Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Malo para los ahorristas: en Bahía, las tasas de los plazos fijos están abajo de la inflación

La idea es dinamizar el consumo y la inversión vía créditos más baratos, pero al costo de pagar rendimientos negativos para el ahorro. 

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

    Los ahorristas bahienses no tienen mucho para festejar: con una tasa de interés promedio inferior al 40 por ciento anual para un plazo fijo, se da por descontado que obtendrán rendimientos por debajo de la inflación local para este 2020. 

    Es que la Tasa Nominal Anual (TNA) para un plazo fijo a 30 días al 8 de enero en los bancos con asiento en nuestra ciudad era del  36,69%, claramente por debajo de una inflación que difícilmente baje del 40% para todo 2020, de acuerdo con las proyecciones de los analistas económicos. 

    Así, vencido el plazo de la inversión, el ahorrista en cuestión recibirá, en promedio, casi un 3,6% más -se toman los períodos de subcapitalización, es decir, la Tasa Efectiva Mensual (TEM) que arroja- porcentaje que está claramente por abajo del 4% que se espera para el primer mes del año en la ciudad, según estimaciones de economistas bahienses. 

     La baja de tasas de interés por parte de las entidades obedece a que ya desde la última etapa del anterior presidente del Banco Central (Guido Sandleris) se está ensayando una política monetaria más expansiva: hasta septiembre 2019, la base monetaria (N de R: la cantidad de dinero bajo estricto control del BCRA) se mantuvo relativamente constante de punta a punta, arrojando un crecimiento de 5,6%, la variación interanual más baja de los últimos diez años. 

    Con prácticamente el mismo stock de base monetaria y una inflación mayor al 50%, en este período, la política monetaria fue decididamente contractiva. 
Pero a partir de octubre, todavía con Sandleris al frente del BCRA, la base monetaria mostró un marcado crecimiento (de unos $392.000 millones en 90 días) elevando la tasa de variación interanual hasta el 31%. 

     De aquí en adelante y en función de las últimas declaraciones del sucesor de Sandleris, Miguel Ángel Pesce, prácticamente se descuenta que las expansiones, lejos de discontinuarse, se profundizarán. 

     Se espera que la política de aumento de la cantidad de dinero repercuta,  por un lado, en crédito más barato para el consumo o la producción, aunque a costo de menores rendimientos para los ahorristas. 

    Precisamente, para los economistas de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), el riesgo de esta política es que los desencantados ahorristas se vuelquen el dólar paralelo (o blue), ante las dificultades para acceder al “billete verde” por el canal oficial, ensanchando aún más la brecha entre ambos tipos de cambios (oficial e informal), lo que alimenta presiones inflacionarias, ya que algunos precios de la economía comienzan a seguir al dólar paralelo en lugar del oficial. 

    “Una brecha alta, tarde o temprano, contamina los precios y reduce el balance comercial declarado al Banco Central”, advierten desde la Fundación. 

Continuidad

    El directorio del Banco Central  dispuso el jueves de la semana pasada una nueva reducción del límite inferior de la tasa  de interés de Leliq, el cual pasó de 55% al 52% anual.
    Las Letras de Liquidez (Leliqs), son la referencia para el sistema bancario de nuestro país, ya que es la tasa a la cual los bancos pueden colocar una parte de los depósitos que reciben. 

    Al bajar sistemáticamente -la del jueves fue la tercera baja de la era Pesce, dado que la primera había sido el  19 de diciembre, cuando pasó de 63% a 58% y la segunda, el 26 de  diciembre, al caer de 58% a 55%- pierden atractivo para los bancos, que deben volcarse a prestar más a los particulares y empresas, ofreciendo tasas más bajas para tentar a los prestatarios. 

    Pero no es todo. Recientemente, la autoridad monetaria impuso restricciones para que los bancos pueden invertir en Leliqs. 

   Se trata de la comunicación "C" 85.996, con la que el Central determinó que las entidades financieras no podrán volcar a las subastas de Leliqs todos los pesos que quieran

   Se espera que la medida permita coadyuvar a bajar todavía más la tasa referencial, lo que debería repercutir en menores costos para los créditos, alentando el consumo, la inversión y dinamizando la actividad económica, hoy en recesión. 

    Pero menores tasas activas (N de R: las que cobran los bancos por los préstamos que colocan) tienen, como correlato, una baja de las pasivas (las que pagan por los depósitos), lo que perjudica a los ahorristas. 

    Así, datos de la autoridad monetaria dejan ver que la tasa de interés para un plazo fijo el 21 de septiembre de 2019 (promedio ponderado por montos, de todo el sistema) bajó desde el 55,77% al 35,03% del 8 de enero de este año, última cifra disponible. 

¿Frazada corta? 

   Un informe del Grupo SBS plantea dudas sobre la estrategia del BCRA bajo el comando de Miguel Angel Pesce. 

   Más allá de que reconoce objetivos deseables, como estimular el crédito, expandir la cantidad de dinero en forma ordenada y bajar la elevada inflación, el BCRA parece estar excedido o, por lo menos, no exento de la famosa “frazada corta”.

   Sobre la inflación y la visión de Pesce, el informe dice que “parece apoyarse demasiado en el acuerdo social como ancla nominal, restando importancia a la política monetaria”. 

    En sus últimas intervenciones, el titular del Central también ponderó Precios Cuidados y el congelamiento de varios precios regulados por varios meses. 

    La clave, agrega SBS, para que el acuerdo social sea sostenible y efectivo parece estar en la implementación de una política monetaria que modere el crecimiento de la oferta monetaria (N. d e R: la cantidad total de dinero) sin descuidar la consistencia con el resto de los objetivos económicos.

    De lo contrario, y aún en el mejor de los casos (es decir, que el IPC se modere en el arranque de 2020), la desinflación tendrá patas cortas.

    En sus declaraciones, Pesce, más allá de abogar por una política monetaria más expansiva que la de sus antecesores, dijo que se buscará bajar la inflación “mediante la administración prudente de la oferta monetaria”, teniendo en cuenta “las necesidades de financiamiento del Tesoro”, algo, a todas luces, contradictorio.