Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“En mi cabeza siempre rondaba la idea de ser presidenta de Talleres”

Carla Danila Mariani está cumpliendo el sueño que tenía de chica. Y lo vive con mucha intensidad y responsabilidad.

Carla Danila Mariani le dedica mucho tiempo a su querido Talleres. Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com

(Nota publicada en la edición impresa)

   "Ningún rincón del club le es ajeno y se mueve con naturalidad por cada pasillo, y hasta por la cancha de bochas, que suele ser propiedad de los hombres.

   Carla Danila Mariani se maneja con la soltura de estar en su lugar. Creció con los colores de Talleres, el club de su barrio, Villa Serra, y tempranamente se incorporó a la vida política de la institución. Hoy, a los 33 años, empezó a cumplir su segundo año como presidenta.

   "Esto de ser presidenta surgió desde siempre. Primero porque me crié acá, porque mi abuelo (Juan Carlos Barros) y mi papá (Eduardo) fueron presidentes.  De muy chica los veía laburar en el club, estaba con ellos. Y en mi cabeza siempre rondaba la idea de hacer lo mismo", cuenta Carla, quien se involucró en las decisiones de guiar a Talleres cuando el club era conducido por Mario García.

   "Nos empezamos a acercar, a trabajar en conjunto. Luego agarró Paulo Mónaco hasta que una asamblea, que se imponía un cambio, todos votaron por mí", reveló.

   --¿Estabas convencida?

   --No sabía si asumir porque la responsabilidad era muy grande. Como fue una apoyo unánime, y la emoción me invadió, dije que sí. Y no me arrepiento...

   --¿Cómo estaba el club en ese momento?

   --Estaba bien. Había que ajustar y moverse. Me propuse objetivos concretos, como obtener la personería jurídica, algo que hoy nos permite proyectarnos de otra manera. 

   "Los libros existían pero estaban inactivos. Encontré gente que me ayudó muchísimo como la ex senadora (Julieta) Centeno; el municipio, que aportó el acceso un abogado, contadora y un arquitecto. Y hasta pintura, para cambiarle la cara al club.

   --Te encaminaron.

   --Exacto. La ayuda sigue existiendo, pero ya estoy encaminada, tengo una figura legal para buscar recursos.

   --¿Cuántos socios había?

   --80. Y hoy somos casi 200. Se hizo con mucho esfuerzo y dedicación. Acercando gente, haciendo fiestas como el Día del Niño, un bingo o una rifa; alquilando el salón para un cumpleaños o eventos especiales. El que viene le cuenta a otro y se hace una cadena...

   --¿La gente del barrio colabora?

   --Muchísimo. Ven el progreso, se acercan u opinan en nuestra página en facebook. Subimos todo, mostramos lo que hacemos.

 
Con su hermano Emilio, que juega a las bochas y decidió volver al club por pedido de Carla. 

   --¿Sentís mayor apoyo por ser mujer?

   --No. En la comisión directiva somos más mujeres que hombres. Seis, y hay que aguantarlas (risas).

   "Y entre ellas está mi abuela Dora (Rodríguez), una trabajadora incondicional de 71 años siempre dispuesta. No falta nunca, nos supera en energía".

   --¿Cuánto se cobra de cuota social?

   --500 pesos por año (41,66 pesos mensuales). Es nuestro fondo para poder hacer inversiones; nos sirve un montón.

   --¿Además de las bochas, qué otras actividades se hacen en el club? 

   --Patín, gimnasia, zumba, a partir de marzo, y el año pasado sumamos taekwondo. Son pequeños ingresos para solventar los gastos de impuestos, que son tremendos, y de servicios.

   --¿Los profesores son del barrio?

   --Sí.  Patín, por caso, tuvo una repercusión tremenda. El club tiene ocho juegos de patines para prestarle a las chicas, pero no alcanza. 

   "Se acerca una nena y los usa un ratito; después se los pasa a otra. A la profe, que paga una pequeña cuota para ayudarnos con los gastos de luz, también se los prestamos para que pueda enseñar", sintetizó Carla.

   --Las bochas son, hoy por hoy, el estandarte que los hace reconocidos.

   --Sin dudas. Talleres tiene su cancha bien cuidada, con jugadores propios. Y pese a que estamos un poco lejos, todos se van contentos con nuestra atención.

   "Este año vuelve mi hermano (Emilio) que anduvo bárbaro en Tiro, pero su corazoncito está acá. Talleres organizó en 2019 la fiesta de premiación de las bochas y la gente conoció el club".

   --¿Qué se viene en cuanto a proyectos?

   --La fiesta de los 95 años (Ndr: ) . Habrá muchos desafíos por delante; entre los proyectos figuran construir e inaugurar los nuevos baños.

   "Tenemos para arrancar, aunque todavía debemos recaudar más dinero porque los costos son muy elevados", señaló.

La familia unida

   Sus horas en el hogar los comparte con su marido Emanuel Mathias y sus hijos Thiago (11 años) y Milagros (15).  Dice que su madre (Dora) siempre trabajó en las comisiones del club. Y que sus hermanos: Emilio, Enzo (18) y Lucio (13) la ayudan en todo.