Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La inédita función de Pablo Lugüercio para ayudar a los futbolistas

El exjugador de Olimpo, entre otros clubes, es actual Asesor Deportivo de Estudiantes de La Plata y trabaja a diario para que los futbolistas se quiten presiones. Cuestiona el mundo del fútbol y celebra los avances en el último tiempo.

   Habla tranquilo, intenta transmitir sus preocupaciones y sus deseos. Durante su carrera como futbolista se caracterizó por el sacrificio que mostró dentro de la cancha en beneficio del equipo. Ahora, ya retirado, intenta seguir ayudando a los demás como si todavía corriera en un campo de juego.

   Luego del fútbol, Pablo Ariel Lugüercio encontró una actividad en la que se siente útil: escuchar y acompañar a cada futbolista en su trayectoria.

   El actual Asesor Deportivo de Estudiantes de La Plata, puesto en el que trabaja a la par del cuerpo técnico de Leandro Desábato, luce una remera con el escudo del "León". Mediante una videollamada se dispone a hablar sobre su rol y sobre fútbol. 

   “Soy un mediador que trata de generar un buen clima laboral escuchando a todos los protagonistas y tratando de que con empatía, justamente de un exfutbolista que ha pasado por muchas de las mismas situaciones que ellos atraviesan, los pueda acompañar en sus procesos”, señala sobre su función, inédita en el fútbol argentino.

   Cuando llegó al "Pincha" para terminar su carrera profesional –se retiró en 2019- conoció al trabajador social Raúl Salas y juntos idearon el proyecto Wake Up, que continúa vigente y busca llevar a cabo, independientemente a un club, la misma tarea que el "Payaso" realiza en Estudiantes. 

   “Intentamos que todas las problemáticas que existen dentro del fútbol por la cantidad de años que hacemos este deporte, muchas veces en soledad, se transformen en experiencias positivas”, admite.

   A sus 38 años Lugüercio no quiere que los demás pasen las mismas situaciones que atravesó él de joven. Considera que su paso por Racing fue el mejor momento de su carrera profesional, pero mientras brillaba en la 'Academia' su vida privada se desmoronó. 

   “Los futbolistas estamos en un contexto en el que día a día tenés que demostrar y rendir al máximo. Eso te lleva a tener desgaste, presión y a veces también nos olvidamos que somos personas y tenemos problemas. Creo que esa tensión durante mucho tiempo desencadena un estrés y puede guiarte a un camino como el que tomé yo que me hizo aislarme. Estuve seis meses sin salir de mi casa hasta que pude apoyarme en profesionales y recuperarme”, sostiene.

 Lüguercio y Desábato, los dos exjugadores de Olimpo que trabajan juntos en Estudiantes.

   En el último tiempo el fútbol avanzó a pasos agigantados. Si bien Lugüercio jugó hasta el año pasado, la mayor parte de su carrera la transitó cuando no había lugar para cambios abruptos. Contar con un psicólogo deportivo en un plantel es algo común, pero no siempre fue así. 

   “Cuanto más profesionales haya en el fútbol, mejor. Yo celebro que haya psicólogos, trabajadores sociales, coach, asesor deportivo. Son acompañamientos que están ahí, no para imponerse, sino para que sea un espacio donde los futbolistas sepan que tienen la oportunidad de charlar con un profesional. Creo que eso es donde más se evolucionó”, destaca.

   Pese a que cree que ser futbolista es un trabajo que muchos quisieran, Lugüercio cuestiona el ambiente del fútbol. 

   “La profesión es muy exigente, pero las demandas siempre van a ser las mismas y no van a cambiar. Lo que sí puede cambiar es cómo toma cada uno esos momentos y también cómo cada club va generando nuevos espacios. El que se formó en Estudiantes, gracias a Verón, Alayes y Desábato, es un espacio de escucha donde los futbolistas pueden contar lo que sienten y liberarse un poco de la presión diaria. Siento que esos espacios de a poco se van abriendo y es en beneficio de la persona, más allá del profesional”, remarca.

   En 2009, cuando aún era parte del plantel de Racing, Lugüercio retomó sus estudios secundarios que había abandonado en cuarto año por el fútbol. Durante un período tuvo que postergarlo, pero  a fines de 2017, cuando volvió a vestir la camiseta de Estudiantes -club en el que debutó en 2001 y se consagró en el Apertura 2006-, logró finalizar la Secundaria a través de la Fundación El Futbolista. 

   "Era algo pendiente que quería terminar por mí y por mis hijos porque para exigirles hay que darles el ejemplo. También para mi mamá que ese título era algo que quería darle”, dice el exjugador que, además de Racing y Estudiantes, pasó por Olimpo, Aldosivi, Arsenal y Barcelona de Ecuador.

    Lugüercio se toma el tiempo para una reflexión más sobre el ambiente del fútbol, pero también sobre la sociedad. 

   “Hoy hace falta mucha más empatía, mirar lo que le pasa al otro y el fútbol es un buen lugar porque la influencia que tiene el futbolista en nuestra sociedad es importante. Creo que los jugadores tenemos que tener un perfil marcado de persona más allá del rol que va a cumplir cada uno. Con valores, con una forma de ser genuina, simple, con educación y respeto”,  puntualizó.