Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Qué hacer para proteger la piel del sol

Sus rayos producen arrugas prematuras, cáncer de piel y otros problemas.

Foto: Infobae

   Proteger la piel, si bien debería ser un rutina durante todo el año, en la temporada de verano pasa a ser clave por la exposición que naturalmente se le da y la incidencia que tienen los rayos solares sobre ella.

   Los especialistas coinciden en que el sol es malo para la piel porque sus rayos, conocidos como rayos ultravioletas A y rayos ultravioleta B (rayos UVA y UVB), producen arrugas prematuras, cáncer de piel y otros problemas.

   La diferencia entre los rayos UVA y UVB es que los primeros demoran más tiempo sin dañar la piel, pero llegan a mayor profundidad. Por eso tomar sol en sesiones con lámparas no es una manera de estar a salvo.

   Para evitar problemas, no hay que exponerse al sol cuando sus rayos tienen mayor impacto, es decir entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde. Durante ese periodo, entre el 60 y el 80 por ciento de los rayos son capaces de atravesar las nubes y llegar hasta 30 centímetros por debajo de la superficie del agua, que, junto con la arena blanca, funciona como superficie para reflejarlo.

   Para evitar complicaciones, la Asociación Argentina de Dermatología (AAD) recomienda utilizar cremas con un factor de protección mayor a 15, aunque lo mejor es 40 o 50. El producto debe aplicarse media hora antes de la exposición para que la piel tenga tiempo de absorberlas, y renovarse después de sumergirse o transpirar. Las cremas protectoras no ejercen una protección absolutamente completa de los efectos nocivos del sol, aunque ayudan a evitar males mayores.

   Por otro lado, es importante usar ropa adecuada para protegerse: las telas con tejidos apretados son las más adecuadas para impedir el paso de los rayos. En la medida de lo posible hay que usar manga larga y sombrero, para proteger cara, cuello, orejas y hombros.

   Además, se recomienda usar lentes de sol certificados, y con protección en los laterales.

   "Estar bronceado es la respuesta desesperada de la piel a los rayos dañinos del sol. Se sabe de todos modos que algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades como cáncer de piel en algún momento de su vida", explicó Pilar Estevan, farmacéutica de la cadena Farmacity.

   La especialista indicó que la medicina identifica claramente los factores de riesgo: personas de piel muy blanca, ojos claros y pecas; aquellas que nacen con lunares grandes; antecedentes genéticos; o haberse expuesto excesivamente al sol en la infancia, se consideran factores que incrementan el riesgo sufrir enfermedades graves de la piel. (NA)