubio) y hay mucha gente que habla español.

Pepe Sánchez fue el guía del cordobés.

 

   —Pepe destaca que siempre supiste escuchar. ¿Cuánto lo escuchaste a él y si fue un trampolín para vos estar cerca y haber venido a Bahía Basket?

   —Sí, obviamente. Cuando me llamó Bahía ya lo habían hecho varios equipos. Tenía que tomar la decisión de dónde jugar Liga Nacional y cuando empezamos a hablar con Pepe ya tenía decidido que iría ahí. Además, estaba el Puma Montecchia, Sepo Ginóbili, toda gente que sabe mucho de básquet. Pero Pepe fue una gran persona que, gracias a Dios, la vida me cruzó. Al día de hoy Bahía Basket y Pepe me ayudaron a estar acá y en este proceso.

Compartiendo cancha con Fede Elías, Joaquín Sánchez y Bautista Lugarini.

 

   —Hace seis años estabas compitiendo en atletismo en los torneos Evita, es increíble que anoche te haya elegido un equipo de NBA. ¿Cómo lo resumirías?

   —Sí, je. Todo el sacrificio y esfuerzo de cada día, entrenando con los mejores me ayuda mucho y aprendo. Escucho a los entrenadores y a quienes quieren aportar. Poco a poco me fui formando y, la ayuda de mi familia, mi novia y la agencia de mi representante, me sirve para seguir adelante.

   —¿Cuándo tomaste la decisión de dedicarte exclusivamente al básquet?

   —Fue una decisión difícil, porque en atletismo me iba muy bien. Al final elegí básquet porque lo amo. El atletismo me gusta, pero el básquet es mi pasión.

   —Sin ser un especialista, tenés muchos recursos para ser un jugador polifuncional. ¿Te sentís cómodo así y considerás que esto puede favorecerte?

   —La verdad que me siento cómodo así y trato siempre de hacer lo que necesita el equipo. Ya sea en defensa o en ataque. Por eso escuchar es muy importante, porque es como uno aprende a ganarse las oportunidades.

Con la camiseta de Barcelona, donde está creciendo día a día.

 

   —¿En qué situaciones de juego te sentís más cómodo?

   —Con la defensa me siento muy cómodo, seguro. Y en ataque, poco a poco voy tomando confianza. Pasan los partidos y me siento cada vez más cómodo.

   —Desde que decidiste venir a Bahía hasta hoy, que te eligió un equipo de la NBA, ¿tuviste capacidad para seguir disfrutando del básquet y no sufrirlo por querer ser mejor y crecer?

   —No, para nada. Siempre disfruto. Además, me gusta mucho entrenar y lo paso muy bien a la hora de entrenar, y más durante los partidos.

   —Esta transición en España, en un equipo grande, ¿te va moldeando para lo que viene, sin saltear etapas?

   —Sí, sí. Cada día entreno con los mejores, aprendo mucho y mejoro muchísimo.

   —¿Cómo estás haciendo para acomodar la cabeza en este momento?

   —Con tranquilidad y paciencia. Serán dos días largos, hay que tener paciencia, pero siento mucha felicidad. Es una cosa increíble.

   Leandro Bolmaro, otro orgullo argentino.