Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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¿Por qué hacer dos cosechas en tres años se puede transformar en el mejor negocio?

La propuesta es del productor Guillermo Irastorza, con campos en Dorrego y en Puan. La estrategia es agronómica, económica y financiera. “Hay que olvidarse que los ciclos son anuales”, aseguró.

Siembra de cultivos en el sudoeste bonaerense. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “Mi empresa va a sembrar un 33 % menos. Le pediré a la naturaleza que me ayude y así haré dos cosechas en tres años, una de trigo y una de maíz. Ese año de descanso, mezclado entre ciclos, hará que el suelo se recupere por sí solo y no con insumos para lograr una mejor cosecha”.

   Guillermo Irastorza cree que su propuesta es la única que puede sortear el alto costo de las retenciones que —dijo— pone de rodillas al sector agrícola nacional. 

   “Lo que nosotros probamos, y demostramos, durante 10 años es que no se trata de un problema de agua, sino que algo le sucede al suelo y todavía no sabemos explicarlo bien.

Guillermo Irastorza, productor agrícola. 

   “Cuando se deja un período de descanso se termina cosechando de un 25 a un 50 o 70 % más. Ese porcentaje superior de cosecha sirve para pagar los costos de producción y de alquiler. Y de esa forma disminuyen los insumos”, explicó Irastorza, en diálogo con La Nueva.

   —¿Es una estrategia agronómica, económica o financiera?

   —Todas juntas. Hay que olvidarse que los ciclos son anuales; hay que empezar a trabajar en forma bianual.

   “Es agronómica porque la naturaleza ayuda a cosechar más por el descanso.

   “Hoy no tengo los medios para sembrar el 100 % de lo que tengo, porque la última cosecha fue de regular a mala. Aclaro: si hubiera sido buena, igual no me darían los números, porque es muy importante la diferencia que hay entre las retenciones y los insumos, que son dolarizados y que se presumen complicados para nosotros”.

   —¿Por qué exactamente? 

   —Porque el 15 % de retenciones (a la fina) se convierte en 53 pesos y el dólar de importaciones, dicen, será de $ 63, pero no es la experiencia que atravesamos cuando hubo cepo. No sabemos por qué entonces todo aumentó en dólares. En el mejor de los casos, ahora será de $ 73.

   “Si la ecuación es entre $ 75 y $ 53, en que se puede vender el trigo, no quiero saber respecto de la soja, que quedaría con un dólar de $ 43. Es decir, de $ 43 a $ 75 es mortal; es irrecuperable”.

   —¿Cuáles son tus números?

   —Preveo cosechar un 25 % más, por lo menos, por el año de descanso. Como mi promedio es de 2.600 kilos por hectárea, estamos hablando de unos 3.000 K/H.

   “El año que me dio el 25 % fue el de la primera prueba. Los demás me daban 40, 65  y este año, que fue excepcional, el 166 %”.

   —¿Hay que tener espalda para este proyecto?

   —No, al contrario. Quien este año siembre como siempre se va a fundir un poco más, pero como muchos no tienen plata seguramente no lo van a hacer. Sé de un vecino que sembrará un 20 % menos siguiendo esta propuesta.

   “Quien lea esto dirá que estoy loco, pero lo estoy planteando porque ya lo probé”.

   —Pero la propuesta está relacionada con el incremento de las retenciones...

   —Claro. Si no hubiera retenciones no haría este plan.

   “Si nuestros legisladores hablaron y coincidieran en que, para corregir este error, eliminarían los sellados, el impuesto al cheque, las retenciones e ingresos brutos, mañana mismo salgo a comprar fertilizante y a sembrar el 100 % de lo que tengo. Hoy, lo que se genera por las medidas del Gobierno es exactamente al revés.

   “Todos hablan alegremente de las retenciones, pero es una dicotomía entre lo que vendés y lo que comprás; comprás a un dólar y vendés al peso que quiere el gobierno de turno. Eso es grave.

   “Las retenciones serían bárbaras si fueran como el cobre en Chile para el seguro multirriesgo, por ejemplo. Nosotros deberíamos tener un seguro semejante, tal como existía antes del gobierno de (Juan Domingo) Perón, ya que las retenciones no las inventó él. Era un seguro, que no llegaba al 35 %, ni al 15 %, sino a alrededor del 2 %, con destino a eventuales sequías o inundaciones. O para créditos”.

   —¿El planteo se puede hacer en el sur del sudoeste bonaerense?

   —Lo que propongo ahí, donde no se puede hacer maíz, es que los productores realicen un cultivo de fina cada dos años. Sí, es complicado, pero sería importante ingresar en ese proceso.

   —¿Para la zona de Tandil sería lo mismo?

   —Si lo traslado a Tandil los números siguen dando todos los años, porque el promedio de cosecha es de 6.000 kilos por hectárea.

   “Los productores de allá tienen margen, pero con este plan el margen sería mayor. Hay que probarlo, pero podrían cosechar 8.000 o 9.000 kilos si aplican dos cultivos cada tres años”.

   —Si se siembra menos habrá un perjuicio económico para el país...

   —Si no se hace algo distinto, las 6,5 millones de hectáreas de trigo de la campaña 2019/20 se convertirán este año en 5 M/H.

   “En este sentido, 1,5 M/H menos a 2.500 kilos por hectárea, que es el promedio argentino, son 3,5 millones de toneladas menos que, al 15 % de retenciones, se trata de 562.000 toneladas. Esta cifra por U$S 190 (la tonelada) dan alrededor de 1.000 millones de dólares menos de recaudación para el fisco.

   “Pero fui optimista, porque entiendo que se sembrarán 4 millones de hectáreas, ya que la gente está desplatada (sic) y no puede bancar este circo a semejante costo. Esto es, habrá aún menos dinero para el Estado”.

   —¿Esta idea fue presentada ante la dirigencia gremial?

   —Se la comenté al presidente de Carbap (NdR: Matías de Velazco). Me dijo que le resultaba una buena idea y que le parecía bien difundirla. No sé si progresará, pero sirve para que la gente lo dimensione.

“Lo que le propongo al sur del SOB, que no puede hacer maíz, es que los productores realicen un cultivo de fina cada dos años”, dijo Irastorza. 

   “Está claro que si todos, sumando al resto de los cultivos, realizan este proyecto el Gobierno tendría que dar marcha atrás con las medidas porque se quería sin fondos”.